Habida cuenta de los pesares que le reconcomían a Sinester, no podía vivir sin experimentar la sensación de vida. No podía sentir sin experimentar la sensación de la fluidez del dolor. El recuerdo de una nostalgia que perduraba en él se hizo melancolía al reconocer la fluidez de las almas revolotear con sus ansias de emanar luz. Sólo le bastó una lágrima para dejar brotar el recuerdo de cuanto quedó atrapado en él y se escapara un aliento de vida.
Su compañero por ahí andaba, jugando con la perfección mientras Sinester ansiaba una compañera, cabalgar sobre un caballo sin saber lo que se encontraría más adelante. Divagó en sueños y salió de él un desdén. Pero no quiso traicionar el compromiso que tuvo con su mejor amigo: cualquier realidad concebida no puede escaparse del primer recuerdo que cundió al fracaso.
"De lo contrario no durará más que cualquier otro sueño,
y se perderá en el olvido cuando sea profanado por nuestra vigilia.
Compañero, no cierres los ojos sin mi consejo"
Pero, ¡quién fuera tan perfecto para haber olvidado el caos y la vida misma! Así como la oportunidad que suponga tener una compañía mucho más diversa.
Y miró a lo lejos, allá donde nadie mira, en el lugar más recóndito e imaginó al individuo sin brazos, para que no pudiera hacerse daño, pero con olfato para que pudiera ser alquimista de los sentimientos. Y, junto a él, creó al individuo con brazos, para que pudiera construir un mundo, pero sin olfato para que pudiera ser manejado por la magia del manco. Al individuo manco le arrebató la mirada, pero le dotó de una suerte de alas. Al individuo sin olfato le dio buenos ojos para que pudiera otear por el horizonte y comparar su obra con lo natural.
Entonces soñó, "si le doy manos y no tiene miedos entonces nada cambiará con ellas", por ello le enseñó a ser capaz de cerrar el puño, de ser la llama purificadora de lo bueno y lo malo. Es así que quien tenía manos adquirirá la oportunidad de negar la suerte que le haya tocado y quien se alzaba posibilitaría la elevación a partir de lo que disponga a su alcance.
Y entonces soñó, "si el volador huele más allá de lo que pueda ver, necesitará entenderse más allá de lo que se vea", y dotó al volador de ultrasonidos. Los sonidos trinaban y marcaban el paso de las sensaciones más allá de lo que el manitas sería nunca capaz.
Las manos se hicieron fuertes y levantaron muros, poco a poco los individuos evolucionaron para generar engendros diversos, habitaron bajo el amparo de los doce eones y se diversificaron ante el desconcierto del que emanaba la Razón.
"¿Qué has hecho, amigo? ¿No pudiste aguantar tus lamentos?"
Eligieron desde qué casa lanzarse y observar. Desde el pasado hasta el futuro ya estaba escrito, habían sucumbido a la condena. Y por mucho que soñara una y otra vez se desvanecían y se perdían en la inmensidad del espacio.
"Siento que te he traicionado, no he sabido contenerme.
Perdóname, fue una melancolía disfrazada de nostalgia."
Arrinconado en un momento de los tiempos, las manos fueron usadas para alzarse con fuerza contra la mala suerte al descubrir la hermosura de los trinos de aquellos que se elevaban sin tener manos. Fue esa la razón por la cual quisieron capturar la belleza de los ángeles, portadores de un sentimiento que no comprendían. Pues se embriagaron por el embrujo de su existencia. Pero, al capturarlos, algunos de ellos asustados les clamaban que les soltaran, cuando otros aprovecharon un embrujo para que usaran esas manos en su beneficio..., y el miedo se apoderó de los que podían ver al verse encerrados en la cárcel que ellos mismos construyeron para los ángeles.
¿Por qué debemos subyugarnos a ellos cuando
nosotros ya tenemos nuestros problemas?
nosotros ya tenemos nuestros problemas?
Y cerraron el puño con más fuerza.
¿Por qué debemos deleitarnos de lo que no comprendemos?
Y cerraron sus oídos hasta lo que pudieran oír sus ojos.
¿Por qué iban a ser ellos como nosotros?
Y les dieron caza.
Fueron usadas las manos para escribir
y se burlaron de los ángeles porque no podían leer.
Fueron usadas las manos para tejer redes
y se burlaron de los ángeles porque ya no se levantaban.
Fueron usadas las manos para taparles la boca
y se burlaron de los ángeles porque ya no trinaban.
Fueron usadas las manos para cazar ángeles,
y se erigieron como los reyes.
Para cuando poblaron su mundo más allá de lo que ningún mundo les pudiera aguantar, uno usó sus manos para arrastrarse hacia un ángel que le había pedido que le liberase de sus cadenas. Quería que sus últimos momentos de agonía fuera en libertad. Una vez liberado de sus cadenas, el ángel no alzó el vuelo, sino que se sentó y descansó sobre una piedra junto con las inmundicias de los que podían ver.
"Acaso no ves que estás rodeado de inmundicias, vuela lejos"
El ángel oteó el ambiente, no podía oler a ninguno de los suyos. Sólo podía oler la perdición allá donde marchara y, junto a él, cientos de individuos con los puños cerrados. Aún así se quedó sentado, porque su libertad no la quería para irse volando, porque no había donde volar; tampoco para trinar porque no había quien pudiera escucharle; tampoco para emitir olores hermosos, porque todo estaba putrefacto. Ahí se postró a la espera porque advirtió la oportunidad de hacer ver a los que aun teniendo ojos decidieron cerrarlos. Y este fue el fin de la Humanidad.
Viernes de Dolores en Cartagena
Corresponde con el calendario lunar
en el apogeo primaveral,
recuerda el desprecio del mundo en el que se vive
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