lunes, 17 de octubre de 2016

El problema de no incluir el chovinismo

Vamos a hacer un pequeño
experimento mental
¿cómo sería una sociedad que
no reconociera un concepto como 
el chovinismo?


Creo que hoy voy a hablar de Cartagena provincia. No porque me importe una mierda, sino porque tiene que ver con todas las cosas que han estado pasando durante esta semana. Recuerdo al máximo defensor de la independencia de Cartagena que me decía que él votaba al Ciudadanos local. Tan pronto me decía eso también añadía que tenía conocimiento de las corruptelas del cortito, siempre dentro de los rumores y de lo que largan los empresarios cuando no tienen que rendir cuentas ante nadie... 

Pues bien, ahora resulta que si antes el cortito (el líder de Ciudadanos en Cartagena) defendía Cartagena provincia, ahora ha recibido una señal de arriba que lo ha puesto en su sitio. Es decir, ahora ya no defiende tales asuntos. Si hay que elegir entre su poltrona y darle un guantazo al juez que se saltó a la torera una decisión tomada por un órgano ejecutivo elegido por el Pueblo..., pues prefiere agachar la cabecita y decir "sí, mi amo".

Los golpes de estado supuestamente se cobran con 9 o 10 años en adelante. En el caso de Cartagena provincia, la victoria judicial se convirtió en puro silencio. Yo a eso no lo llamo jurisprudencia, de ahí lo que nace es la vergüenza judicial: la jurisverecundia.
Bandera diseñada para la Provincia de Cartagena
Sin embargo, a mí el que la comarca de Campo de Cartagena sea o no provincia me importa poco. Sí me importa más que tengamos un sistema judicial basado en jurisprudencias y jurisverecundias, algo que raya el peor de los absurdos: es como decir que Otegui debería de poder acceder a ser lehendakari para evitar que caiga en la violencia..., claro, no apliquemos la ley no vaya a ser que cojan una rabieta. De ahí que algunas interpretaciones sean más del tipo militar: procurar ser discretos para que se cumpla alguna clase de principio maquiavélico, un plan que nos ennoblezca, aunque provenga de algún tipo de manipulación o violencia. 

El problema es que los jueces, a mi juicio, no deberían de tener esa clase de poder. De hecho, ni siquiera los políticos deberían de tener esa clase de poder..., pues significa que aún viviríamos en una transición a una democracia. No tiene sentido que se dobleguen las leyes ni los principios con el fin de alcanzar metas superiores compatibles con la democracia..., o, al menos, en algún momento dado deberíamos de aspirar a que deje de tener sentido un mundo así.

Pues bien, de eso es de lo que iba esta entrada.

No hay nada complejo que no se haya construido como combinación
de un conjunto simple de reglas
Éramos pocos, y nació Nietzsche. Él nos hablaba de los nihilistas. Nihilistas esto, nihilistas lo otro... Pero, ¿a qué se refería? ¿Por qué inventarse un nuevo término? 
Esta no pretende ser una clase de filosofía, ya en otra entrada hablé del chovinismo. Se supone que lo único que es capaz de mantener a una sociedad conservada son los valores chovinistas que no sean autodestructivos, son esos memes que se mantienen en la sociedad que provocan que las personas se comporten de la manera menos incorrecta, menos destructiva posible. Retocar las pautas de conducta, los valores, se convierte en la tarea que, hasta ahora, le habíamos cedido de forma azarosa a un señor que nosotros mismos idealizamos..., pero que, en cuanto a que se quede por olvidado, lo habremos matado.

Ese hierofante, existe tal como nos explicaba Maquiavelo en "El príncipe", para conseguir su ansiada república italiana. Para conseguir la independencia de su pueblo tanto de los españoles, como de las mafias que aparecían debido a que las Dos Sicilias tenían miedo de la ira aragonesa. Una sociedad necesita leyes; sin ellas no tenemos nada. Idealmente los hombres que sean capaces de definir qué es lo que entienden por moralmente aceptable se ubicarán en una posición mucho más independiente que aquellos que necesiten de un autócrata que les guíe.

Son conceptos que se repiten a lo largo de la historia. Es la llamada a la independencia moral, a la civilización. A ser conscientes de qué podemos hacer y qué debemos hacer. A organizarnos según nuestras propias espectativas...

¿Cómo sería una sociedad que no reconociera el término mismo del chovinismo?

Éramos un grupo de aldeas, hasta que vino el dios instructor y nos enseñó a ser civilizados
Hace tiempo ya escribí una entrada sobre una tribú cuyo lenguaje le impedía seguir nuestros ritmos civilizados. Esta tribu jamás reconocerá la necesidad de un dios que les diga qué deben hacer o no y, al mismo tiempo, tampoco se plantearán conflictos éticos en base a cosas pasadas. Según el cristianismo, todos los miembros de esa tribu acabarán en el infierno..., pero eso es otra historia.

Una sociedad que no reconoce el chovinismo está abocada a no ser consciente de que Platón era un gran filósofo, pero le daba igual la exclavitud humana y consideraba que un buen maestro debe practicar, en alguna grata ocasión, sodomía con su alumno. Una sociedad que no reconozca el concepto del chovinismo estaría abocada a tener que juzgar a los filósofos antiguos ya sea como malos o buenos..., sin sacar demasiado provecho de su obra.

Hoy día cometemos errores que se agravan en cuanto nos metemos en las redes sociales. El ser humano no tiene instinto para las redes sociales. Sin embargo, los errores que cometemos se pueden justificar a través del chovinismo: se supone que estamos evolucionando como sociedad y cada vez necesitamos una planificación menos explícita para saber trabajar en conjunto.

En la entrada anterior quise hablar de esto mismo, pero lo puse a modo de introducción para que se entendiera mejor cuál era el enfoque que le daba. Resulta que cuando yo me pongo a explicarle a la gente cómo funcionan algunos estercoleros de nuestra sociedad, automáticamente lo que buscan es la razón por la cual fui elegido para ser víctima de tanto acoso..., es entonces cuando se busca la manera de justificar el daño que sufre la víctima y así convertir en una persona emérita a quien no haya sido víctima.

Es decir, su chovinismo les convierte en no perceptores de un mal endémico que pueda producirse en sociedades viciosas y si no son conscientes de que son chovinistas entonces mantendrán su mirada hacia la indiferencia y, poco a poco, la sociedad tenderá a su propia autodestrucción.

Y es que esa manera de defender el conservadurismo puede llevar a las personas a defender vicios que les deshumanice, hasta el punto de defender lo indefendible..., poco a poco se hacen víctimas de sus propios seguimientos: lo vivo subyugado a lo inerte. El triunfo del hierofante; el sometimiento del Hombre.
La ultraderecha, el sadomaso, el Opus dei... ¡Cuánto disfrutan!
Por otro lado, también tenemos a los progres ¡Cómo iba a ser tan fácil! Desde la posición de cantantes de rap, con conocimientos culturales de alto nivel, o gracias a su posición periodística privilegiada que le permite poder decir cosas que mucha gente desconoce..., proceden a dar lecciones de cosas que en realidad no tienen ni la más puñetera idea, sucumbiendo a profundas y muy hirientes contradicciones que demuestran que tampoco controlan términos como nihilismo, chovinismo, etc...

Señor progrelisto, ¿cómo distingues a quien discrepa de quien se equivoca notoriamente? Si no puedes automáticamente pierdes toda tu compostura: admites la sodomía de Platón, los toros de Goya..., como no puedes ser coherente, pierdes incluso tu propio criterio sobre qué se entiende por un Derecho Inherente al ser humano. Se pierde incluso la valoración de cómo va a defender su autodeterminación, su Libertad, sus proyectos...

Pero claro, si no admitimos nada, señor pedante progreculto, tanta cultura que tienes, tantas tablas y no aceptas la República de Platón o los cuadros de Goya..., ¿de qué te sirve si te las das de tolerante si luego sólo te quedas mirando? Poco interesa tu idea de cultura cuando ésta no supone ninguna clase de trasgresión a tu enorme y elevado superego que hace que todo el mundo debe pensar a favor o en contra de cualquiera de tus planteamientos. Si eres de un partido político, todo se reduce a tus dos líderes favoritos..., ¡menudo absurdo de ser humano! Bipolaridad ilustrada.

En esta semana nos ha llegado otro caso de abuso de poder: antitaurinos que se pasan con insultos a un niño pequeño..., lo mismo sucedía cuando en la entrega de los Goya los hacktivistas colmaban a insultos a los Bardén..., se trata de la pugna existente entre lo que se entiende por tolerancia y el deseo de hacer que la gente abra los ojos. Por hacer que abandonen posturas torturadoras, están dispuestos a torturar: una revisión maquiavélica de la enseñanza del Príncipe para que sea consciente.

A mi juicio: debido a la ausencia de términos que nos permitan ser conscientes del sometimiento que se autoinfringe muchas personas por puro vicio, el maquiavelismo -expresión misma del pesimismo o lejanía de la propia libertad del individuo, como defendía el propio Maquiavelo- en vez de mermar, ha ido creciendo. Todo ello para convertir a cada individuo en un Príncipe con poder para manipular a la sociedad en su beneficio y que la mano invisible le favorezca sus intereses morales.

Todo este mesianismo no tiene tanto que ver con la derecha (hay una derecha que yo defiendo, aunque no me guste para mi propia vida), sino más bien con lo que escribí en la entrada anterior: se trata de una medida que lleva a cabo la gente porque no quiere aceptar la película de miedo que se ha inculcado cada uno en su cabeza. Película que no existe, y aún así se someten a ella.

Nunca miréis la violencia como algo natural.

Suficiente hasta aquí
no dejéis sentar ningún dogma
quiero vuestros comentarios





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