sábado, 5 de diciembre de 2015

La mala política..., mata

Tenía varios conceptos por volver a casar ahora
quería volver a recuperar el concepto de croatoan, a ver si lo explico mejor
y para ello lo voy a enfocar con respecto a una tribu de indígenas brasileños.
El pueblo de los pirahas


De todos los pueblos naturales raros que hay en el mundo, a mi gusto, éste se lleva la palma. Como pequeño amante de las conexiones que hay entre las lenguas naturales y la programación de las mismas, y como informático, suelo coger como referente estructuras normalizadas de lenguajes, y así poder implementar traductores.

Esta población tiene la peculiaridad de que posee un lenguaje que no incorpora la recursividad; esto es, cuando hacen referencia a algo no pueden hablar bajo anidamientos: no hay frases subordinadas, no se reconoce a los relativos de los relativos (como los primos lejanos)..., y, por supuesto, como no existe recursividad, aun reconociendo la existencia de los números, no son capaces de contar. No es de extrañar que eso le acarrearan problemas a la hora de hacer negocios.


Esos detalles, y unos cuantos más, hacen que su lenguaje, aun muy rico en prosodia, no pueda incorporar situaciones imaginadas, inventadas... Podemos entenderlo a partir del inglés: los ingleses para crear situaciones hipotéticas se valen de los verbos could (lo que podría ser) y would (el pasado del auxiliar que se usa para el futuro). Si ese pueblo no tiene un sustituto de algo que se le parezca, si no pueden artícular el pasado, ni tampoco el futuro..., entonces no pueden hacer distinciones entre una historia pasada y lo que les repercuta en el día a día. Se trata de un pueblo que sólo y exclusivamente vive el presente.

Chomsky cree que la mente bien formada hace la lengua. Internamente, la misma.
Cuando el misionero que nos descubrió las maravillas de ese pueblo volvió de ese peculiar paraíso, nos dijo que le resultó imposible canonizar a esta gente: cuando les leía la Biblia no eran capaces de ponerse en contexto. Les resultaba imposible creer en Dios, ni adoptar ningún tipo de dogma. Esto provocaría que perdiera la fe en su religión, y que su devota esposa perdiera la fe en la profesionalidad de su marido. Al llegar al mundo no natural y exponer sus décadas de estudio, no fue capaz de convencer ni a lingüistas ni a teólogos..., pero el tiempo le da la razón a quien la lleva.


Existe una teoría asqueada por los chomskistas que, en versión light, podría ayudarnos a comprender cómo es posible que una persona nazca sana, con capacidad para mentir (no son autistas), y siendo sociable no pueda desarrollar una capacidad supuestamente innata para crear, ingeniar, divagar a base de poemas..., desde mi posición me hace gracia porque, en el fondo, la esposa del misionero tenía razón: se le escapó un detalle. Pero claro, yo sólo soy un novelista; sólo me puedo permitir el lujo de imaginar e imaginar..., porque, por mi parte, lo que se dice certezas, las justas. En cualquier caso, recomiendo no sucumbir al relativismo cultural.




Cuando enseñaba japonés gratis a mis amigos, se me ocurrió documentarme para saber cuál era la manera más natural de aprender un lenguaje. De ahí desarrollé, desde la teoría de la mente, valiéndome de la clasificación marcada por la dominancia cerebral de Herrmann, una teoría personalizada para aprender la mentalidad japonesa y, de hecho, en teoría cualquier idioma. Me habría gustado disponer de una muestra enorme para saber si esa teoría era cierta, ya veremos en el futuro...

Una de las razones por las que escribí una novela futurista no era para reirme de pueblos como los Piraha, resulta que las personas en ocasiones no se dan cuenta de lo que es realmente la Felicidad y, si algunos tuviéramos la influencia de hacerlo entender creemos que podríamos mejorar algo. Hablar del futuro nos ayuda a describir situaciones hipotéticas, para diseñar una realidad diferente. 

La idea que voy a defender del lenguaje es que, efectivamente, dependiendo de cuál sea nuestro entorno buscamos la manera de representarlo mediante el mismo, hasta el punto de transformar nuestro cerebro.


Somos lo que comemos
Si vivimos en un mundo donde importa saber que los materiales te pueden servir para hacer una cuerda, que esta madera es buena para hacer astillas, que esta otra tiene consistencia y puedes hacer piraguas..., entonces dentro de nuestra racionalidad, para cuando nuestro cerebro asfalte las autopistas con mielina, dejará de cuestionarse cosas para las que también hubiéramos nacido, pero que no eran útiles - no alimentamos la hoguera de la imaginación.


¿Pero por qué íbamos a querer recuperar las capacidades de nuestro cerebro? ¿Acaso es que ahora vemos más cosas de las que antes estábamos dispuestos a aceptar? ¿Somos ahora capaces de alimentar nuestra capacidad para divagar por el tiempo?

Existe un estudio que consigue establecer un vínculo entre el hombre y el animal. Lo que nos viene a decir es que, para cuando dejamos de divagar, para cuando dejamos de ser niños..., entonces dejamos de ser animales. Por consiguiente, ¿por qué volver a ser animales? ¿por qué volver a las edades de las bestias? 

Los Piraha tienen la peculiaridad realmente especial de que no disponen de pronombres personales. No hay un yo, un , un él... Cuando hablan, gramaticalmente, se sobreentiende quién es el yo, o el tú ¿Qué ocurre cuando dejamos de alimentar el yo? Es una pregunta muy simple..., esa individualidad que recorre la mayor parte de nuestro cerebro es lo que nos distingue del resto de los simios.


Lo que nos separa es el BA-10: una autopista más larga que relacione el yo con más cosas

En mi novela mencioné cosas sueltas, peculiaridades..., todo muy conspiranoico sobre el origen del hombre, conceptos que casarán con otras historias. Sin embargo lo que hay que tener realmente en mente es que para cuando la autopista del yo está asfaltada, ya no se puede volver atrás, y es entonces cuando te das cuenta de todas las poblaciones que te vas a saltar sólo porque otros sí paran en ellas. De ahí que incluyera tantos tipos de personajes, con sus diferentes historias.

Ahora bien, si os fijáis en el título, hay un detalle oscuro que no menciono: se puede ser feliz en situaciones realmente cochambrosas y horribles, pero no se puede ser feliz cuando se ignora la infelicidad. 

Condena a muerte a poeta por apóstata
Son conocidos casos de niños que sobrevivieron en el mundo natural, tras sufrir el abandono del mundo civilizado. Tan pronto fueron rescatados al mundo no natural, su esperanza de vida se veía mermada. Es posible que nos estemos perdiendo algo por el camino, empezando por la forma de escribir novelas, por las ideas chovinistas que nos mueven, por los tonos musicales...



Y es que hay un detalle que no dicen mucho por ahí y que me parece demasiado importante: Los Piraha practican habitualmente el arte de la comunicación músical

Hace años se me ocurrió hacer posible la creación de un lenguaje que fuera tan potente como el natural, pero para incorporarle contenidos filosóficos que potencien ideas complejas desde niños. Mi dialectal se basaba en el Toki pona, y se me ocurrió llamarlo Toki iké porque en mi idioma iké, al estar acentuado, adquiriría el valor opuesto a la palabra ike (incorrecto). De ahí que la gramática prescinda de negar afirmaciones y, al mismo tiempo, haya una preocupación de establecer el valor de lo negable al definir dentro del lenguaje por vías independientes tanto una palabra como su análoga.

Si se llevara a cabo mi proyecto Toki iké el cerebro de cualquier animal asfaltaría las estrellas
Pero no seamos tan malos..., volviendo a los Piraha, ¿es posible que realmente sean tan desgraciados? ¡Disiento señoría! Aún Chomsky sigue teniendo razón...

El lenguaje musical, por muy simple que sean los silbidos, es lo que en mi idioma inventado llamo tokí, que es el lenguaje que no está sometido a los símbolos. Podría ser el lenguaje no verbal

Cuando un niño descubre que lo que necesita transmitir no lo puede hacer mediante el lenguaje, ¿acaso no buscará el medio del que se valgan los adultos para transmitir lo que se deba transmitir? Y, efectivamente, el mensaje musical para nosotros los homínidos, tiene significado absoluto y objetivo. Aunque, por supuesto, eso es lo que yo os digo..., si no me queréis creer, eso ya es cosa vuestra...

A todo esto, una sociedad que no recordará que ciertas melodías fueron silbadas por un Ramoncín que te va a clavar con una licencia por atreverte a copiarla..., pues muy mala mala no creo que sea.

No nos cabe en la cabeza poder vivir bien y aceptarlo bajo la represión de imaginarse un mundo mejor



Suficientes dogmas por hoy
otro día más
no olvidéis comentar, me encantan vuestros...,
¡que comentéis coño!




domingo, 29 de noviembre de 2015

Y cuando lo tienes delante..., todo cambia.

Quería hablar de estadísticas,
de gente que no sabe lo peligrosas que son
de cómo una interpretación errónea puede cambiarlo todo




Existe una tribu en la Melanesia en una isla llamada Vakuta donde todo apunta a que realmente se venía practicando un ritual sexual peculiar. Atribuirle exclusivamente al género femenino la rudeza de inventarse un ritual así supondría no entender cómo funciona la mente humana, y es que hay que ser muy rudos como para coger una estadística y embrutecerla incorporándole un móvil antes de que llegue siquiera un juez para asentar las pruebas.

Las evidencias que pueden ayudar a corroborar que algo realmente se ha podido dar (o se sigue dando) en ocasiones son difíciles de dar con ellas, y entonces es cuando se tiene la oportunidad de pretender darle validez a través de terceros que oficialicen el testimonio.


Más allá de lo que la gente se piensa, presenciar un acto de violencia y desprecio contra una persona hiela la sangre. No existe ser humano capaz de soportarlo, cuando no tiene las defensas preparadas. En mi novela intenté generar una sensación parecida al desamparo, como el miedo que tendría que afrontar una de las protagonistas. Mencionado ya en otra entrada, es una forma de agorafobia: es como si según qué lugares o estados pudieran infundir una sensación de desprotección. En ese sentido, es comparable con los hombres de la Papúa Nueva Guinea según el mito de la isla Kaytalugi.

En una sociedad donde las mujeres pueden ser maltratadas éstas tienen una sensación real de desamparo, por tanto no se trata de un sentimiento que deba sernos ajeno o de parecernos que tenga marcado un cierto carácter mitológico. Es curioso ver que las leyes se descentran del asunto central para traernos la catalogación - como si eso fuera útil o, peor aún, incluso no contraproducente.

Allá donde hay un abuso siempre hay una sociedad que lo admite, y se divierte. En ocasiones hasta montan una fiesta alrededor..., pasa en pueblos naturales (tribus) para poder afrontar los miedos. También ocurre con los cumpleaños, se convierten en una fiesta para afrontar la muerte; es natural en casi prácticamente la totalidad de todos los pueblos tanto naturales como no naturales, en estos últimos el dogma ya se racionaliza y se falsea.

Hablar de misoginia, u odio a la raza humana (no, para mí no es contra la mujer sólo), es impropio de un pueblo natural debido a que sus costumbres no incorporan la filosofía, el sistema de leyes, el cuestionamiento...



Recuerdo cuando entre los compañeros de clase de mi colegio apareció por primera vez el concepto de discriminación sexual. Lo recuerdo porque mi memoria y mi capacidad para discrepar me lo permitió; pero es un recuerdo que en realidad la mayoría de las personas deciden olvidar: a todos se nos ha enseñado una y otra vez el deber de discriminar al sexo contrario. Y esto es así porque no es algo natural en la infancia. No es un juego de niños. Los niños, naturalmente, no se oponen a las niñas; y viceversa. Fue la profesora quien, utilizando una jerga pseudoinfantil, nos inculcó la vergüenza de que un chico y una chica fueran muy amigos. 

El pudor en los pueblos naturales no funciona igual que la vergüenza en los pueblos no naturales. Existe un dolor interno marcado por la propia evolución de las especies asociado a la consciencia, porque no puede ser otra cosa, y eso es el pudor. Es algo que se puede alimentar o que se puede focalizar. Y cuanto más centrado, más doliente.

En más de un capítulo intenté tocar el tema del pudor desde el punto de vista del hombre y desde el punto de vista de la mujer. Las fantasías de carácter sexual buscan más la intencionalidad que el desnudo mismo; por eso el libro puede llegar a tener dos lecturas, los personajes pueden ser o muy siniestros o sólo algo morbosillos - dependiendo de cómo lo lea el lector.


Cuando la sociedad empieza a incluir sus propios ídolos huecos, se alimenta una vergüenza que no tiene porqué ser constructiva. Nunca dejaré de renegar de los antifilósofos, de aquellos que ensalzan los errores que son propios de la sociedad. Si no hubiera existido mecanismos de vergüenza decenas y decenas de manipulaciones perversas por parte de mi profesora de primaria habría sido imposible de inculcar a mis compañeros de clase ¡Quién sabe cuántas veces me habrá conseguido contaminar a mí mismo, aun siendo vigilante! O al que fue entonces mi mejor amigo, que también gustaba de darle con saña sin que él se percatara. Al final lo consiguió con él: repitió curso y hacerle creer que la culpa fuera suya.

Pero quería hablaros de otra cosa. Los libros de antropología no consiguen plasmar la experiencia, porque la describen; cuando se vive es diferente - para eso, al menos, está la literatura. Me explico un poco, porque esto tiene que servir para entender porqué se están haciendo las cosas tan mal en la lucha contra la violencia machista.

Hace pocos años, en las fiestas tribales de mi ciudad, presencié algo que me heló. Un dolor muy interno cristalizó mi sangre de manera que no tuve ni fuerzas para llorar. Sentía rabia por dentro, pero no fui capaz de moverme entonces. Muchos pensarán que no era para tanto, quizá porque esa costumbre es muy nuestra:

Al entrar en el cuarto de baño pude ver cómo un grupo de tipos, con esa sonrisa homínida tan característica que he presenciado tantas y tantas veces, cogían un mortero (petardo gigantesco), muy grande..., demasiado grande, y lo tiraban por encima de un muro tras haberlo encendido. Tras ese muro, el cuarto de baño de las mujeres. Acto seguido un grito. En cierta manera me alivié al comprobar que el grito, después de la explosión, no era de un espanto natural, pero sospechaba que los lloros que eran desgarradores podrían asociarse a un futuro trauma que se evadirá de esta historia porque a mí no me competía saber qué pasaba. Siempre he tenido dudas sobre si preguntar o no si se está bien: mi experiencia me dice que, en la mayoría de los casos, está arraigada en la vergüenza social la obligación de que un extraño no deba inmiscuirse. 

Me habría gustado haber reaccionado en aquel momento; porque, al tío en cuestión, capacidad para darle una buena hostia..., me habría sobrado, y los otros dos o tres o cuatro no habrían sido un impedimento; pero cuando las autoridades me preguntaron sólo pude decir la verdad: "tengo problemas con la memoria temporal". El precio de haber sido universitario en España.

Ya había presenciado múltiples actos de acoso y agresiones en mi vida, pero cuando uno no se espera nada de eso es cuando se entra en estado de shock.


La violencia es lo que entra de improviso cuando uno no se lo espera. El agente me decía que mi valoración era exagerada, que tampoco tenía porqué matarla una cosa así, pero luego le hice ver que se equivocaba: ¿acaso el cráneo puede aguantarlo todo? ¿dónde podía haber caído algo tan grande?

El agente hacía lo correcto, me decía que en ocasiones nos preocupamos de más al ponernos en la situación de la otra persona. Que lo que sólo fue un susto, debido a no saber qué pasa, podría uno imaginarse traumas, lesiones de por vida..., y es correcto, ante la enorme inutilidad que alguien como yo supone, ¿qué clase de ayuda podría haberle dado? Absolutamente ninguna. Razón por la cual seguí vagando por ahí, a la espera de que fuera necesaria mi ayuda. Pero, como es lógico, no lo fue..., y, a todo esto, ¿por qué creéis que lo digo así y de esta manera?

Porque a día de hoy no tengo un recuerdo claro de que hablara con ningún agente. Un testigo tan vapuleado como yo no habría servido de nada, habría valido más habiendo hecho algo.



Aún así sé distinguir realidad de ficción. Como todos. Lo que pasa es que las personas se valen de la vergüenza para dar lecciones: pensadlo bien, se trata de un mecanismo equivalente a dar un golpe con una regla en las manos a los niños que se portan mal. Es más, algunos se colocan en posiciones privilegiadas como para infringir vergüenza sobre los demás, sin que ellos puedan verse sometidos por esas descargas. Con las mismas se les hace comprender que, por mucho que se resistan, el proceso se mantendrá y la vergüenza social sólo podrá ser liberada por un mentor que les salve - pero nunca tendrán derecho a salvarse por sí mismos. Los que se valen de esos mecanismos no actúan con nobleza: son ruínes y suelen conseguir sus objetivos, aunque muchos no se percaten de ello.

Partidos políticos, diarios progresistas, publicaciones de filosofía..., reconocen unos usuarios de primera y luego están los de segunda; ya lo decía Tolkien en la introducción de "El señor de los anillos": entre los hobbits están los llamados los fuertes, que son los que afrontan la realidad del resto de las especies y, al mismo tiempo, son considerados los más brutos entre los hobbits.


Los senos, cuando bien sanos, dignos de vergüenza: como un pene empinado
Nuestra sociedad castiga a los fuertes, ya lo dijo Nietzche; yo sólo lo repito. Y lo volveré a repetir hasta que esta estúpida sociedad empiece a darse cuenta por primera vez en su puñetera historia del Gran Error que comete al darle importancia a las cosas que no la tienen.

Os diré una cosa: los chicos que lanzaron el petardo no creo que lo hicieran por desprecio al género femenino. Tampoco creo que un día un señor mayor les dijera, "vosostros sois de un género superior y podéis lanzarles petardos a las chicas en los cuartos de baño", todo eso me parece vanal y estúpido ¡Cuántas veces habré visto a mujeres alzar a un chaval para hacerle daño sólo por diversión! Y a hombres..., a niños y a niñas..., a grandes mamíferos de muchas especies...

Imagen no natural
También las orcas cuando van a cazar no se dedican a comer y ya está. Entre pingüinos y tiburones, cuando cazan focas gustan de lanzarlas a los aires para entrenar y divertir a sus crías.

Imagen natural
Todos los mamíferos nos parecemos más de lo que a muchos les gustaría admitir, y el narcisismo, el egoísmo sexual extremo, el querer sentir el máximo placer sin pensar en el otro..., eso no lo enseña el machismo, es un comportamiento muy adulto. El resto pueden ser meras proyecciones.







Suficiente hasta aquí
No olvidéis que de esto hay en mi novela
quiero vuestros comentarios