miércoles, 3 de agosto de 2016

Lo que se esconde detrás de una palabra

Después de advertir que de Google 
no puedo esperar 
ninguna forma de avance por mi parte
voy a hablar hoy sobre la Imagen

Hay empresas que esconden sus fanatismos y otras debilidades tras la mala aplicación de la interpretación de sus propias normas. El que obra por sí mismo marca su camino y redefine el Futuro a su antojo.


Algunos podemos aspirar a crecer partiendo de que somos lo suficientemente pequeños como para que no nos tomen como una amenaza. Sin embargo, incluso los pequeños, al serlo tanto, debido a la forma que tienen pueden inspirar una especial manera de ser machacados por la decisión del Gran Zapato. Desde aquí considero que lo mejor que se puede hacer es jugar en diferentes ligas y ningunear a las grandes ligas haciendo un espectáculo mucho más increible en las nuestras.

El Derecho a la Imagen, al Honor, es un derecho fundamental que también fue reconocido. Es una suerte que se encontrara en el idioma reinante un término para ese concepto. Sin embargo, es el idioma el que delimita su pragmática y, por tanto, el desarrollo memético de conceptos que no existen podría entremezclarse con lo que sí nos es inherente; independientemente de que tal desarrollo memético nos lleve a una realidad mucho más auténtica y deseable que lo que nos ofrecía nuestra propia naturaleza.

No hay que olvidar que en los deportes de equipo, de vez en cuando, observamos comportamientos de aparente violencia. Esto es, cuando se practica kickboxing, deportes de contacto o, incluso, cuando vemos armas sin filo..., para que sea deporte debe haber, al menos, tres rasgos: un objetivo por el que se compite, unos límites que sancionan los medios que se usan con deportividad y un mecanismo objetivo de regulación de las reglas; como se ve en la novela Luces y Espectros con un deporte inventado de tres reglas.

El Capital es un monstruo con dos piernas. Quien cojee de una precisará unas muletas que lo colocará en una liga menor.
La cuestión es que la Imagen es uno de los pilares del capitalismo: la razón por la cual existe la deportividad es porque se quiere luchar contra un mismo objetivo, pero sin destruir cierta Imagen. En cierta manera podemos considerar, como ejemplo, la relación que hay entre varios actores de cine: ellos luchan por un Oscar, pero machacarse la Imagen podría considerarse juego sucio.

Desgraciadamente, las fórmulas liberales a partir de los años 80, basadas en capitalizar incluso la propia Imagen, fueron incluyendo entre sus actividades decorosas el acabar con la Imagen del contrario, ya que este tipo de actividades permitía especular con las participaciones de la empresa. Ya digo que, esto es así, desgraciadamente, porque entre los buenos jugadores los hay que son demasiado rudos y éstos son los que hacen que la economía conozca crisis muy cruentas que afecta a muchos espectadores.

En una democracia de verdad, este tipo de actividades (el liberalismo financiero) deberían de estar prohibidas; o, por lo menos, bien regularizadas para que la Imagen y el Honor queden inmáculas. Sin embargo, si ya de por sí la especulación puede funcionar muy bien con el sector industrial y comercial debido a las innovaciones aportadas por la ingeniería, ya sea industrial o social, el sector primario nunca fue capaz de especularle a una lechuga que sea capaz de crecer a la misma velocidad que el precio del dinero..., el keynesianismo y el liberalismo financiero es por ello que están abocados al fracaso

Pero claro, si cada vez que hay crisis le pueden echar la culpa a quienes no se pueden defender, porque no hay Honor, entonces encima vemos cómo se agrava la situación.

Ahora bien, vamos con una pregunta de calado: ¿qué es el Honor? ¿Se trata de un producto de nuestra civilización? ¿Es algo inherente a la propia vida?

Para poder mostrar las caras del honor, dispongo de varias filosofías desarrolladas en distintas películas de cine. 

1. El honor según Barry Lyndon de Stanley Kubrick. Idea de William Makepeace Thackeray.
2. El honor según Las cuatro plumas de Don Sharp. Idea de Alfred Eduard Woodley Manson.
3. El honor según Conan el Bárbaro de John Milius. Idea de Robert Ervin Howard.
4. El honor según V de Vendetta de James McTeigue. Idea de David Lloyd.

Son cuatro modelos de honor completamente diferentes, pero que aparecen en el cine y son aceptados por el público; debido a que las películas tuvieron su propio éxito relativo. Es decir, la pragmática que se usa para defender el honor resulta convincente a las personas.

A lo largo de estos días iré desarrollando cada definición. Cada una completamente diferente y aplicada a una misma palabra. Quizá por ello, motivo de disputas y controversias.










Suficiente hasta aquí
quiero vuestros comentarios
y que le dén a Google.




No hay comentarios:

Publicar un comentario