martes, 10 de enero de 2017

Ajedrez Campaña

En la novela se cita el juego del ajedrez
como un juego que busca quemar al adversario
Para potenciar aún más ese enfoque
se le puede añadir unas pocas reglas

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Hay tres tipos de juegos, según detallo en la novela, correspondientes con tres maneras estratégicas de dirigir tus facciones. La manera que tenemos las personas de dirigir nuestras facciones se puede considerar digno de inteligencia. Por tanto, esa forma de clasificar los juegos de estrategia que tenía la madre de Pedro, es una manera de clasificar la inteligencia humana.

El ajedrez, originalmente, a penas se inventó para tales motivos. Por eso, a pesar de ser el juego más ideal que se juega para la degradación del contrincante, también existen otros juegos que cumplen de forma más clara tales objetivos - aunque son más simples.

Esto mismo ocurre con el juego del Chinchón, cuando se juega al juego de las siete cartas (que se juega de forma mucho más simple que cuando se juega a la escoba), vemos que cada partida por separado busca obtener o una escalera del mismo palo con tres o cuatro cartas, o hacer trío o dobles parejas con un único valor. En este juego, la suerte importa mucho cuando las partidas se hacen de manera aislada. Sin embargo, lo tengo empíricamente comprobado, cuando se juega a 100 puntos, desde cierta fecha y jugando muchas veces, hasta ahora nadie me ha ganado. Estadística que, tarde o temprano, acabará por verse destruida. Pero por el momento es un hecho irrefutable (salvo la vez que me hicieron trampa de manera descarada..., pero vamos, lo que no cuenta, no cuenta).

Cuando se quiebra la suerte a tu favor, ya no es tanto de suerte: Existe un talento.
En muchas ocasiones se ha podido observar: juegos que deberían de ser justos (favorece a todos los jugadores por igual en cuanto a suerte) y luego resulta que, sin hacer trampas ni forzando las reglas, hay uno que siempre se lleva las victorias. Efectivamente, esa persona debe tener alguna cualidad que podría ser interesante de trasladar al automatismo.

En el caso del Chinchón, cuando se juega sin puntos..., bastante azaroso. Cuando se juega con puntos, he ahí la diferencia. Y cuando me lo preguntan les vengo diciendo siempre lo mismo: juego de manera que os voy empujando a los cien puntos y, de vez en cuando, saco menos diez. De manera que todas las partidas que juego suele tender a favorecerme porque las veo en su conjunto. Y como mis rivales negaban el poder de la estadística, de la esperanza matemática, entonces obtenía una ventaja clara que aprovechaba. También está claro que, con profesionales, habría sido más difícil ganar.

El concepto de esperanza matemática se puede desplazar al ajedrez para potenciar sus cualidades y así hacer que, entre profesionales, aún existan grados de distinción por su capacidad para afrontar este tipo de cualidad.

La idea consiste en que en el ajedrez campaña se anotará para cada tipo de pieza tres números, el nivel, los refuerzos y las capturas. Cada vez que una pieza de ese tipo capture una pieza rival sumará una captura. Cuando se quiera jugar la jugada de los refuerzos se podrá posicionar tantas piezas como tenga previstas del contador refuerzos para cada una de las fichas que se considere oportuno y perder un turno. Finalmente, el número de capturas sólo afectarán al nivel para cuando se termine la partida sin que te hayan hecho abandonar (lo contrario de vencer o tablas).

Al terminar la batalla, o partida individual, si puedes usar tus capturas, a medida que éstas sumen tanto como el nivel del tipo de ficha ésta aumentará en uno su propio nivel, paulatinamente, mientras se restan las capturas. 

A la hora de conformar un nuevo ejército para hacer otra partida, el jugador decide si se lleva todas las fichas restantes a la retaguardia o si las combina con el ejército que tenía preparado justo detrás - y que iba a ser el siguiente en luchar.

Tras combinar dos fichas de distinto nivel, las de nivel superior reducirán en uno su nivel a cambio de doblar el número de refuerzos para ese tipo. Sabiendo que nunca podrán entrar en el tablero más refuerzos que el número máximo de fichas establecidas por el ajedrez estándar, y que sólo entrarán en combate en una de sus posiciones de juego inicial.

En el ajedrez campaña el jaque mate no es lo más importante

Con estos planteamientos, se puede estar jugando durante días al ajedrez, se pueden establecer límites a los propios niveles, o incluso a la promoción de peones. Se pueden perfilar las reglas, pero la idea quedaría más o menos clara: cuanta mayor visión global de campaña tengas, mayor ventaja tendrás en el juego. Y si se quiere poner límites de tiempo, también se puede vencer por puntos.

¿Podría una máquina vencer a un humano con estos esquemas? ¿Tiene la máquina, a través de los pesos y el valor de cada tipo de pieza, suficiente información sobre las estrategias que adopta cada jugador en el ajedrez? ¿Cómo cambian las aperturas cuando tu rival tiene piezas de menos y con intenciones de hacerte mermar tus fuerzas?



Suficiente hasta aquí
quiero vuestros comentarios
¿Hace una partida?






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