Me había decidido a hablar de estos temas,
considerando que había dejado algún guiño que otro
en lo referente al Derecho Fundamental que protege la Imagen
Pero, ¿qué es la Imagen?
En estas entrañables Fiestas, me llena de orgullo y satisfacción... Hace unos días un youtuber famoso expuso un video que parodiaba a una tribu de nuestro tiempo: mujeres que se reconocen a sí mismas como feministas, pero que irradian odio allá por donde pisan. Para ello, como toda buena obra artística, incluyó aspectos que muchas personas considerarán debatibles y que, de hecho, se hace bien, de vez en cuando, poner en la palestra justamente lo que mucha gente intenta hacernos creer que es perfectamente justo...
Pero no voy a hablar de algo que estuvo bien hecho, sino de esta bazofia manipulativa.
El artículo, que goza de casi total ausencia de código ético periodístico empieza, de por sí, de manera manipulativa: "¿Es lícito reirse con el vídeo antifeminista de Zorman?"
En una sociedad democrática esta frase, que es el título de una columna (que se vale de manejar información que desconoce el lector para manipularle), bien podría ser objeto de denuncia por lo penal por difamación. Entre otras cosas porque dudo mucho que se haya puesto esta periodista en contacto con el autor del vídeo como para etiquetarlo de antifeminista. Etiqueta que jamás el propio usuario identificable se asoció para sí. Los periodistas suelen elegir como titular algo que dista mucho de la imagen que quieren los referenciados poder ofrecer...
¿Hasta qué punto puede un medio controlado (como un periódico) permitirse el lujo de etiquetar fuera de un movimiento a una persona sólo porque enfoca su movimiento de manera más crítica?
Visto así, ya se han visto titulares muchísimo más gruesos, pero es cierto que quería exponer este caso para abrir la reflexión antes de suavizar las formas. Es decir, de facto, no se debe ir persiguiendo por lo penal a los periodistas que empiezan con un juicio de valor hosco, pero sí pone en entredicho la calidad de los columnistas en esa Redacción - en este caso El País.
Es decir, si yo me pongo a criticar a ciertos periodistas de izquierdas por infundir odio y, por ello, algún periodista manifiesta: "¿Es lícito deleitarse del libro facha de Dato?". Lo que me pasaría a mí por la mente no sería denunciar al periodista ni a la Redacción, sino que simplemente jamás tendría relación con esa pandilla de paletos hasta que me dieran unas disculpas y me ofrecieran algún tipo de rectificación.
No sé si El País es uno de esos periódicos sensacionalistas que necesitan tanto amarillismo para poder vender periódicos. En cualquier caso, dime con quien te juntas y te diré cuáles son los baremos que tuviste que superar.
Sin embargo la crítica a ese artículo no está en el titular..., ¡más quisiera esa señora! Como era de esperar, hay que leer un poco para que valga la pena mencionarla como ejemplo de manipulación.
Para empezar, pone en contexto la situación en la que el youtuber puso el vídeo, esa exposición no tiene otro objeto salvo una cosa, insinuar que el vídeo podría:
a) Suponer algún tipo de apología a cometer tales delitos
b) Se trata de un vídeo en contra del movimiento que los persigue (el feminismo)
Pues ya sea por lo uno o por lo otro, vemos que se mantiene con una tesis que raya la denuncia por lo penal. Raya la difamación y..., claro, ¿justifica en la columna cómo llega a tan peculiares conclusiones que contradicen las explicaciones del autor del video?
La respuesta en el artículo: NO
Resulta paradógico cómo puede mucha gente equivocarse ante algo tan sutilmente sencillo: ¿hay en el vídeo alusiones a tales agresiones o violencia? No.
Entonces, ¿por qué la periodista de El País introdujo tal contexto?
- Para asociar la crítica del youtuber a todo el conjunto de los feministas.
Es decir, se reincide en una manipulación o una interpretación hosca de la realidad.
Cuando bajamos al segundo párrafo, otra vez: en esta ocasión intenta insinuar que el título del vídeo está mal. Sin embargo, en este párrafo, la periodista demuestra no ser manipulativamente perversa, ni tener afán de dolo..., sino simplemente se le ve torpe, hosca, incapaz, inútil..., porque pone en contradicción sus palabras con las explicaciones bien transcritas del sujeto al que apela. Bueno..., pues ya me voy quedando tranquilo: el artículo es basura, pero no querellable en mi idea de democracia.
Pero claro..., ahí no acaba la cosa.
Lo único salvable son algunas de las proclamas que se le han ocurrido y que son perfectas para que la lucha contra el machismo se apropie de ellas: “ni piernas ni brazos, machitos a pedazos”, “machirulo opresor, comerás de mi tampón”, “machito, pardillo, tu boca en el bordillo”. Jiji.
¿Artículo de opinión para sensibilizar sobre los maltratos?
Usemos la lógica: más allá de que tales consignas en según qué contextos podrían interpretarse como apología al odio, a la discriminación, etc..., ruego que el que esté leyendo estas líneas le dedique sólo un par de segundos para ponerse en situación: se supone que esta señora estaba criticando que el vídeo no había conseguido representar nada dentro del movimiento feminista moderno y, sin embargo, ella misma considera ocurrente el incluir tales consignas... De ahí se deduce que según ella sí existe una tribu que se siente identificada con lo que se expone en la letra de la canción: se trata de la misma tribu a la que ella pertenece, y nunca mejor dicho.
Por lo que, según deduzco, el youtuber ha puesto de manifiesto la clase de columnistas que son contratados en según qué redacciones. Así son los baremos de ciertas columnas.
Sin embargo mi intención no era criticar el amarillismo periodístico..., ha habido muchas noticias y mucha actualidad. Hoy quería centrarme en lo que significa manipular y lo que significa intentar destruir ilícitamente la imagen de otro.
Lo hemos visto, por ejemplo, con la entrevista a Cebrián..., ¡un momento! No, en realidad es casualidad..., quiero decir, ¿acaso creéis que tengo algo contra El País? Uhmmm, no: pero si lo pensamos un poco, ¿no es mucha casualidad tanta hosquedad y tantos errores todos en una misma dirección?
Pues bien, este señor fue entrevistado por el follonero y claro, ¿por qué iba a ser polémica la entrevista a este señor? Porque el objeto de la entrevista nunca sería para que éste expusiera sus puntos de vista, ni para aprovechar para explicar sus comportamientos..., él mismo lo puso de manifiesto en la entrevista: "yo no estoy aquí para explicar mis contradicciones", traduzco: "tú estás aquí para hacerme propaganda, porque eres stablishment"
Ese señor, curiosamente, controla un periódico y es presidente ejecutivo de uno de los megalobbies financieros de España. Y vemos cómo en su periódico tontean con criterios hoscos, o aprovecha el propio jefe de las lobbies para mentir descaradamente como si el periodista fuera juez y él un investigado. Quien se comporta en las entrevistas como si estuvieran imputados, es porque algo traman. Quien algo trama y dirige un periódico, poca prensa nos va a dar, salvo a través de su competencia.
Pero volvamos al tema central..., ¿qué es la imagen y dónde están los límites del humor?
Ya hice un monoloquio donde analizaba el honor desde distintos puntos de vista. Así que esta vez intentaré centrarme desde el punto de vista de lo deseable: la imagen que esperamos ofrecer. Es decir, existe una definición de honor que es higiénica: sabemos que lo hemos perdido en cuanto nos vemos manchados. Pero también existe una idea de imagen que es no higiénica: el no vernos de esa manera nos hace sentir incompletos. Esa visión etérea es algo que ha sido creado por la sociedad: no existe salvo en nuestra literatura.
Cuando una persona dice que "de mayor será..." entonces recurre a un recurso literario, el que habla de los sueños, del futuro, de cómo evolucionar... Es el destino que más vale empezar a construir porque la crisis del 2008, os recuerdo, no ha sido resuelta..., volverá y con más fuerza. Posiblemente con una crisis ecológica (en cuyo caso ya no habrá vuelta atrás). Pero bueno, la única manera de construirse una imagen es mediante una comunicación trasparente, que nos dará fertilidad de ideas y logros ¿Ha sido así como hemos salido de la crisis del 2008? Pues volverá como un boomerang, así hasta que se haga correctamente.
Pero volvamos a dónde deben estar los límites del arte.
En una ocasión ya comenté qué es lo que debemos entender como de mal gusto, no ha faltado aquel que pretendiera pensar que ante el humor no debería de ser lícito ninguna clase de restricción. Pues bien, analicemos ese criterio para ver si es moralmente aceptable y practicable.
Humor sin restricciones, desde un punto de vista moral
Sólo los psicópatas calculan cuánto aman |
¿Qué es humor? Aquello que hace gracia. Metámonos con las víctimas de violencia de género..., ¿no hace gracia? Habría que ser un depravado ¿Por qué? ¿Acaso no hay pretensión de exponer situaciones hipotéticas para hacerlas trascender con ironía? ¿Es ilícito entonces reirse de la desgracia ajena? ¿Deberíamos de no ver películas como El Padrino donde se hace apología del afán o deseo por el crimen organizado? ¿Deberíamos de desechar las escenas de Robert de Niro cuando nos impresionó con su famosa actuación de Al Capone y el bate de beisbol?
Para entender estas respuestas habría que fijarse, por ejemplo, cómo funciona la música satánica. Tenemos dos tipos:
a) la que cuestiona el papel hegemónico de la moral imperante para ofrecer una descripción que le es inherente al individuo en el reconocimiento de sus Derechos.
b) la que ironiza sobre el papel que desempeñan los agentes para hacer protagonista las toxicidades del mundo.
Esto quiere decir que el satanismo literario tiene dos caras, la irónica y la metafórica. Cuando se vale el artista de meter metáforas donde corresponden ironías, o ironizar sobre lo que nos define, tenemos un resultado..., patético. Y es para evitar esta clase de difamaciones la razón por la que se escriben leyes..., no sabemos cuándo podría ya empezar a hacer daño.
Humor sin restricciones, desde un punto de vista practicable
Que decida un Juez, pero más vale que las leyes describan nuestros sentimientos |
Es cuestión de preguntarse: ¿y quién es el encargado de decirnos qué es humor y qué no tiene ni puñetera gracia? Se trata de otra dictadura distinta, mucho más sutil y complicada: una para la cual no habría nada escrito y, por tanto, exige que sea una persona la que vaya decidiendo ad-hoc qué entra dentro del ámbito del humor y qué no entra dentro de dicho ámbito.
Señor Juez, es cierto que hice una pintada donde decía que la hija del alcalde se prostituía, pero el objeto era una referencia a cuando respondíó por prensa por su imputación y sonó de esa manera; no al hecho de que su correo electrónico esté lleno de insinuaciones y acosos..., yo no tengo nada que ver con eso.
Es cuanto menos curioso cómo cuando alguien se convierte en artista ya se le olvida que ya sea en prosa o en verso, quien dice algo tiene que hacerse consecuente.
Por tanto, ¿qué límites se encuentran?
- Cuando los espectadores son niños o fanáticos fácilmente manipulables. Anticultura.
- Cuando trasciende un mensaje distorsionado al oficial. Nada trasparente. Toxicidad.
- Cuando el acto llevado a cabo se hace sin la aceptación de los espectadores. Amarillismo.
Por amor, con palabras y hacia lo que amamos. Las tres reglas. |
Suficiente hasta aquí. Más adelante hablaré sobre filología, filosofía y política..., que también afecta a la realidad que vivimos tan dogmática. Y ya veré si comento algo sobre el maravilloso sistema de seguridad que tenemos en Europa (un antidisturbios mata a un diplomático, o también, se encuentra otro pasaporte incriminatorio que tranquilizará a los berlineses)...
Quiero vuestros comentarios
me interesa vuestros puntos de vista
otro día más y
¡Felices fiestas!