miércoles, 12 de abril de 2017

Desde la seriedad. Sobre lo paranormal


Quería aprovechar este espacio 
para hablar un poco desde la seriedad.
En este caso, hablaré sobre los temas
que trata mi novela y relatos de este blog

Sensación que le produce a un londinense cuando visita los campos elíseos
Mi blog está lleno de errores, reflexiones, relatos ficticios..., sobretodo de lo último. Pero siempre desde el respeto y la consideración de los temas que se tratan. Cuando se presenta una historia, por muy inventada que sea, se debe cumplir con la premisa de que debe presentarse un contingente: que muestre un mundo posible. La idea tiene que ver con la teoría que presento en este blog sobre la utilidad de las letras: nos valemos de historias falsas para poder aprender a aprender experiencias futuras. Es decir, la cultura nos permite aceptar la realidad, aunque nos cuente falsedades (historias inventadas).

Dicho esto, habrá que insistir en que, por supuesto, la naturaleza de mis historias no es dar testimonio conque existen dos dioses que conspiran para hacer que la realidad sea de una manera o de otra. De la misma manera, tampoco puedo asegurar que el mundo futuro vaya a ser como se muestra en la novela Luces y Espectros. Sin embargo, ¿acaso no hay un conjunto de ideas compatibles con lo que vivimos como para darle una cierta autenticidad a lo que se expone?

Los simbolismos y los figurismos nos permiten crear un mundo que, sin ser manifestación de sucesos
conocidos o constatables, permite abrir el lenguaje que usamos para un conjunto de hechos que suelen ser negados en cuanto percibimos según qué posibilidades.

Es por ello que he escrito esta novela. A mi juicio hay evidencias más que claras conque los extraterrestres ya han visitado y mantienen el contacto con la Tierra. De hecho, me parece tan evidente que no me cuesta señalar con el dedo dónde se encuentra la evidencia. Todo esto tras evitar experiencias personales; es hablar exclusivamente a partir de lo reconocido oficialmente.

Sin embargo, ni periodistas de lo paranomal ni físicos, teniendo tales evidencias delante lo ponen en la palestra. A los periodistas de lo paranormal les encantan las fotografías..., y lo entiendo pero, ¿cómo pueden convencer lo que en ocasiones es fácilmente manipulable y, en cuanto a que no sea manipulable, fácilmente que se cuestione al propio periodista al tener en sus manos algo tan exclusivo?

Al típico pronasista (típico pro NASA) le encanta cuestionar a cientos de testimonios independientes, periodistas..., pero a una institución que no trabaja de manera trasparente, que reedita sus pruebas..., y que cobra millones y millones para no ofrecer nada de interés (lo digo en serio: ¿y a mí qué si hay vida en el exterior? Seguro que se puede calcular de manera más económica - y si no, tampoco me interesa, o que se puede usar ese dinero para otra cosa aquí en la Tierra). Me sorprende que cientos, o incluso miles, de testimonios desinteresados tengan tan poco valor frente al testimonio de algún señor que cobra lo que parece que enmaraña con fórmulas.

Dicho esto, por un lado en la novela critico la propia institución, pero por el otro también pongo en evidencia que ya hay pruebas suficientes como para aceptar que hemos vivido un cambio; o que debería de leerse algunas fotografías como auténticas en virtud de lo que debemos esperar de la realidad más probable.

Sin ir más lejos, el hecho de que haya unos pocos programas espaciales en la Tierra y no den muestras diferentes de lo que se ve ahí fuera, en contraste con lo que se ve en la superficie, es suficiente como para pensar que en realidad no sólo hay visitantes, sino también infiltrados (en consideración con una paradoja fácil de entender en lo referente a las comunicaciones, aunque no lo incluí de manera muy desarrollada en la novela).

Como ocurre con el que estudia egiptología, al ser una ciencia muy mediatizada y más profunda que lo que marcan los intrusismos, la mayoría empieza desde la heterodoxia para acabar defendiendo ideas ortodoxas - a esto yo lo llamaría el vértigo del conocimiento, también ocurre con lo paranormal: los que empiezan parten de una idea sobre empezar a investigar lo que demuestre que es real, para luego conformarse con la acumulación de testimonios (lo ortodoxo en su campo).

Y no voy a ser quién para juzgar unos científicos o a otros. Sin embargo, a mí me ha pasado: tener una verdad irrefutable y emitir una sonrisa (la de Buda) a la espera a que el sujeto que tengo delante se consuma con sus tergiversaciones y elucubraciones..., para luego manifestar el error que comete. Da una enorme satisfacción, aunque no lo vean porque, tarde o temprano, se verán obligados a recordar y, para entonces, sólo habrá que insistir para que acepten la realidad.

Así que diré que mis novelas y escritos son todo invenciones. Hasta ahí lo evidente. Pero también diré que no he visto una mente escéptica dispuesta a comprender las pruebas quizá, principalmente, porque su visión del mundo es tan sesgada como la mía y me creo en posesión de alguna verdad absoluta..., sea como sea, no gozan de convicción ante mi manera de ver el mundo.



A propósito, se está poniendo de moda la interpretación de Ezequiel 38, pero la manera interesada de hacerlo es expresamente errónea (incluso usando la imaginación, no conforma una posibilidad), así que veré si toco ese tema..., en consideración conque la novela Luces y Espectros tiene según qué vinculaciones al respecto...




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