jueves, 1 de junio de 2017

No olvidemos que somos humanos



No olvidemos que somos humanos
que hemos nacido con dos brazos
dos piernas y dos ojos
que aquel que nació diferente maldecirá 
cómo lo llamamos
y así mismo se deconstruirá y se reconstruirá.

No olvidemos que tenemos psicología
que nuestro comportamiento nos moldea
elegimos qué comer
y lo que comemos nos hace desear
 cualquier tontería
que nos somete y nos vuelve a obcecar.

No olvidemos que hay luz en nuestro ser
que la droga no lo somete
pues lo conceptual trasciende
y de lo trascendente lo que persiste
dejará entrever
que sólo hay Una Verdad que al relativismo resiste.

No nos perdamos en la megalomanía
que sólo somos humanos
pues perecerá lo efímero
y de lo que trasluzca de nuestro modo
resurgirá la manía
para llenar lo más brillante nuestro de lodo.

No olvidemos que el tedio nos comunica
que en ocasiones no es correcto
cuando hacemos o pensamos
porque hay en nuestro plan algo inacabado
la mente replica
que la psique debe tenerlo todo atado.

No olvidemos nuestro lado claro
aunque el mundo se oscurezca
pues la formalidad no es ortodoxa
y hay que preocuparse de crear pieza a pieza
para hacer pasar por el aro
toda voluntad para que trascienda a la pereza

No olvidemos las simples construcciones
líneas rectas que hagan su función
que enseñen cuál es la manera
para que el siguiente sueñe una curva sinuosa
a partir de intenciones
que formalice una realidad de engaño hermosa.

No olvidemos que somos humanos
elegimos ser menos
más que nada
para jugar a rehacernos como somos
como hermanos
levantándonos mutuamente a nuestros lomos.

Que nadie se libre de debatir sobre la trascendencia del ser, no hay toxicidad en el debate de la moralidad salvo que sea incompatible con el debate mismo; el que cargue con fe irá más lento, el que pretenda hacer cargar con lo que no porta es el tóxico.
Porta lo que aporta
pero lo que no entiende
no lo soporta
y, en cuanto a que lo comprende
hace prenda de lo que sabe
para intoxicar al que enciende
ignora sobre todo lo que cabe
relativiza su entendimiento
y espera que el mundo le alabe.
No es filosofía su calentamiento
y tonto es al que prende
pues sólo ilumina el sufrimiento.


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