Pues lo dicho
que voy a desconectar y
para ello voy a soñar
en viajes..., en irme lejos
Microrrelato. Los arácnidos.
Según me comunicaron en una ocasión. Existía una civilización superavanzada dentro de las especies arcturianas. Esta civilización eones atrás había conseguido generar una suerte de supertecnología capaz de llevar a cabo viajes en el tiempo. Pero no sólo eso, sino que además su predisposición para la vida había sucumbido a la tecnología casi íntegramente. Según cuentan algunos estrellanos, hablamos de una raza inmortal, o al menos en parte.
Llevando a cabo la correspondiente consulta dentro de los registros de traducciones, me encontré con diversos problemas a la hora de traducir algunas partes. Ciertamente existen claves que no han querido compartir aún conmigo, lo cual viola el código de intercomunicación galáctica porque es bien sabido que los traductores somos trabajadores abnegados que acabamos por contar casi todo lo que sabemos. Aunque, por supuesto, siempre gustamos de reservarnos la mejor parte. Lo cual, a los que algunos nos gusta llamarles orcos, no les hace ni puñetera gracia.
A los orcos del espacio les pasa lo que a algunos periodistas del misterio en la tierra: tienen un sentido del humor un poquito chamuscado. Ahora bien, lo que sí que les convierte en unos auténticos plastas es en el hecho sumario de que se creen que su trabajo sirve siquiera para algo. Razón por la cual aparecen con tantas prisas y, al mismo tiempo, con tantas burocracias innecesarias.
No es de extrañar que acepten los protocolos con resignación, porque es un hecho innegable el que se ven sometidos por ellos. Sin embargo, cuando sus traductores no se limitan a explicar el funcionamiento de los que hemos querido tildar los arácnidos, pues la verdad es que sus licencias no hacen demasiada gracia.
En esta guerra de licencias, de determinar quién tiene derecho a putear sobre quién y de qué manera, aparece el consabido problema de la Libertad de Responsabilidad Profesional. Algo que en la Tierra se ha acabado por ver reflejado en conceptos como la libertad de conciencia, el secreto profesional, etc... Lo que para los terrestres es un derecho bastante antisocial, para la Federación completa y nuestra Confederación Galáctica en concreto es el eje central de todos los debates.
Es por ello que, aludiendo a la Libertad de Responsabilidad, los traductores orcos consideran que no tienen porqué ir contando todo lo que saben de esos seres que, de vez en cuando, echan un manto de paradoja espaciotemporal, para provocar viajes en un estado de aislamiento que comuniquen dos universos paralelos sin que se pierda el enmarañamiento de los distintos orbitales temporales.
(Parte convenientemente omitida)
Todavía la teoría es fácil de entender..., hasta un niño pequeño de la galaxia de Utom es capaz de asumir los conceptos más elementales de la mecánica cuántica..., claro, eso es después de que te enseñen a dividir. Es curioso cómo en la Tierra, en vez de enseñar las paradojas del enmarañamiento de subpartículas, el efecto Zeeman, se dediquen a enseñar a los chavales a hacer raíce cuadradas.
La vez que, en uno de mis viajes, se lo comenté a un miembro de Utom, automáticamente me dejó de hablar por diez eones (algo así como la edad que necesita una especie salvaje en aparecer y extinguirse). Suerte que los viajes astrales permitan salvar los tiempos y entablar comunicaciones del pasado al futuro y vicecersa siempre y cuando tengas tiempo futuro donde echar la basura enmarañada de las paradojas de comunicación espacio-tiempo.
Pero el caso, como eso lo hace la máquina, a mí me da igual. Peor lo tienen en la Tierra que, si no son capaces de gestionar sus residuos físicos, ¿cómo pretenden gestionar sus residuos calientes? Es de sentido común. Y por eso, de vez en cuando, la Confederación aprueba el desorbitar nuestra propia basura espacial hacia la corteza..., a ver si así vamos cogiendo la idea.
Y hasta lo que entendí era que los arácnidos se habían permitido el lujo de invadir toda la galaxia con sus seres y que, de vez en cuando, lanzaban nubes de espacio-tiempo para experimentar con las especies y mejorar así sus rendimientos.
Aprovechando el chat con los de Utom, un idiota conspiranoico me dijo algo muy gracioso. Y yo, por hacer la gracia, lo transmito también: intentó hacerme creer que a lo mejor toda la Federación Intergaláctica podría ser una matrix que estos seres habían creado y que nosotros éramos víctimas de esa red digital. Como esa teoría me daba sueño me dio por apodarle desde entonces Morpheo. Pero el asunto es que siguió hablando: dijo que a lo mejor no es toda la Confederación, sino sólo nuestra Galaxia. Luego dijo de que a lo mejor no es la galaxia, sino sólo el planeta Tierra. Luego dijo de que a lo mejor, no era el planeta Tierra, sino esta misma comunicación. Y luego no dijo nada porque me dio por mandarle a tomar vientos...
(Parte convenientemente omitida)
En cualquier caso, los arácnidos, cuya tecnología trabaja en dimensiones desconocidas, se aliaron con los orcos. Y la Confederación está que trina, porque ¿acaso no podrían crear burbujas espacio-temporales de manera que nos hagan creer que nos comunicamos y transmitimos mensajes cuando en realidad lo que hacen es modificarlos en diferido? No es la primera vez que se les pilla in fraganti, con esos experimentos. Lo cual da de pensar que, efectivamente, su ámbito de aplicación debería ser exclusivamente una zona pequeña de sólo unos 100 Km de diámetro de esfera..., lo cual ya es un alivio. Pero claro, ¿y si esos experimentos de 100 Km son un subterfugio?
Bueno, esta historia alternativa
ayuda a desconectar y volver
a lo que se lee en mi novela
¡No olvidéis comentar!
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