“Esos dos segundos me sobran ahora. Lo tengo claro, hubiese disparado.
Hoy tendría mi ojo, mi trabajo y mi vida intacta”.
Hoy voy a contaros la historia de un completo incompetente que perdió un ojo y que se va a librar de una investigación en condiciones por parte de asuntos internos. Y todo esto..., porque semos así.
¡Bienvenidos a las cloacas del país! |
La historia cuenta como en España hay un municipio donde reside un clan de paletos altamente violentos. El juez de turno, al ser un completo incompetente, tiene la peculiar tendencia de dejar libre a aquel que sabe que va a delinquir. Se supone que el objeto del cumplimiento de una condena es para conseguir su reinserción por lo que, ¿qué sentido tiene sacar a la calle quien aún ofrece muestras de querer matar? Nos lo dice el sentido común y es como debería de interpretarse la ley.
Pero nada, el clan de los violentos pasa un periodo en prisión y vuelve con ganas de amedrentar a la policía... ¡Menudo panorama se presenta! En ese municipio el cherif son ese clan. Crimen organizado, sometimiento a la población y al juez de turno le importa una mieda.
Total, que se procede a detener a uno de estos individuos (como es lógico, por algo que hizo) y, acto seguido llega el hermanito con un puto cristal en la mano y a base de dar golpes a una puerta con un pestillo del tres al cuarto acojona al agente que está de guardia.
En esta historia que nos cuenta faltan no un par de detalles: falta TODO. Pero claro, ni al periodista le interesa constatar ni habrá ningún compañero de ese perfecto inútil que quiera explicar todos los huecos de la historia. Todo un cúmulo de acontecimientos: tiene un arma para reducirlo y detenerlo y ¿qué hace? ¿se pone a hablar con él? ¿no hay motivos para detenerle? ¿acaso no ha irrumpido en una sala en tono amenazante? ¿qué es eso de que la única alternativa era acribillarle a tiros? ¿y los compañeros? ¿podía?
Juan desenfundó su arma, apuntó… y dos segundos después la volvió a enfundar.
¡Qué cojones!
Os voy a dar mi análisis: no me creo ni una mierda de lo que he leído en ese artículo.
Cuando un policía vuelve a enfundar el arma es porque sospecha que él mismo no va a ser capaz de justificar lo que le vaya a hacer a la víctima de sus disparos.
¿Es posible que la desenfundara sin motivos y por eso la volvió a enfundar?
Nunca lo sabremos
¿Es posible que el psicópata mostrara intenciones de no atacar y se le olvidara mencionar ese comportamiento traidor sociopático?
Nunca lo sabremos
¿Es posible que absolutamente todo fuera inventado y que en realidad no hubo agresión por parte de esa mole demente?
Nunca lo sabremos
Spain is different. Hay otros países que son, en cuanto a la policía, mucho peores. Pero el no disponer de unos servicios públicos que den la cara por lo que hacen provoca situaciones caóticas y desesperantes donde los propios agentes no puedan estar seguros de si éste es uno de esos casos donde son desproporcionales o si pueden actuar con soltura valiéndose de una ética profesional que les permitan actuar sin pensar como es debido.
Y es que cualquier imbécil puede portar un arma en este país...
Bueno, quiero vuestros comentarios
y si alguno de vosotros es policía
que aguante lo bailao porque yo no me callo
http://www.elespanol.com/reportajes/grandes-historias/20161215/178482866_0.html
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