Hay una danza popular irlandesa que
cuando la escucho me evoca a la invitación
del proscrito a abandonar su vida al margen
para atiender a la melancolía de sentar la cabeza
con el resto de la civilización.
Como no he encontrado ninguna imagen que se ajustara he buscado la que tenía el mayor número de copyrights posibles. |
Como ya cité en la entrada anterior, mi intención es la de ir ayudando a comprender el sentido pragmático que adquiere en nuestra civilización la palabra honor, más allá de los sesgos culturales marcados por cada idioma o cultura..., en lo posible. La civilización occidental, poco a poco, ha ido marcándose un sentido del honor que se ha aceptado por marcar una cierta coherencia, en ocasiones sujeta al absurdo de lo cotidiano.
La película que iba a comentar hoy es la de Barry Lyndon. En esta película se presenta el sentido del honor como lo que alimenta la necesidad de satisfacción que requiere el que desea retar a alguien a alguna clase de duelo. No hay que olvidar que, inherente al ser humano, está el deseo de competición: la civilización nos viste de ropajes y estilos que deben ser defendidos..., cuando nos falta argumentos para defender nuestra posición, siempre nos queda el que se resuelva la satisfacción.
Una vida absurda nos lleva a desenlaces aún más absurdos. Como es lógico. |
El impostor que intenta creerse más civilizado de lo que es está destinado a tener que resolver sus circunstancias mediante la violencia. Entonces, para el director Kubrick, el honor es como una trampa creada por la civilización, al mismo tiempo que perseguida por las leyes de la misma: como un juego que genera una extraña adicción entre los caballeros que necesitan mantener su prestigio de caballero.
Esta adicción, según se ve, es memética: se replica. Pero se replica al margen del sistema como producto de la diversión. No tiene final, y se retroalimenta generando un reguero de sangre, muerte y pérdidas. Se trata de la expresión misma del loco.
¿Qué tendrá esto que ver con el mercadeo? ¿Ética en el marketing?
Esta es una de las escenas más "románticas": la mujer descubre cómo el macho alfa le está haciendo perder grandes cantidades de dinero ¿Se siente atraída porque él demuestra estabilidad o porque él es capaz de hacerle perder toda su fortuna? Los dos rasgos son propios de los iconos que empujan al género femenino: quieren alguien estable y, también, peligroso.
Si la relación no es sana, ocurre como con los negocios: siempre acaba mal para las dos partes.
La idea de honor, por tanto, tan pronto como te obliga a crearte un prestigio, también te incita a perderlo porque no eres tú el que gobierna al honor, sino que el honor toma por sacrificio a sus propios jugadores. Si el mercadeo interpreta la imagen con estos esquemas, entonces tan pronto como coman serán comidos.
TurKia. Ahora mismo. |
En esta película, el ruido de fondo describe perfectamente la emoción oculta de la imagen. La iluminación es natural y transmite qué significa mirar como es debido. El uniforme se convierte en objeto de especial respeto así como señal de poder, de hombría. Vemos cómo se asocia la inocencia y la niñez como algo inadecuado, torpe. La mujer es un artículo administrativo bastante accesorio y la realidad política es la que marca el sometimiento más individual.
En cuanto intentes toserle a un poderoso caballero, no le importará alimentar el caos en el sistema debido a una idea que tiene de honor que no es sino un enorme MIEDO a perder el poder que tiene y que, mediante la avaricia de querer sostenerse, está dispuesto a llevar a cabo auténticas aberraciones.
A propósito, hay una idea de imagen que se refleja en la película..., como algo que se ignora. Ya veremos como tocamos ese tema....
Fin del primer asalto
Esta idea de honor es destructiva
todo falsedad e hipocresías
quiero vuestros comentarios.
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