lunes, 10 de agosto de 2015

Juegos y dinámicas



El libro está lleno de juegos con un contenido trascendente. Se plantean distintos tipos de dinámicas en las que pueden participar grupos con el objeto de divertirse y, por supuesto, adquirir algún grado de trascendencia en algún aspecto.

Para entender esto voy a plantear una dinámica que debería aplicarse en los colegios de primaria y secundaria.

Se divide la clase en grupos reducidos y se les distribuye a cada miembro unas hojas de papel. En esas hojas aparecen citas de filósofos, menos en una - que estará en blanco. Esto es, en cada grupo habrá uno al que le habrá tocado una hoja en blanco y sus compañeros deberán adivinar que él es el impostor. El objetivo que tiene el impostor es hacer creer que el impostor es otro. Para ello deberán valerse de la información de las hojas e iniciar debates usando las citas que ahí ponen. Sabiendo que las citas estarán cruzadas (cada cita es compartida por al menos dos miembros del grupo), aquel que lea mal la cita será pillado.

Llevar a cabo discusiones para descubrir quién finge tener el conocimiento puede resultar un buen adelanto a un aprendizaje trascendente.








El mundo está lleno de juegos y modelos. Fórmulas y estadísticas. Pero al final los que siempre lo pagan es la generación siguiente. Es el robo generacional, porque nos resulta más fácil hacer que las cosas se resuelvan para ahora a costa del Mañana. Sin embargo, si se invierte en el Mañana, veremos cómo nuestras microeconomías empeoran - pero existirá un Futuro, y eso es lo que importa.

El libro Luces y Espectros trata sobre una generación que intenta reinventar el Mañana que algunos de sus padres les habían robado, y por el otros habían luchado. Saber cuál es el bando correcto, o dilucidar algún bando claro, es un auténtico problema - lo que realmente importa es mirar hacia adelante y saber interpretar del pasado lo que nos interese.








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