El pasado 6 de diciembre
pasaron por aquí unos ingleses
que me dejaron una gran cantidad de libros
para poderlos revender de segunda mano
Se supuso que serían tres magos (astrónomos) y la censura institucional cristiana los denominó "reyes" |
Estaba yo en mi tiendecita cuando una extranjera se prestó a dejarme unos cuantos libros. Creo que cuento unas cuatro cajas llenas de libros en inglés. Como el ofrecimiento era gratuito, por supuesto a mí no me molestaban: ¡fue un auténtico regalo de reyes!
Echándole un ojo a tales libros, se notaba que se podían clasificar a partir de quiénes eran sus lectores (que si un hombre o una mujer). Y hay que decir que ambos paquetes incluían aspectos de un especial interés para mi investigación, a partir de esa donación particular y anónima.
Por ejemplo, ¿qué interés puede ofrecerme un libro de recetas de cocina? Como muchos ya sabréis, se ha puesto muy de moda la dieta que cura enfermedades. Es por ello que esos dietarios intentan convertirse en una especie de bálsamo de fieragrás que lo cure todo. Pues bien, la manera que tenga cada libro de ofertarse para ofrecer una cura para cada tema es una manera de intentar atrapar la mente de su lector. O, dicho de otra manera, la forma que tiene de clasificar tales alimentos es una manera de describir la psicología de su propio mercado humano.
Otro libros que me describen mucho el cómo somos en este planeta son los libros sobre el siglo XX. Resulta que el varón coleccionaba libros de la inglaterra victoriana. Tendré así la oportunidad de conocer con fotografías de la época cómo era la inglaterra de Alan Turing, la de las dos guerras, así como los fundamentos del capitalismo desde un punto de vista trasparente (hablar de capitalismo sin ver los poderes que lo manejan todo - los estamentos - es quedarse a medias).
Un detalle que se aprecia por los grabados de la época (y el tipo de humor que usaban) era cómo ponían a la reina de Inglaterra en lo más alto, junto a su familia, y ponían a los bancos en la posición más baja - junto al ejército. Efectivamente, nada tiene que ver con todas las crisis que hemos estado viendo hasta ahora ese modelo que sí tiene mucho sentido..., ¿salvar a los bancos?
Cuando un soldado caía nadie lloraba más allá de las salvas que lo colocaba en lo más alto: murió por su deber: ése era su cometido. Porque hay soldados el esquema funciona y se sostiene. Porque hay un ejército los grupos mafiosos no podrán permitirse el lujo de hacerse notar más allá de los límites impuestos por la seguridad policial y los tribunales. Porque hay soldados, se supone, ningún extranjero se atreverá a conquistar nuestra tierra.
Por eso el ejército está en lo más bajo en esos grabados: son los que se juegan más y a los que se les llora menos. Y a la misma altura estaban los bancos ¿Cómo iba a ser de otro modo? Pero claro, ¿qué pasa cuando todos los bancos se emponzoñan? ¿Todos? No, sólo el principal banco alemán. Una vez más los nazis invadiendo europa y destruyendo la economía... Si se hubiera hecho bien, sería Alemanía la que estaría comiendo de la mano de España. Agachen la cabeza..., agáchenla..., ¡pedazo economistas tenemos en este país mientros los alemanes y los franceses se ríen lisonjeramente en nuestras napias!
Pero volvamos al tema en cuestión..., los libros. Cuando me pongo a buscar esas fotos por Internet, como es lógico, no las encuentro. No es fácil hacer público un conocimiento y determinar qué es importante y qué no lo es. Si me las doy de tener ciertas exclusividades, es más que probable que muchas de las cosas que necesite no estén ni escaneadas. Obviamente, el que investiga no tiene porqué encontrarlo todo en Internet. Quizá algún día..., con la llegada de una renta básica universal y en todo el planeta, y con la caída del liberalismo del siglo XX, a la gente no le importe tanto ni las patentes ni las autorías..., y podamos disponer de casi cualquier cosa sin que tengamos que pagar por..., loquesea que intentan capitalizar. Algún día os comentaré cómo son los juicios de lo mercantil en mi mundo.
La cosa es que en las propias fotografías, en los grabados, en el compendio mismo de qué películas de cine habían y qué se escuchaba..., ahí se puede apreciar cuál ha sido el germen de la civilización occidental que ha marcado el rumbo de este planeta. Ahí se puede apreciar todas las clases sociales, los roles de hombres y mujeres, el papel de los niños y los distintos tipos de gremios existentes. Esos libros son de oro para conseguir, cuanto menos, alguna clase de inspiración. Sin ir más lejos, se me ocurre una manera de organizarlos para poder indexar las fotos de una forma mucho más lógica..., puede que me ponga a hacer según qué anotaciones..., no sé.
Una de las cosas que le faltaban a los actuales estudios de economía era un mecanismo de estudio de los ciclos de vida del desarrollo de un sistema (que con los sistemas de información sería el equivalente en España con Métrica). Con los esquemas que tengo desarrollados, y que no han sido especialmente mal vistos por los economistas con los que he hablado..., podría valerme de tales libros para intentar lanzar tales aplicaciones..., hablo de empezar a planificar. Vamos, que se puede aprovechar toda esa información para hacer más cosas.
El asunto es que, entre esos libros, también he visto tres más pequeños que siempre estuve buscando por todas partes. Tres joyitas muy antiguas que, probablemente, estén más que descatalogadas. Se trata de tres libros que hablan sobre cómo escribir en inglés (Writting Desk Book, Stops or how to punctuate, The Writer's Desk Book). Encontrar esta clase de temas en Internet, aunque parezca mentira, es de una complegidad extrema. Además incluyen pequeños diccionarios al uso, algo así como una selección de las palabras más importantes (considerando el tamaño de esos libritos) y que, por tanto, ya no es un compendio descomunal y completo con un 90% de términos innecesarios como se encuentra en la red.
Así que, por unos motivos o por otros tengo cosas por leer, por analizar y, al mismo tiempo, se ha dado el caso de que hace pocos días una explosión producida en un enchufe del hospital destrozó mi teléfono y mi ordenador. Así que, la buena noticia es que, por el tipo de incidencia, seguro que el disco duro está en perfectas condiciones (se debe haber roto sólo algún condensador - hay que cambiar el alimentador) pero la mala noticia es que pasará un tiempo antes de que pueda aprovechar toda la tecnología e información que ahí puse.
Lo mejor es tomárselo con calma..., al fin y al cabo todo lo que había ahí es reproducible - y tampoco está, propiamente dicho, inaccesible.
Lo malo es el teléfono que he instalado a cambio..., es un poco incómodo. Pero bueno, tampoco lo usaba mucho.
Dicho esto, y como cada vez me estoy metiendo más en terrenos oscuros dentro de la filosofía científica, estoy redescubriendo a Lakatos, que será uno de mis más fuertes aliados para la que está cayendo. El lenguaje que usa puede ser un dolor de cabeza para quienes quieran empecinarse desde cierta clase de ortodoxia científica.
Nos leemos
A propósito, me estaban entrando ganas de hablar de cierto periodista que suele meterse con Reverte..., resulta que hay gente que no entiende lo que significa echarle huevos; lo mismo soy yo el que no lo entiende, quizá si tiene ciertas connotaciones. Pero cada vez que leo esos artículos de opinión tan tóxicos y necios pienso, ¿cómo es posible que ETA se rindiera con esa pandilla de palurdos que infunden tanto caos en los medios de comunicación? La única manera de acabar con el negocio del terror es ofreciendo informaciones precisas, sin difamaciones, sin bipolaridades y sin presunciones..., pero eso es algo que no vamos a ver..., incluso son ellos los que suelen gritar que son víctimas de tales manipulaciones. Ya os contaré lo que tuve que ver en el 15M cuando unos malnacidos intentaron manipular mis reclamaciones..., fue el motivo por el cual abandoné ese movimiento. Es decir, el motivo fue unos periodistas. Ya os contaré...
No hay comentarios:
Publicar un comentario