domingo, 4 de octubre de 2015

Meritocracia y el género ecci

Hace dos noches soñé de manera que al despertar recibí un mensaje: 
"Te podrás sentir orgulloso de tu tecnología, pero no de tu proyecto"
Era un mensaje premonitorio, triste..., 
un miedo visceral a que no pueda sacar provecho de lo que creo.

La vida es un azar, y eso no está bien.
Las personas se amontonan y creen que todos los males del mundo se resuelven mediante el buen uso de la razón. Yo digo: ¡ilusos! La razón se abandonó en el siglo XVIII, se descubrió que el mundo era cada vez más y más complejo, donde una única persona era incapaz de abarcar todos los conocimientos y, ni mucho menos, pensar que incluso los temas de los que era experto podrían tener un formato de carácter absoluto.

En mi jerga informática he podido crear un unificador que permite a una máquina saber si un agente tiene la intención de traicionar a otro agente. Hay cosas que muchos colegas míos creen que no es posible de hacer, cuando en realidad lo que pasa es que desconocen cómo se hace. El uso de la palabra imposible debe quedar relegado a lo que se pueda demostrar matemáticamente; y matemáticamente lo que realmente es imposible es racionalizarlo todo: por el Teorema de la Incompletitud de Gödel.


En la novela la tecnología cobra vida propia y, con ella, los límites de la lógica y el uso de la razón. No hay que esperar que la máquina sea capaz de resolver los asuntos que les son conferidos a las personas: el poder para interpretar leyes y para decidir qué leyes deben ser cumplidas es algo exclusivo del ser humano sensible al mundo social al que pertenece.

Por esa razón, ¿cómo sería una sociedad donde tengan que convivir criaturas cuya naturaleza es completamente contraria? Si el ser humano es aún incapaz de organizarse por sí mismo entre sus semejantes y actuar más allá de lo que le dicte la razón entonces, ¿cómo podría afrontar un mundo donde los conflictos caen por todas partes? 

La ley en Arabia Saudita, actual protectora y experta en Derechos Humanos
Hay quienes creen que el discurso racional es la respuesta a los problemas. Todavía quieren tenerlo todo bajo control. Son adanistas, no reconocen la importancia del colectivo. No reconocen el poder de las decisiones que vengan de abajo, de los distintos expertos. La decisión democrática, que no es racional: es una vivencia experta. Una decisión política que no debe ser controlada por ningún dictador.


La introspección es uno de los temas que trato en la novela: ¿cómo sería una máquina que es capaz de reconstruir su propio código? ¿Cómo podría el programador controlar el funcionamiento de la máquina? La respuesta es evidente: no podría, porque la máquina adquiriría o el sometimiento absoluto a los designios de los usuarios o la completa independencia. Pero en la medida en la que encontráramos términos medios, veríamos también cómo la estructura se vería imposibilitada de sopesar sobre todos los conceptos en general. Se trata casi prácticamente de un todo o nada.

De ahí viene la necesidad de dirigirse a la sociedad para tratarla, no para configurarla ni para someterla, sino para hacerle pedagogía. Los japoneses se dieron cuenta y crearon el género ecci: que es una convención de símbolos que se utiliza en el manga para que los jóvenes japoneses de instituto se sientan inspirados para reconocer los méritos, para ser humildes, para soñar..., mi novela también incluye tales símbolos y varias referencias a Japón.


Esos símbolos están ocultos, y hay que buscarlos; pero nuestro entendimiento es el primero en asumirlo. Lo primero que se hace es crear unos símbolos atractores (chicas con enormes tetas) y los combinan con valores (chicas con enorme carácter). Jugando a mostrar y ocultar consiguen emprender una lucha contra el caos y el carácter antisocial. Antes de escribir un guión discuten acaloradamente sobre los valores que defenderá la obra, a quién está dirigida y, por tanto, cuáles serán los símbolos atractores. Si no existe conflicto, entonces no existe una manera de enganchar al usuario. Lo explícito no resuelve nada, y no nos prepara para nada, esa es la Ley.

Por eso, cuando analizamos los distintos tipos de conocimientos que existen (humanidades, ciencias sociales, ciencias experimentales y las exactas) nos damos cuenta de que cuanta mayor veracidad tenemos de algo menor aplicabilidad tiene en el mundo en el que vivimos. Esa no es la clase de respuesta que esperaba Gödel con su resultado.

Sólo creías en los platos de comida de tu esposa y, al faltar un tiempo, mueres de hambre.
No me fío del economista que sigue usando las viejas fórmulas tipo hablando se entiende la gente. El diálogo es para adanistas, figuras quijotescas, chovinistas que mantendrán los esquemas..., el lenguaje está limitado por el propio modelo donde se aplica. En cuanto los de humanidades modifiquen el modelo, a la larga, la gente pensará diferente y seguirá creyendo que es porque hablando se entiende la gente ¡Qué gran y Hermosa Mentira! Así pensaba uno de los protagonistas de mi obra..., pero no espero que se entienda que la ética trasciende a las palabras; que los colectivos son movidos por los ídolos que mueven la moda, y los ídolos que perduran son los que se acoplan a la estética que quieren los individuos: a sus valores. Los ídolos que se pierden son los más atractores..., pero necesitamos crear una confrontación entre ellos para que se queden en la retina de las personas. Como una partida de ajedrez entre buenos y malos, donde al final, porque tiene que haber un final, debe prevalecer lo auténtico.

Entiendo que la razón sólo sirve para poner en evidencia, no para solucionar.
Lo cual sólo será malo en la medida de que no se acepte su uso.
Las personas creen que lo auténtico es la partida de ajedrez. Se quedan con lo falso: el trabajo del artista. Pero en realidad es movida por ellos. Creen que es imposible, creen que no hay poder en los medios. Pero la realidad es que existe una correlación a la larga: una correlación retroalimentada mediante una lógica introspectiva. Y, como ya he dicho antes: la lógica introspectiva genera un ente que o es todo o es nada controlador. 

Arcontes, egrégores, memes, hoaxes, modas,..., yo lo llamo partidas de ajedrez. Pero también se ve reflejado en las deidades que vigilan la puerta del paraíso en el capítulo correspondiente. Anubis no permitirá que pase por esa puerta algún loco que pueda destruirlo todo: porque sabe que los que aparecen en los medios dependen de la audiencia, pero la audiencia también depende de los ídolos. Se reconstruyen y se retroalimentan, quien intenta racionalizarlo pierde la partida. El uso de la lógica se reserva para el portero, implacable no aceptará lo políticamente incorrecto.

Un catálogo que contenga todos los catálogossólo puede tener una referencia, no su contenido.
Pero también hay una diosa que hace compañía a Anubis, esta es Bastet. La diosa gata es la protectora de la creación, la única que puede doblegar a Anubis para intentar otra cosa..., para ser creativos.

La que nos va a sacar de ésta no es una simple gatita, es una visionaria. En mi libro hay muchas visionarias: mujeres que son determinantes para romper con la norma establecida. Sin las visionarias el problema se repetirá una y otra vez, con toda su lógica..., y entonces no habría vida.

Es a ésta a quien hay que hacerle la pelota, 
esta es la que propone los apocalipsis, los cambios.
Tan importante es la figura de la gata que, efectivamente, también aparece en el las animaciones japonesas. Tiene su propia versión, para aprovechar la figura en cuestión: ¿cómo son las gatas? ¿Acaso no son cariñosas y con ganas de jugar? ¿No son melosas?

Esto es cualquier cosa menos algo racional.
En cualquier caso, la versión pet de Bastet no aparece en mi novela, pues la quise poner un tanto más siniestra..., y además aparece justo al final, donde está todo el pescado vendido..., huy, perdón, espero que no se haya molestado..., bueno, hay confianza, al fin y al cabo aquí yo soy el jefe.

El asunto es que, cuando una sociedad acaba en crisis, nos lo dice la lógica: si ésta no es capaz de salir por sí misma..., pues habrá catástrofes, líos y gaitas. Sin ir más lejos, la propia Bastet es mencionada en otros capítulos como una deidad conflictiva..., quizá por esa razón esos extraterrestres se volvieron tan machistas. En fin, esas cosas las dejo en el aire - que cada cual saque sus conclusiones de la lectura de mi obra.

Por supuesto, en el manga japonés también aparecen mucho los elfos..., y en mi obra no iba a ser menos: a esos los correspondo con los arcturianos: son criaturas mucho más apegadas a lo mágico, y bastante inestables en nuestro mundo.


Si estos símbolos no son valores entonces, ¿qué pretenden atraer?
Si alguien se está planteando que, entonces, ¿cuál es la conclusión? ¿Qué hay que hacer en sustitución del diálogo? ¿Rezar? ¿Encender velas negras? ¿Producir una película?

Mis conclusiones personales es que el diálogo sólo puede servir para tirar los ídolos falsos por la ventana. Emprender el camino del buen escéptico sin sucumbir al negacionismo, lo que llamo excepticismo. Quedarse con la posibilidad de una Historia del Error y, si fuera necesario, empezar de cero, pero sin sucumbir a la racionalidad como herramienta constructora. Hay que dejar para las siguientes generaciones los memes que estén menos corruptos posibles.

El lenguaje y la razón son mantenidos por puro instinto, y sólo el instinto es el que nos puede decir cuándo algo está fuera de lugar.




No olviden comentar. No quiero sentar dogmas.

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