miércoles, 9 de noviembre de 2016

Ganó Trump y no acerté

Pues igual que predije que Obama no ganaría a la segunda
y ganó.
O que Podemos a penas subiría
y consiguió 5 eurodiputados
Pensé que Trump no lo conseguiría...
Y fallé de nuevo.
Las estadísticas deben reinventarse...
las poblaciones ya no se rigen por normales, ahora YA son Poisson.


Muerte al teorema central del límite, ¡larga vida al populismo estadístico! Ahora las masas son aún más impredecibles y, además, estamos superpoblados ¿Creíais que teníamos problemas con los modelos financieros? ¡Pues prepárense que vienen curvas! Esto es como la serie Lost, donde estamos viviendo resultados cada vez más inesperados y completamente imprevisibles. A este paso volvemos a los años '80 y la crisis del marketing.

Las masas poco a poco se van pareciendo más al final de la novela Luces y Espectros. Poco a poco el análisis está perdiendo su efecto, la filosofía o la sociología no podrán detener el avance de las decisiones colectivas. Poco a poco va recuperando terreno esa otra cosa: el populismo. Se trata de una noticia que no es ni buena ni mala, si no fuera porque no hay manera de controlar ese nuevo efecto. 


Ya no podrá decir la gente que estos resultados fueron generados por las élites. Más que nada porque estas élites necesitan que el pueblo se comporte de manera civilizada. Sin embargo la gran partida de ajedrez también se dificulta contra los que quieren que el pueblo coja las riendas: está ganando terreno las vísceras, los bajos fondos...

El populismo supuestamente es una expresión airada de un pueblo orgulloso de pensar como piensa, ¿quién está orgulloso de las estupideces que tiene Trump por detrás? Este populismo es algo que apesta: poco a poco la gente ya no vota con ilusión, ahora se trata de evitar que lo que más tememos tome el control. Si se sigue manteniendo ese sistema electoral, vaticino una retroalimentación de cara a estos esquemas, y las encuestas ya nunca volverán a ser de utilidad.

No es coña, volvemos a este paso a los '80
Pensadlo fríamente..., ¿cómo era nuestra vida antes de que apareciera el mercadeo y la imagen? Se decía que las personas se preocupaban por la cantidad y no por la calidad, se decía que contaba más el sentimiento que las ideas..., pero, por otro lado, el amor no se había mercantilizado y los planes de dominación estaban en pañales...

Señores, esta transformación de las estadísticas conoció su punto de inflexión en los '80, razón por la cual es más que probable que involucionemos hasta esa época desde el punto de vista de nuestra cosmovisión. Muchos verán que ganó el Brexit de casualidad, o que la revolución de Islandia fue un hecho aislado y silencioso..., pero también tenemos la primavera árabe, y una versión peculiar de las sectas satánicas islámicas (el ISIS).

Está ganando la visceralidad porque hasta ahora los que nos protegían no nos ofrecían lo que nos prometían: sabemos que sigue habiendo hambre, crisis financieras, crímenes organizados encubiertos y, sobretodo, mucha hermandad y poca meritocracia.

El acceso a la educación no es igual en todas partes 
Para cuando la sociedad alcance su zénit en los '80, ¿cuáles serán las nuevas iniciativas para que la civilización avance? ¿En base a qué habrá que regular los momentos estadísticos para ayudar al análisis? ¿Se sustituirán los tertulianos por los voceros? Quizá haya personas que se estén dando cuenta de que la senda que está adquiriendo todo esto conduce a negar los análisis, a la anarquía del egoísmo insolidario, al egocentrismo mesiánico y desmesurado..., y, al mismo tiempo, se puede convertir en una oportunidad para que los dos bandos que intentan controlar los memes de la civilización a su favor se reubiquen para retomar el rumbo de la sociedad y vuelva a confiar en las encuestas, la globalización y la calidad.

Chiste a prueba de ordenadores
De todas formas, otras veces ya me habré equivocado..., ¿quién dice que lo que digo realmente esté pasando? La superpoblación nos va a dar serios quebraderos de cabeza, combinado con la crisis ecológica. La visceralidad es un serio enemigo de la democracia y de las soluciones que necesitamos en estos tiempos ¿Saldremos de este shock o serán las explosiones nucleares que vaticina mi libro las que traigan la calma?

Trump, Putin y un arsenal de armamento nuclear no desmantelado




Basta de dogmas
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lunes, 7 de noviembre de 2016

Si gritamos muy fuerte podemos acabar con los medios

Guía para hacer que los medios
TE TEMAN
y someterlos mientras les hablas de manera 
lisonjera


Un periodista recibe una información y, en vez de emitirla en forma de cuchillada por la espalda, intenta recibir una respuesta oficial por parte del partido político afectado. La noticia no sería en absoluto demasiado relevante, si no fuera porque denota una enorme hipocresía por parte de uno de los gritones (o voceros) de ese partido. 

Como era un problema de imagen se les concede un margen corporativo para que puedan justificar esa posible particularidad..., lo increible, a mi juicio es cómo se comportan.

"El objetivo de la vivienda pública no es la venta"
¿Habría costado decir que se aprovechó, cuando era joven, de algo que luego condenaría? Por lo que parece, la cúpula ha considerado que sacar una plusvalía de una vivienda no privada en ocasiones es lícito. Pensamiento que podría revolver a los padres de la carta magna: ¿no es eso acaso especulación? ¿Se protegió esa vivienda para que un joven pudiera darle un uso lucrativo? 

A mi juicio este tipo de cosas deberían de simplificarse hacia la condena. Pero se nota que no soy jurista...

Llora como una niña lo que no supiste defender como un adulto
Así que la cúpula adopta una decisión: no dar una respuesta ¿Deben suponer que la noticia no saldrá en la prensa? ¿No les interesa a los votantes de su mismo partido la clase de sujeto que es Ramón Espinar? Para ejemplo un botón: nada más salir la noticia, se encaran contra la prensa ¿Me he perdido algo? ¿No nos hemos dado cuenta de la jugada? Si el político acusa al periodista el político consigue la asunción de inocencia, mientras que el periodista queda al descubierto.

La estrategia es clara: "Ni se os ocurra volver a sacar una noticia como ésta. Nosotros somos pulcros, no tenemos políticas de enderezamiento a nuestra cúpula"

¿Por qué lo llamamos secta?
Les dicen a los demás cómo deben comportarse. Son incapaces de dar la cara por lo que hacen ellos. Sus explicaciones incluyen mentiras. Y cuando se les pilla con el carrito de los helados, acusan a los testigos de manipulación, y deflagran a los disidentes. Acumulan los errores que cometió en su momento Rosa Díez, pero con el agravante de ir expresamente contra la prensa: fascismo. Con todas y cada una de sus letras, a eso se le llama fascismo. Substituir los poderes democráticos por la pancarta, la llamada a la conspiración judeomasónica y otras poyeces no es más que el propio legado de Mussolini y Hitler. Ya se autoproclamen de derechas o de izquierdas, cuando se trata de fascismo, poco importa las ideas: los seguidores te lo perdonan todo. Por eso es tan vomitivo y peligroso.

La oposición venezolana, tan cachonda como siempre
Escribir cosas en una pancarta tiene legitimidad, gritarlas también. Pero quedar como un idiota, es perfectamente posible en virtud de lo que reclames ¿Qué clase de votante eres? ¿A quién apoyas? Eso es lo que le preguntaría al que se siente seguro de hacer lo que hace ¿Es posible que se sientan menos poderosos en el mismo instante en el que vean que ya no son apoyados? ¿Qué harían esos señores de la farándula sin el apoyo de la prensa? Por eso necesitan someterlos: necesitan amaestrar la prensa a su favor.

En el olvido, lloremos por Espinar, ése sí es un mártir

Mientras tanto las reivindicaciones que realmente deberían de defenderse se olvidan. La gente que ha sido estafada empieza a defender a los estafadores "Me cobró 30.000 de más pero me hizo un descuento de 3.000€", "Ha estafado a lo público, pero ha estado donando de las sobras de su sueldo", "Ha llamado a la prensa manipuladores, pero le doy el beneficio de la duda"...

Y entonces yo me pregunto: 
¿dónde queda el deber de vigilancia? 
¿dónde queda la defensa de lo público? 
¿dónde queda la protección de la independencia de los medios de comunicación?
¿dónde queda el programa?
¿dónde queda la representatividad?

Siempre nos quedará que los demás son peores, pero la verdadera lectura es: TODOS SON IGUALES y, al mismo tiempo, cualquiera es mejor que ellos. 

Por lo que NO NOS REPRESENTAN.







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