sábado, 30 de enero de 2016

Y van dos.

Creo que ya tengo una idea clara de lo que deparará el Futuro
Hoy voy a hacer una revisión sobre una película que vi anoche.


Lo primero explicaros que esta película se extrenará en Noviembre dentro de cien años, aproximadamente; así que si veis alguna imprecisión por parte de mi crítica, que sepáis que debe ser comprensible el no atinar demasiado.

Una de las peculiaridades de la película es que, a día de hoy, nos presentaron tres posibles formas de presentación (futurista, apocalíptica y llena de arbolitos). Lo que quiere decir que, al parecer, nadie puede saber cuál es el ambiente que acabaron por escoger. Pero claro, como yo ya la vi anoche...

Estos son los protagonistas, me recuerdan a dos de mis personajes Lucía y Alejandro.
En un entorno hostil, donde las máquinas se han vuelto esquizofrénicas, dos supervivientes conversan sobre cómo pudo acabar todo de esa manera, y si hubiera una manera de revertirlo. El futuro no se puede cambiar..., ¿o sí? Para muestra de esperanza tenemos la lucha vital de las plantas que emergen en el exterior: muestra el enorme poder que tiene la Tierra para pretender acabar con la invasión tecnológica.

Seguro que a estas alturas diréis: ¡pero no hagas spoils! Bueno, yo os digo una cosa, se supone que no vamos a estar vivos para cuando la estrenen.

Si alguno hace una barbaridad para leer esto y ver la película, allá él.
La trama, por tanto, se desarrolla en el interior de un edificio donde los protagonistas intentan evitar a toda costa que las máquinas les cacen para así tener control del sistema central, una vez llegado a él. El acceder al ordenador central representa esa lucha del ser humano por intentar acceder a los registros akásicos. Una lucha a muerte para determinar qué diosa debe permanecer en la Tierra, la original o la nueva.


Pero la manera de afrontar el reto del viaje en el tiempo supone una peculiar visión de cómo es el pasado visto desde el futuro: una vez tenido la opción de cambiar el curso de la historia se percatan, ¿acaso no supondrá un error en el curso de la historia nuestra intromisión hasta el punto de que la eliminación de la máquina podría suponer la victoria del resto de las especies?

El humano, híbrido tecnológico, no podría aguantar su odisea: por un lado consideró necesario tener que cambiar las cosas, pero por el otro están luchando para que venzan los terrestres - y ellos no lo son tanto.

Así que el mensaje es claro: o te haces aliado de la naturaleza o te haces aliado de la frivolidad del silicio.


A propósito..., la película era muy tipo indie... Hay un par de efectos especiales, pero no se han esmerado... A propósito, ¿por qué después de ver la película me dieron ganas de tomar algo?




Bueno, espero que os haya gustado
mi preview para dentro de 100 años




jueves, 28 de enero de 2016

Mundo social. No lo entiendo.




No consigo compaginar con la red social del IEEE. 
En el fondo me recuerda a la red social de Facebook, que me ha dado tan malos rollos.
He contabilizado tres balas que lanzaré para acabar con ese monstruo amenazante.
Si, por descontado, sólo consigo errar los tiros, entonces Game Over.



Microrrelato. Turistas al rescate.
Me encontraba en la facultad cuando dos tipos muy extraños se dirigieron hacia mí. Dijeron que venían del futuro y que querían transmitirme un mensaje. Uno de ellos era un profesor que tenía por constumbre el agredirme, para luego irse de rositas debido a simpatías con algún juez. Lo primero que me dijeron fue que éste no era el profesor en cuestión, sino una imagen de él para que yo viera una representación de algo que ocurrirá en el futuro y no tendría la oportunidad de ver.

No es de extrañar que me quedara atónito ante la escena: era, cuanto menos, absurda ¿Por qué un sujeto que se muere de la envidia sólo con mi presencia se iba a prestar a hacer una representación de ningún tipo? Y entonces empezaron:

- ¿Sabes de ese antiguo alumno al que tanta manía le teníamos todos? Pues ha conseguido resolver el sharp de cualquier fórmula de la lógica.
- Pues..., me parece bien... - cara de enfado - pero será lento el algoritmo.
- Pues no, es rápido.
- Se habrá basado en un lenguaje que lo compilará de manera que dependa de la máquina.
- Ha usado Python. Un lenguaje interpretado.
- ¡Que lo ha hecho con Python! - gestos de retorcimiento y dolor.

A todo esto, no era de extrañar que me dirigiera a ellos para decirles que eso que decían rayaba el imposible. Entre otras cosas porque Python lo conocía de oídas y dudaba que NP fuera igual a P.

Entonces me miraron los dos felices, con esa cara que dejan algunos...

- ¡Aún tenemos tiempo! - dijo - podemos hacerlo de nuevo.
- ¿Cómo? - dije yo...

Y otra vez, la misma representación en mitad del pasillo. Mientras yo me preguntaba: ¿por qué no sería capaz de verlo en persona cuando esto mismo ocurriera en ese futuro hipotético?

- Sólo habíamos venido para ésto.

[...] Turistas al rescate.

Desde los catorce años quise dejar de celebrar mis cumpleaños debido a que nadie acudía a mis fiestas. Los motivos, generalmente externos y perfectamente identificados, poco importan. Siempre he sido muy sociable y fiel..., aunque con los años, me fui volviendo más y más cruel ¿Cómo se junta la gente para celebrar nada? ¿Cómo se celebran las cosas? Y, a falta de poder celebrar nada, ¿cómo se queda uno?

Al final es fácil identificar el tipo de persona que uno es por el lugar que ocupa en las clases de un instituto. En primera fila aguantarás los golpes que vienen de detrás. En la última te atendrás a los follones de quienes se quejan de estar en clase. Un poco más adelante se forma ese tumulto que, en ocasiones, se aburre. Finalmente, a esa altura, pero pegado a la ventana, no hay quien te moleste ni a quien molestes. Salvo aquellos que también eligieron ese sitio para que nadie les haga la vida más difícil.

Pues bien, si yo era de ese último tipo: ¿cómo es posible que me asocien con los estafadores? ¿Cómo es posible que si yo dijera que he hecho X automáticamente la gente no se lo crea? ¿Creen que busco la fama? ¿Que quiero pasta? Los años me habrán convertido en lo que más detesto: en un fanfarrón que inventa historias. Historias enreversadas porque parecen reales. Historias que llaman mucho la atención. Pero, ¿cuánto tiempo voy a aguantar con esa mascarada? Esas historias tienen fecha de caducidad, y no me veo visitando las librerías para preguntar por mi libro - de hecho, no lo hago, y tampoco me llaman.

Ocurrirá que volveré a encontrarme con quien quiera reirse de mis fallos, que los tengo a borbotones. Y que no quiera reconocer mis logros, que son mucho más contundentes ¿Por qué nunca encontré una comunidad donde compartirlos y mantener conversaciones? ¿Por qué sólo encontré una sociedad allá donde se acumulaban los propios fracasos o los logros ajenos?


Sigo sin entender cómo funcionan las comunidades tecnológicas. 

















miércoles, 27 de enero de 2016

¿Qué es la Fortaleza?


Hasta ayer, no tenía la intención definitiva de suicidarme. Más de uno debe haber notado que últimamente estoy cansado tanto física como mentalmente. Yo mismo no lo entiendo del todo, pero no es el resultado de un incidente particular, ni una cuestión específica. Simplemente quiero decir que he perdido la confianza en el futuro. Quizás mi suicidio pueda perturbar o ser un duro golpe para ciertas personas. Espero sinceramente que este incidente no ensombrezca la vida de esta persona. En cualquier caso, no puedo negar que esta es una especie de traición. Excusad mi comportamiento. Es el último acto que hago a mi manera, como he venido haciendo mi manera toda mi vida.
Toyo

No sabía si volver a mi novela, si tocar algo de más actualidad, desarrollar el contexto de la obra en base a lo que ya he vivido o, si por el contrario, podría ser interesante desconectar. En cierta manera, creo que he hecho las cuatro cosas a la vez. Si mi intención era escribir sobre algo, ¿por qué no de alguna de esas cuatro maneras y de las cuatro a la vez?

Los nacidos en Noviembre somos especiales, porque así nos lo creemos algunos. Puedes nacer en Enero, Marzo..., si naces en Diciembre, que sea por la primera semana..., entonces sí..., lo admito. Pero los nacidos en noviembre somos de una pasta diferente. Es como si..., no sé..., me estoy viendo las manos, sí creo que están hechas de "otra pasta".


Hoy es diferente. No tengo nada qué escribir. Nada que decir, lo que tengo es un sentimiento que aflorará dentro de la prosa a través de su función poética.Yutaka Taniyama es un sujeto que, al igual que yo, pasó una fase de obsesión por la demostración de un cierto teorema matemático. Siendo más joven que yo ahora, cometió suicidio; a punto de casarse con una joven que, un tiempo después, le siguió en el trayecto.

Mientras escribo esto siento un especial duelo y tranquilidad que, en cierta manera, esperaba tener que manifestar. Resulta que el trabajo de este hombre, que no sé si lo habrán traducido al inglés a estas alturas, tiene vínculos con las más altas esferas de la seguridad informática a nivel internacional e histórico. Nosotros, con la consciencia de Humanidad que creamos tener, no nos lo podríamos ni imaginar.


La concepción y álgebra que aportó fue suficiente como para establecer una base sólida sobre la teoría de números. Pero claro, siendo japonés (y peor en aquella época), habría necesitado ser americano para que le reconocieran su trabajo. Y aún así el prestigio que tiene es insondable.

Hace cosa de unos días he terminado de formatear la solución definitiva que permite trabajar con la aritmética modular. Creo que ya estoy rebasando la delta de Dirac y el álgebra relacional se me está quedando pequeño. No quiero ni imaginarme qué pasará cuando empiece a desarrollar las ecuaciones elípticas y lo vincule con mis mecanismos de "ruptura" de problemas...
La conspiración de los gremios: no se comunica lo que no se entiende. 

Todos tenemos resultados, pero la universidad pública es la que se encarga de separarlos. Cuando un profesor tiene conocimiento de que hay una conexión entre dos partes, automáticamente intenta cerrar todas las vías y puertas para que no puedan entrar en comunicación. Esto es, si se comunican entonces surgirán preguntas. De las preguntas nacerá la evidencia de que ese profesor, si bien pudiera ayudar a responderlas, no estará a la altura de aparentar tener todas las respuestas. Es el problema de siempre, los imbéciles de siempre.

¿Qué pasaría si las cosas más importantes se nos son vedadas? Entonces los autores sentirán soledad, porque este mundo ya nos les dice nada - porque aquí ya no son nada. 


En la Tumba de las Luciérnagas estamos esperando a que llegue la muerte, porque el futuro no es para nosotros. 
Dará igual los resultados, los tienes delante. Los enigmas que antes te despertaban curiosidad, ahora desvelados. Es como si estuvieran desnudos ante ti. No tienes ni que demostrar nada..., se ha alcanzado tal nivel de certeza, que la demencia es lo poco que te aferra a la incertidumbre, la emoción... Al fin y al cabo, ¿ha cambiado algo, la gente lo percibe...? ¿O sólo tú? Son cosas que se quedan dentro de uno, en su propio mundo.

Hace poco, al mismo tiempo que iba mostrando mis cartas, me vino un correo de una empresa lamentando que mi perfil no se ajustara a lo pedido: habían otros con más experiencia, más adecuados programando Python (WTF!). Sin embargo, el mensaje estaba como personalizado. Con la oferta de estar más encima de posibles futuras ofertas, y me dieron un enlace. Ciertamente, es una forma de futuro: la esperanza de tener una posibilidad.


Tanto la Fortaleza como el Futuro empiezan con la misma letra. Entiendo que las empresas primero son sociedades, se conforman de personas; y, por tanto, no todo es talento a la hora de elegir a alguien. Es comprensible: vivimos en un mundo neocon, y no podemos permitirnos el lujo de que alguna rata se cuele en nuestro barco. Pero claro, ¿por qué si soy bueno dando toques al balón encontraré un patrocinador y, si por el contrario, soy bueno multiplicando los beneficios a cualquier empresa encontraré escepticistas?

No importa las demencias que pueda tener yo de serie: es la realidad que me ha tocado vivir la que no cumple las espectativas. Y lo extraño es que no es normal que este tipo de cosas se deban decir por Internet, pero claro: ¿quién lo va a leer? Y una vez leído, ¿generará influencia? Supongo que para muchos no será más que una mera pataleta..., entonces este escrito no será ninguna muestra de Fortaleza - y no será positiva para la defensa de mi Futuro. 


Sin embargo el mundo que yo conozco es un mundo tóxico donde veo lo que va a suceder antes de que pase; y auguro una degradación constante en favor de dicha toxicidad. Como si cada vez el entorno que conozco ganara en apatía, como si se congelara todo, cada vez más..., y uno ve la televisión y, cada vez, hay más violencia y para edades más tempranas, el engendro televisivo nos prepara y juega con nosotros. Es un gigantón que necesita ser alimentado, con su tecnología y maquinas, mientras la gente a su alrededor ha perdido el orgullo de cómo eran hace no tanto tiempo.

Dejad de decirles que sean ellos mismos..., ¿no veis que el que no se prostituye en el burdel es el único que lo hace gratis? 
Y me tocará, otra vez, tener que asumir que alguien de fuera meta sus gusanos en mi equipo y yo, echándolo de mi registro, aburrido, sin ganas de seguir..., mientras se escucha una terrible melodía en mi cabeza, terrible porque es triste: la melodía de la frustración, de la pérdida del futuro, de que no queden esperanzas... ¿Proyectos? ¡Pero si no hay seguridad jurídica en este país! Aquí todo vale, los proveedores se parten el culo. Son los neocon con pasta los que mandan. Y es por ello que, lo que sí tendría que cambiar, eso justamente es lo que va a seguir igual.

No das el perfil 

Así que queda asumirlo. Pero, ¿el qué exactamente? ¿Que nunca voy a dar el perfil, que no tengo instinto social para levantar mis proyectos, que no me van a responder los patrocinadores que busque? ¿O, simplemente que, en ocasiones, puede ocurrir una peculiar combinación de todo y nada a la vez?

Nunca será libre quien perciba ser el único en saber lo que es la Libertad. 






Suficiente por hoy
Ahora entenderéis mejor porqué
futurista y apocalíptica


viernes, 22 de enero de 2016

No son ellos, somos nosotros

Han pasado muchos días desde lo ocurrido en Colonia
mientras los niños refugiados dormían en sus camas
muchos de sus mayores se divertían
pero, ¿eran ellos completamente responsables?
Lo eran, y ¿tenemos o no tenemos responsabilidad el resto?

Hoy quería hablaros del sometimiento moral


Es cierto que mi novela se puede leer desde un punto de vista cristiano, como de creencias. Eso es porque no me preocupo demasiado de criticar el paternalismo moral que tiene la Iglesia. La razón por la cual hay satanistas ateos (artistas) que van siempre contra la Iglesia Católica Apostólica Romana, es debido a que la hegemonía de la moral la tiene en estos momentos esa iglesia; además del hecho de que cuando uno se mete con un cristiano no es como cuando uno se mete con un musulmán. El segundo podría matarte.

Pero tres cuartos de lo mismo ocurre con el Opus Dei: si te metes con los suyos podrían incentivar tu suicidio. Casos ha habido, y no es de extrañar que en Francia ese tipo de sectas se prohibieran. Pero la cuestión es que otras sectas, como la islámica, no están aún prohibidas: debido a que ese tipo de religión, a pesar de introducir entre sus valores principios ejecutivos - no como la católica de base, que sólo tiene ritos y no practicantes - todavía Europa no quiere valorar el efecto que tiene el mundo islámico dentro de la realidad democrática europea.

Hoy no hablaré de esto, sólo lo pongo de recuerdo.
A Europa, que siguió avanzando en la democracia moral, en ocasiones se le olvida cuáles son sus orígenes y sus obligaciones fundamentales. La primera obligación idiosincrásica es la de acoger al refugiado de una guerra. Eso es sí o sí. Pero la segunda obligación será la de encontrar un lugar donde viva. Y ubicar personas no es como ubicar objetos.

Ha habido que lamentar muchos actos de violencia debido a las migraciones por obligación, ya sea por trabajo o por guerras. Cartagena, ciudad correctamente llamada, de acogida, ha estado rellenando sus vacíos barrios con inmigrantes y, éstos, han estado mezclando su visión con la nuestra. Esto es asunto viejo.

Entonces los que aclamaban que la inmigración (por trabajo, lo de entonces) acarreaba una nueva gama de problemas que se debían tipificar y perseguir, eran tildados de racistas o de derechas..., y ese discurso era absurdo en el sentido de que esas personas no se manejaban con estadísticas. Es obvio: se traen a una persona problemática junto con su medio ambiente, ¿lo vamos a tener fácil? ¿va a ser necesariamente una persona grata? Hasta un tonto se da cuenta del error que viene de serie.


Pero siempre habrá quien entre en un país, beba su vino, coma sus frutos..., y no se sienta agradecido. Es la vieja historia china del mono que fue invitado a proteger el sarao de los dioses. Es la vieja historia de Viridiana..., por poner un ejemplo. Parece una justificación del clasismo.

Santificados los alimentos si provienen de una santa inocente
























¿Cuál es nuestra responsabilidad? ¿Acaso debemos renunciar a nuestros Principios? No, el asunto es más simple: nuestros Principios incluyen el acogernos, para lo bueno y para lo malo. En ese sentido muchos han fallado.

Si vienen los niños de un entorno donde no han visto nunca a un hombre clavado en una cruz, salvo para torturarle, es normal que eliminen esas figuras de los colegios. A eso se le llama adaptarse a la nueva realidad. Y, efectivamente, eso se ha estado haciendo muy correctamente.

Pero otras cosas para las que no estábamos familiarizados como un machismo criminal, ahora lo tenemos en frente. Eso es producto de un choque de culturas y, por esa razón, los propios alemanes, al ver lo que hacían los inmigrantes, quisieron juntarse: era esa clase de machistas que seguían a una nueva clase de ideas. En vez de liderar a los nuevos, los nuevos nos trajeron lo más viejo. En ese sentido, la culpa es nuestra.

¿Qué clase de civilización no es capaz de afrontar el conflicto del choque entre culturas? Una que aún es menor de edad. Como mi novela, orientada a adolescentes. A criticar de cómo aún hay figuras paternalistas que pretenden decirnos lo que es correcto y lo que no, pero que se hacen poco llevaderas para avanzar ante la nueva realidad diversa de múltiples culturas y conflictos.




Hasta aquí estos dogmas
quiero me los confrontéis

miércoles, 20 de enero de 2016

Las retalías del destino

Mi novela tiene aspectos que muchas novelas no tienen
pero eso es porque además de una historia
cuenta con un trasfondo tecnológico
donde tanto el hombre como la máquina tendrán la oportunidad de 
elevarse.

Hoy hablaré sobre lo que diferencia al inerte del no inerte.

Uno es y el otro no es
Raro sería que en una obra como la mía no llegara a tocarse de alguna manera la diferencia entre la vida y la muerte. Ese matiz de carácter ontológico tiene un precio, ¿qué es la vida? ¿Es posible que el concepto sea falso? Para empezar debemos fijarnos cómo en mi obra, sin llegar a tocar los temas de los diversos estados vegetativos o de los diversos estados de semiincompatibilidad con la vida del neonato, sí que me meto en distintos estados de muerte, recogidos por el lugar hacia donde moraría el alma. Y es que, ahí voy yo: el que muere no está inerte, por lo que es no inerte. Y, una vez muerto, ¿se vuelve inerte?

En el Señor de los Anillos había un clan cuyo poder consistía en darle significado a la vida y a la muerte
Antes de nada volveré donde estoy como pez en el agua: la tecnología. En mi novela vemos cómo la máquina adquiere vida propia: se vale de la consciencia colectiva, y el conjunto de todos los memes, para generar una especie de arconte cuyas directrices no es nadie capaz de controlar. Según especulo, ese tipo de cosas son fáciles de programar para un videojuego; indico cómo se podría hacer, diciendo que en todo momento la máquina sólo tendría que comprender lo que los usuarios esperasen del propio videojuego y, acto seguido, encontrar algún medio para ponerlo de manifiesto en alguna ambientación coherente.

Y ahora yo os pregunto, ¿qué diferencia habría entre eso y la propia realidad en la que vivimos?

Lo primero es descubrir la pantalla verde
En cuanto cerramos los ojos todos nuestros deseos e inventivas se someten a nuestra voluntad, en estado inercial. Eso quiere decir que todos los reductos de lo que nos ha estado contaminando aquellos que conforman nuestro entorno servirán para poder conformar nuevas historias que conformarán nuestras circunstancias..., el mismo arconte que comentaba al principio. La cuestión es: ¿podría nuestra materia blanca (más que la materia gris, empero) ser capaz de aunar todos esos conceptos para ayudar a sintetizar una idea en conjunto?

Aokigahara. Donde la luz no entra, la vida hace maraña.
En mi novela, Pedro hace una comparación entre Gug y Lucía. Lucía era como una enredadera, como la luz; mientras que Gug era como un laberinto, como lo que genera sombras. Estos dos personajes recogerán un poder inconmensurable - sin embargo Hansel, en oposición a Gug, deberá descubrir su papel complementario, junto con Silvia. No se trata de personajes menores, son los protagonistas de la obra. Como ya expliqué en el capítulo sobre los miedos, Hansel trascenderá de una manera y Silvia de otra. De la misma forma, la máquina tiene una manera de trascendencia y el ser humano otra.

La trascendencia de la máquina pasa por reconocer al individuo.
 ¿Pero qué significa trascender? En mi novela es bastante explícito: trascender significa algo así como adquirir un poder que te cagas. No es de extrañar que Hansel hablara tanto con los dueños de las máquinas, éstos tenían miedo de que su compañía se inestabilizara al permitir que partes de su orgánica se revolucionaran. Y todo esto lo enlazo con un incidente pasado donde uno de los estrellanos traicionó a los suyos para que los terrestres avanzaran por delante de sus paternalismos.

El que todo lo controla y todo lo sabe, ¿tiene acaso algún derecho absoluto sobre el que es objeto de su control?

Un conocimiento absoluto es incompatible con la creación de vida. La reinterpretación es puro conflicto.
Así que, ¿qué haría que un ordenador empezara a reflejar un Derecho a no ser interrumpido por haber dejado de ser un ente inercial? La pregunta parece complicada, pero lo es en cuanto a que así lo vemos. Si nos planteamos este mismo esquema desde el punto de vista un poco más zen, o budista, el asunto se simplifica...

Uno es, el otro no es
Por cómo se hacen las cosas, los hay que están en este mundo, o en otro. El que forma parte de nuestro medio ambiente, forma parte de nosotros y, todos juntos, nos contaminamos para crear lo políticamente correcto dentro de este mundo lleno de apariencias. Damos vida al arconte bajo el cual nos sometemos, nos ensoñamos, nos dejamos llevar..., es el sentido de la vida: la misma apariencia, el valor que le damos a la soledad.

¿Buscáis vuestro lugar?
No os gusta esta, ¡pues montaos otra! Tenemos lo que nos merecemos. Luego, en el día de mañana, nuestras ondas cerebrales habrán recogido todo un registro de experiencias y, perdidas en una energía que no se pueda capturar, se convertirá en calor para viajar al origen del enmarañamiento junto con todo lo vivido. Será como soñar. Sin embargo, ¿qué clase de no inertes no tienen control de sus sueños? ¿Acaso no podrían volverlo todo más inercial?



Suficiente hasta aquí
quiero vuestros comentarios




martes, 19 de enero de 2016

Lo que me podría equivocar

Tengo a mis espaldas una tecnología puntera.
Sin embargo, debido a mi afán de ir a más no paro de darme de hostias
y, lo que es peor, no hay motivos para seguir luchando. No hay incentivos.
Hoy hablaré sobre esa palabra tan japonesa que mencioné en mi obra: benri.


Resulta que parece que se va a poner de moda el ser políticamente correcto, y yo también quiero meterme en ese debate. Para ello haré mención del capítulo donde la psicóloga del centro se aprovecha de un alumno de intercambio preguntándole lo conveniente que le resulta estar siendo protegido por sus mayores.


La soledad es un bien al que nos hemos acostrumbrado a tener y disponer. En este universo no nos queremos ni imaginar otra clase de destino, salvo el no poder encontrar a ninguna otra civilización. Con el fin de que no nos sintamos tan solos, los primigenios nos ofrecieron construcciones imposibles, porque ¿qué es la soledad?


Soledad es ser testigo de la grandeza de las apariencias y no poder compartirlo con nadie. El ser espiritual bien se puede nutrir del noúmeno para hacer sus viajes astrales..., viajes que le permite descubrir un sinfín de egoísmos que sólo él puede soñar sentir. Sin embargo, en cuanto uno se sienta solo en esos paraísos astrales, automáticamente ¿qué tendría de trascendente? ¿qué tendría de esencial o importante?

Es por ello que describo los mundos astrales en mi novela con un afán de enriquecimiento conceptual, donde se tiene la suerte de mezclar lo que se experimenta con lo que se espera uno encontrar. En esa fusión de conceptos podría viajar el yo para no experimentar soledad alguna y, sin embargo, cuando uno de los personajes acabó allí no pareció interesarle demasiado quedarse en ese mundo - aunque allí pudiera liderar a todos los vivos.

Pero volvamos al tema...

Trasgredir con la apariencia para luchar contra la soledad.
La conveniencia es un sustitutivo del deseo de que las cosas no cambien. Es una idea de deseo de conservación de que todo siga igual. Nos conviene generar apariencia de perfección. Poco importa si somos tan pulcros...

El utilitarismo de lo conveniente provoca que en realidad no nos demos cuenta de que hemos transvalorado un ídolo: hemos aceptado la realidad que vivimos y hemos trasvertido nuestra soledad

Algunas personas hacen cosas poco convenientes porque se sienten solas.
Cuando algunas personas dicen que los que visten diferente es para llamar la atención, corren el riesgo de generar la apariencia de que son como esa niña chillona a la que nadie hace caso, por cansina. Es cruel tratar a las niñas así, ya me lo contó una vez un amigo hace muchos años..., me lo dijo porque él nunca tuvo hermanas, y a mí me habría gustado tenerlo de hermano. Es difícil encontrar gente que te influencie para bien.

Pero ese es el papel de sentir soledad: tener la sensación de que otra persona es capaz de ahondar en el yo de manera que sea capaz de encontrar autenticidad en lo que se vive. La lucha por querer hacer que el mundo sea mejor es una forma de trasgredir contra la idea de lo que es conveniente.


Para luchar contra la soledad muchas personas se inventan muchas historias y éstas se convierten una manera muy conveniente de hacer vida. De ahí nace el engaño, aunque en mi obra me he procurado de no poner mentirosos..., todo lo más, discretos, crueles, bromistas..., son otras formas de mentiras, más lleno de cinismo, pero no se encaran contra una persona para decirle algo que realmente se piensa que no sea verdad..., o al menos en principio.

Detrás de una gran mentira hay la peor de las conspiraciones: una ley que todo el mundo desea.


Por eso parece que todo lo que tiene que ver con lo que nos parezca conveniente está destinado a ir contra la naturaleza misma de su espíritu..., ahora bien, ¿es cierto eso? ¿Es cierto que nos autocensuramos porque nos parece más conveniente? ¿Es cierto que a todos nos estresa la Lucha y las tragresiones y por eso nos desvinculan las conveniencias de la realidad? Pues no estoy del todo de acuerdo. Claro que no.

Muchos han sido los profetas que han querido guiarnos como si fuéramos idiotas por una senda más o menos adecuada. Y hay que decir que a esos a los que guiaron pudieron arrebatarles del mundo de las drogas, de golpear a sus parejas, de tener vicios en demasía..., ¿vamos a negar acaso la naturaleza violenta de los simios?

Por eso, algunos dogmas se convierten en unas buenas muletas para transmitir un mensaje. Aunque el marxista jamás admita el símbolo como un ente con valor en sí.


Entonces los símbolos, aun no teniendo valor, poseen unas directrices pedagógicas. Lo que no nos va a dar trascendencia, nos va a brindar una pedagogía. Va a permitirnos que podamos unirnos en la Lucha gracias a unas referencias comunes que permitan que seamos más concluyentes y autoritarios.

Las palabras, aun las que no tengan fuerza, se convierten en consignas, en una razón por la cual andar al unísono. En un mecanismo para entenderse y, por tanto, en una manera de reinterpretar la vida en comunidad. Nos juntamos para algo más, para que nadie se quede fuera.

¿Qué sería de nuestra sociedad si no nos aprovecháramos de los ídolos establecidos? De los memes que nos obligan a actuar de una manera o de otra... Si eliminamos esos parámetros, ¿qué haremos con los que se queden atrás? ¿Qué haremos con los que no hayan pillado la historia porque no están acostumbrados a leer entre líneas?


Detrás de todo un enredado de ideas siempre hay un tronco central que ayuda a asirlas todas juntas, antes de que vuelvan a dispersarse. Si somos capaces de dar con ese tronco y valernos de él para señalarlo como un pilar al que seguir, puede que muchos no vean el árbol por culpa del tronco, pero lo más importante es que, si lo tienen delante, tarde o temprano acabarán por alzar la mirada.



Me habría gustado compartir mi tecnología
pero algo me dice que va a pasar como con mi libro..., 
acabará desapareciendo incluido todo recuerdo.
Mis proyectos parecen haber sido una mala decisión.







miércoles, 13 de enero de 2016

Fin de ciclo

Estos últimos días han sido los más fructíferos de mi carrera como informático.
Después de publicar en una editorial, diez días después termino mi investigación
y lo hago a lo grande..., con un resultado que es tan grande que aún no sé cómo presentarlo.

Uno de los temas que aparece en mi novela es el muñequito que tenía
uno de los protagonistas. Un muñeco para liberar el estrés.


Le decía la psicóloga de la novela a este personaje que debía aprender a liberar el estrés. Existe una enorme sensación de soledad que aparece cuando todas las personas están plenamente convencidas de que la realidad es de una manera y no de otra. Entonces los ves abalanzarse como una horda de perros salvajes hacia un destino incierto y cruel. Y cuanto más te preocupas por su futuro, más certidumbres albergas hacia el siniestro destino que les aguarda. 

La ira, para este humilde novelista, se podría definir como un mecanismo de excitación a partir de percepciones de caracter violento que persisten. Cuando los conceptos tienen carácter no persistente la incitación puede activar los deseos, las inquietudes, los placeres..., porque la sensación de placer es meramente circunstancial.

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa
Eso quiere decir que existe una manera de convertir la ira en placer, y es cuando aprendes a vanalizar todo cuanto te cuentan. Cuando, de una manera o de otra, todo te empieza a dar como igual. Te insensibilizas de todas aquellas cosas que no son tan importantes. Y por eso en mi novela debía aparecer un personaje muy irascible, como uno de los caballos de Platón, que tuviera conflictos con otro personaje más desbocado. Al llegar a la parte amarilla, estos dos personajes conviven con una tercera, que será su áuriga, alguien a quien no parecen respetar como a ella le gustaría.

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa
La principal preocupación de los que se preocupan por cosas que no tienen importancia tiene que ver con el hecho de que no parece que haya nadie que le quiera poner remedio y, al mismo tiempo, parece como si día a día se pusieran más trabas para resolver un conflicto que es real.

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa
Mis problemas personales serán de mayor o menor importancia..., pero en ocasiones se nos olvida de que hay problemas que tienen mucha mayor envergadura y nos conformamos con los muñecos que nos relajan, ¿acaso siempre es bueno mirar a otro lado?

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa

Al llegar a la parte del epitafio del libro, la psicóloga tiene un momento de reflexión. Mirar alrededor, todo ese odio y la enorme necesidad de unirse ante un enemigo que nos tiene sitiado. Entonces los problemas menores que nos encolerizaban, se someten ante el hecho flaugurante de que no quieren vivir refugiados bajo tierra. De que no quieren convertirse en hombre topo.

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa
Así es que cuando la psicóloga se descubre a sí misma sometida a una situación violenta, ya no hay sitio para la ira, sólo queda el sometimiento y la concentración. Sólo queda luchar juntos en una misma dirección, sin tener que entrar en los conflictos internos. Sin que nadie lo proponga, todos están de acuerdo ante un miedo superior, pero porque lo pueden ver.

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa
Por eso no es difícil provocar iras en personas que ven lo que otros no ven, porque o no lo viven o no lo han vivido. Se trata de un juego de percepciones donde el que tiene ventaja visual tiene el deber de ser condescendiente y paciente, debe relajar sus reclamaciones para ayudar a los demás a ver las cosas con otros ojos.

Que tengas dulces sueños, refugiado en Europa
Si todos estuviéramos refugiados en Europa, entonces no nos costaría luchar contra el enemigo común: la guerra. Sin embargo la realidad es que los que toman decisiones se han buscado un lugar bien blandito para la toma de decisiones, como si eso fuera legítimo..., como si tuviera sentido.

¿No deberían de ser blandos con los débiles y duros con los fuertes? De eso ha tratado mi entrada, de ver cómo no existe una comunidad ni política, ni científica, ni nada de nada..., todo es una completa patraña. Y es a mí, cuando hago descubrimientos en informática, a quien le toca tener que ser blandito, en vez de mandarlos a todos a tomar por el puto saco.

Pero claro, en el fondo ya lo sabéis: le pasan a todos los escritores, en cuanto le dan un premio empiezan a ser menos condescendientes, más ellos mismos, y es cuando la gente los mira mal. Me pregunto si es que nos estamos acostumbrando a las mascaradas. Y, por supuesto, siempre surge la pregunta: ¿aquí este sujeto tenía motivos para enfadarse o para no hacerlo? Deberíamos de pararnos un poco a pensar antes de definirnos.