sábado, 5 de septiembre de 2015

La conspiración de los Hombres Topo


En mi libro, ya en el segundo capítulo, menciono una confrontación entre uno de los protagonistas y aquellos a los que él le dio a llamar los hombres topo. Resulta que hay unas élites que saben que están destruyendo el planeta, que el capitalismo es una farsa, que no hay escapatoria..., la solución: un bunker.





En mi novela hay un sitio para aquellos que desean vivir bajo tierra. Sometidos a los designios de los de siempre, se descubre que todo lo que dicen, simplemente, es una enorme mentira, un engaño: el único modelo económico que funciona no es capitalista. Esto es debido a que el capitalismo que conocemos no es capaz de frenar tanta superpoblación, ni tanto consumismo, por lo que al final si no producimos entramos en crisis, y si lo hacemos el planeta se colapsa.




Parece como si necesitáramos de un milagro para salir de esta pescadilla que se muerde la cola, sin embargo todo es menos complejo de lo que parece; sólo hay que colocar a cada cual en su lugar. Mientras tanto, mientras sigan pudiendo hacer lo que vienen haciendo, seguiremos viendo cómo EEUU arma a terroristas para luego bombardearlos. No existe contradicción, lo hacen para justificar las patentes, que es de las únicas industrias tangible que le quedan a EEUU.



Es natural comprender que seguirán haciéndolo mientras no tenga ese país un presidente duro, o mientras no exista una sociedad de naciones que pretenda decir NO a la OTAN y les declare la guerra. Y no me refiero a esa frase condescendiente del padre o madre a quien nadie hace caso, cuando dice "No te dejo hacerlo", pero que tampoco te vigila, ni te da pedagogía, ni te castiga cuando no le hagas ni puto caso..., EEUU creó su ONU particular y, tarde o temprano, los países pobres reinventarán la idea para crear una última Gran Guerra, como se dice en mi libro.


Mientras tanto en las fronteras de Venezuela con Colombia se desmonta una nueva estructura paramilitar con intenciones de iniciar un conflicto bélico a escala nacional con capacidad logística para sostenerse económicamente. Se trata de otra casa de putas que pueda justificar una nueva masacre en otro país que justifique las matanzas de un premio nobel de la paz. Pero la prensa, sin los muertos delante, no lanzará el grito al cielo.


Es por ello que mientras los que estén arriba, esos hombres topo, puedan seguir progresando se irá viniendo nuestro maravilloso planeta cada vez más y más abajo. Hasta que, al final, un día sólo los elegidos entre ellos podrán vivir en su búnker. No es de extrañar que exista un odio acérrimo entre uno de los personajes de la obra y esos personajes. Puede recordar a la película Kingsman: justo los que tienen la mayor capacidad para maniobrar y evitar la catástrofe son los que buscarán la manera de ser los únicos en ser salvados. Se trata de la tragedia de los comunes que ya expliqué en otro post.


Y se horrorizan porque ven cómo las personas se saltan unas vayas absurdas que no tendrían porqué estar ahí. 

A esos villanos en mi novela yo los llamo los golpistas, aunque me reservo un supervillano detrás de otro. En mi novela el mundo ya pasó por esa Gran Guerra y ganaron los comunistas. La cuestión es cómo reaccionarán los golpistas ante algo así.

En el mundo en el que vivimos, todas las cosas están al revés: los colonizadores se quejan porque no se respetan sus fronteras, los malos gestores exigen que se les paguen sus deudas, los que bombardean países rearman gratuitamente a sus enemigos, ... Si cada cosa estuviera en su lugar el mundo sería más fácil de entender y, al aparecer alguien fuera de su lugar, sería fácil de identificar y reinsertar.




viernes, 4 de septiembre de 2015

La indisciplina

En esta novela se puede encontrar la idea de la disciplina
De hecho, intento hacer incapié en un error de serie que tenemos todos los homínidos, que es la ley Zipf, a la que le dedico un capítulo completo sobre 
"La siniestra ley del control mental".

Quieren los dictadores que no nos quejemos, que seamos disciplinados, educados, productivos, bien mandados, autónomos..., pero por culpa de su falta de disciplina lo que no sabe el dictador es que el bien mandado no puede ser autónomo y la educación, para que sea productiva, debe derrocar antes las dictaduras.

Así que, ¿qué significa ser disciplinado? En Luces y Espectros distingo a una chica que quiere que todos la obedezcan, un chico que se toma todo a broma y otro que espera que alguien odedezca y que no tenga que ser él. El resto, en mayor o menor medida, son personajes disciplinados. Hay, de hecho, uno cuyo nivel de disciplina parece rayar el martirio.

Dicen los religiosos que mártir es el que sacrifica por Dios, el agnóstico se conforma conque la causa sea noble, aunque para el religioso no es posible encontrar nobleza alguna sin Dios. En el mundo de mi novela bien se puede considerar que los actos de martirio pudieran ser ya sea un acto de rebeldía como un acto de acercamiento a la divinidad, esto es porque allí ambos términos son sinónimos.

Ése era el significado de la máscara del buen alquimista que aparece en la parte roja del libro, un artefacto demasiado gore como para no necesitar una aclaración mucho más detallada para otra entrada diferente.

En realidad la disciplina es la que nos permite ver lo más horrible como si fuera algo trasgresor.



La trasgresión es la violencia sobre la racionalidad en el uso de los sentidos, nos permite observar un mundo que ha sido prohibido por los cánones marcados por nuestra civilización y también por nuestros sesgos cognitivos que vienen de serie, como seres vivos limitados que somos.

Cuando estamos dispuestos a afrontar mensajes trasgresores, nuestra mente se traslada a un mundo que se encuentra justo al lado de lo que normalmente percibimos; como pegado. Una vez visitado, no podremos volver adonde estábamos antes.

Cuando una persona no tiene disciplina, la trasgresión se convierte en una violencia interna y, de ahí, la intolerancia. La intolerancia se retroalimenta a base de dogmas. Ellos alimentarán aún más la violencia interna para contaminar la cultura. Al final de todo esto, se acaba obtieniendo esperpentos completamente contrarios a cualquier idea que se pueda tener de lo que es defender una filosofía o tener disciplina.


Los esperpentos son los falsos sabios, que se convierten en ídolos de masas e influencian con sus posicionamientos. No poseen ni un atisbo de disciplina, pero la fingen. No son capaces de posicionarse filosóficamente, por lo que contaminan desde su postura. Su objeto es hacer huella de su presencia, es la imagen más perfecta de lo que nunca es un mártir.


Necesitan hacerse ver, cueste lo que cueste. Necesitan trabajar entre los grandes: fingir talento. Por un lado indisciplinados, pero tienen la posición y la oportunidad: la aprovecharán para sacar beneficio.

La siniestra ley del control mental a la que menciono coloca en un momento dado al más disciplinado en el punto de mira y, aunque nadie lo admita, éste es convertido en un líder. De forma natural las personas necesitan seguir a una única persona, somos mucho más gregarios de lo que nos gustaría. No tenemos tanta disciplina: así que seguimos a los que nos parecen más disciplinados. Esa es la ley.


Cuando en una batalla todo parece estar vendido, el bando que es el vencedor es el que recibe menos cañonazos. Allá donde haya menos caos, es donde está el liderazgo y, de ahí, la victoria. Es un principio universal del que no se evade nada ni nadie. Donde no está el caos la energía es aprovechable y se convierte en puro trabajo: sólo eso es compatible con la vida.


Por eso es necesario apartar a los que intentan mover a las personas, a los que se sacrifican para que todos tengamos acceso a todo. Les es necesario apartar a los que defienden el uso disciplinado de los recursos. Los dictadores lo saben, necesitan quitarlos - porque saben que ellos mismos nunca han sido unos demócratas, y no poseen el poder atractor de un líder natural. Entonces los jueces les seguirán el juego, porque creen que interpretan correctamente la ley, ¿lo hacen? Los policías detendrán al criminal, porque supuestamente y realmente es un criminal. Y claro, la cuestión es: ¿y si no lo hicieran? ¿Pasaría algo?


Volvemos cada cierto tiempo a nuestra ciudad, a la que nos ha visto nacer, la que nos ha criado. Volvemos con el deber cumplido de otra misión lejos de nuestra gente. Llevamos encima el peso y la lacra de lo que creemos que necesitamos para ser persona, y que es idiosincrásico de nosotros mismos. Pero en nuestro petate en ocasiones podemos meter más o menos cosas. Las que tendrán más valor son las que pesan menos y no ocupan nada.

En el día de mañana la única foto fija que quedará de lo que fuimos será la fotografía de vuelta al hogar para volver a ser nosotros mismos, ese momento en el que la sociedad reconocerá nuestra labor por todo lo que hemos estado haciendo. Pero quizá sólo nos reconozcan por cada vez que volvíamos a casa. Eso es lo que pasa cuando lo propio de nosotros se queda siempre en el interior del petate.

Esto mismo le ocurre a uno de los personajes más disciplinados mencionado en la novela. Esta mujer acaba siendo encontrada en un viaje astral por alguien que, quizá, tema que algún día le pase eso mismo a él una vez muerto.

Es por ello que algunos no nos conformamos con ver cómo los políticos intentan hacernos creer que todo se resuelve mientras ellos tengan todo el control.


En ocasiones la solución es dejar que se valgan por sí mismos y modifiquen las reglas que consideren oportuno sin restricción alguna.




Todo esto hasta aquí, no olviden comentar.

martes, 1 de septiembre de 2015

El poder de la inercia

La gente vota por inercia, y no sólo vota también por inercia, decide por inercia, se mantiene por inercia..., cuando alguien cambia de opinión se le considera incoherente, alocado, camisetero... Quisiera tocar el tema de las transformaciones y el hecho de que la protagonista tuvo por objeto hacerse más dura.


Hace poco murieron dos periodistas haciendo un reportage. Los voceros conservaduristas quieren quitarle eco al asunto, quieren aparentar que no pasa nada. La cuestión no es algo que sea de interpretaciones o de visiones personales - habría que estudiar los datos. Habría que estudiar hacia dónde tiende el comportamiento de la gente. Cuando nos movemos en base a vagas impresiones nos llevamos sorpresas como ésta.

Los rusos también quieren hacer patente su apoyo

Nos da la impresión de que envían fuerzas para ayudar a los civiles. De que bombardean a los terroristas. Nos da la impresión de que saben lo que hacen porque usan artefactos muy caros. Nos da la impresión de que debemos dejar que actúen y nos salven de nosotros mismos.

Pero luego miramos los resultados de las guerras civiles o no, estos resultados se convierten en lo de siempre. Nada cambia. Ya hemos visto otros que también enviaban tropas e invadían territorios. Luego se llenó de fosas y ahora no hay manera de sacarlas por una ley de amnistía y otras tonterías.

Si fuera mi novela, serían zombies. Pero no, son fosas franquistas.

La inercia permite que quien mande continúe en el poder. La inercia nos dice que debemos callar y aceptar todo lo que nos cuentan. La inercia no pretende mirar atrás porque quien vive cerca podría ser mal visto, porque nuestros reyes, nuestros ídolos podrían perder su brillo. Sin embargo, para algunos, nunca tuvieron un brillo muy auténtico porque nunca pudieron distinguirse de esas historias que se contaban de ellos.

Historias muy decoradas, quien sabe si exageradas, pero sin una versión oficial, una versión que sirva de punto de partida para saber de qué partimos, ¿cómo pretenden establecer una base histórica? ¿Cómo se pretende crear una memoria que permita destapar los errores de la historia?

Lucía es la protagonista de mi novela, es la encargada de recorrer todos los recovecos de la historia para asaltar desde los rincones y abrirse paso. Le dicen que no puede saber, que no debe, pero ella continúa, escarva y le apasiona.

¡Basta de montajes! Queremos que se sepa la verdad.
La historia está llena de mentirosos, pero hay gente que ve más allá y no se conforma con aceptar que otros no ven lo que algunos sí ven. Las personas que son visionarias son las que contrastan el mundo para que sea plasmado desde otro punto de vista. Las personas que visualizan también iluminan y suelen inspirar a héroes. Son iluminadoras, tienen empatía con la realidad y la pueden plasmar tal como es. De la misma manera, estas personas son atractoras porque todo el mundo quiere ser como lo que plasman. Son la clave de los medios, pues estas personas conocen los entresijos y buscan la manera de divulgarlos.

Si esto fuera la verdad, ¿cómo se contaría?


En un mundo lleno de figuras espectrales lo primero que hay que hacer es mirar ese mundo imposible a la cara y, acto seguido, tener lo que haga falta para descubrir cómo contarlo. Esta novela es una historia donde los hechos desafían al mundo reconocible e imaginado. Es por ello que la protagonista luchará para encontrarle alguna lógica a todos estos esquemas. Si consigue hilarlo todo empatizará con la realidad que le ha tocado vivir.

Para llevar a cabo este papel, de manera innegable, quienes suelen estar mejor preparadas son las mujeres. No es de extrañar que en Luces y espectros, siendo una historia de amor, el protagonista varón sea un cúmulo de misterios en los que él está muy inmiscuido; ella intentará desentrañarlos y perforar las barreras que le imponga su amigo para extraer la máxima información posible.

Lo que no podemos permitirnos es el lujo de dejar las cosas pasar, y ver cómo el barco se hunde poco a poco porque no supimos concienciar a quienes debíamos. Porque no paramos a darnos cuenta de que, poco a poco, el mar del olvido nos invade más y más terreno. Poco a poco nos veremos más abocados a subyugarnos al hecho de que nuestro planeta descubrirá la manera de acabar con lo que acaba con su biodiversidad estable.


Y será cuando esperemos que un dios pez nos avise y nos diga: "construid un mecanismo para escapar" ¿Y cuál sería ese mecanismo? ¿Qué nos quedaría por hacer? En tan poco tiempo de algo estamos seguros, y es que no podremos caber en los pocos ingenios que se les ocurra a cada uno...


La difusión y los medios es el único invento posible. Pero la inercia lo impide. Se espera que aparezca alguien y, de un plumazo, haga desaparecer lo que inexorablemente se va acercando cada vez más y más...

Lucía es un personaje que se siente frustrada porque le da la impresión de que absolutamente nadie ve lo que ve ella como lo ve. O al menos nadie salvo Gustavo, que parece que está dispuesto a ver la verdad a los ojos - aunque se guarde mucho más de lo que cuente ¿Para cuándo explicará el significado de las luces? De eso va la obra. Va de cómo entre los dos construirán un proyecto de futuro con algo que supondrá la esperanza de todos. Pero eso es algo que hasta justo el final no sabrán ni cómo hacerlo ni porqué...


Una mirada que suponga un faro guía que ilumine los pasos de quien sólo sabe actuar por pura inercia. Aunque ese personaje no lo desarrollo en esta novela, ya veremos si hay segunda parte.








No olvidéis comentar. No quiero sentar dogmas.







lunes, 31 de agosto de 2015

Religión de ricos y Religión de pobres


Quisiera volver a tocar el tema de la religión, pero no me meteré con la Iglesia; igual que cuando toco el tema de la pobreza procuro no meterme con la política de las empresas: las instituciones no tienen culpa cuando éstas se mueven dentro de países democráticos ¿Acaso no tiene la gente (nosotros) la culpa de que las cosas estén como estén? Porque estaremos de acuerdo conque no están todo lo bien que debieran.

Es por ello que, de vez en cuando, por escuchar tertulias y comentarios me apena descubrir cómo se desdibujan conclusiones en falso, aportaciones que parecen ahondar y, en mi visión del mundo, nada de eso encaja. Eso es como cuando se dice que es ahora cuando toca el que yo revele mi verdad.



Dicen que esta nueva oleada de inmigrantes que vienen en estas fechas a Europa, que supone un hito histórico que se enseñará en los libros de historia, es producida por las guerras. Hasta ahí todos de acuerdo. Pero entonces alguien añade que estas guerras se hacen por su bien, porque en esos lares habitan señores que cortan cabezas; se justifica el lanzar bombas, aunque eso genera esa oleada de refugiados que buscan un lugar donde vivir.

¿Quién no se sorprende ante esa clase de pensamientos cuando se transmiten por televisión? ¿Le pagan por decir semejantes aberraciones o simplemente piensa realmente que el problema es de qué hacer con los radicales religiosos?

Para tocar este tema he querido ahondar en los distintos tipos de dogmas que atesoran al ser humano desde que el humano se hizo persona.

Imaginen un mundo lleno de tinieblas donde no eres capaz de explicar la enorme cantidad de misterios que rodea nuestra vida. Entonces aparecerá un gurú que no caza, que no ara y que dice que cura..., este gurú creará una mitología grado 1 para mitigar dolores y miedos.



Imaginen que tienes una civilización basada en arar la tierra. Entonces llegan unos extranjeros y te exigen compartir las ganancias: "no", les dices, "que entonces los monstruos os castigarán". 

De ahí nace la mitología grado 2: aquellos que atraviesen los muros de esta ciudad serán atravesados por los grifos. El primer "cuidado con el perro" de la historia nos lo da la mitología.



Sin embargo había civilizaciones sin muros lo suficientemente extensos como para proteger el arado. Así que dijeron "os daremos grano si desplazáis nuestras piedras para honrar a nuestros dioses". De ahí nace la mitología grado 3, como medio de explotación (quien hubiera sospechado que los extranjeros lo harían).
Y les pagaron por ello, esta mítica escena de latigazos no es muy creíble.
Al haber distintos orígenes aparecieron distintas ocupaciones proveniente de cada clan, y de ahí distintas clases acrecentadas por las razas y esos orígenes multiculturales. La idea de unificación de pensamientos y la creación de la politización de los mitos para organizar a las gentes permitió crear un mecanismo de solidaridad o seguridad social. Es decir, una mejora económica social que fue dejando obsoleta la esclavitud. De ahí nace el mito que viene de fuera para romper con los muros de Ishtar, con las culturas que frenaban el avance del nómada. La religión aparecería para acabar con los mitos y el modelo económico que llevaban parejo. Concretamente, la religión cristiana buscaba la destrucción de lo anterior: es un adoctrinamiento dominante. Aquí tenemos la religión grado 1: dominación de otras creencias.



De ahí los romanos poco a poco tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos, a la invasión de esa nueva forma de gobierno. Así que elevaron los muros interiores para distinguir entre los que sabían trabajar y los que sabían hacer que otros trabajaran para ellos. La mitología necesaria para progresar con la explotación fue una copia de la ejipcia, que funcionaba muy bien, y la fueron transformando en algo que permitiera crear una heráldica..., una aristocracia. Si bien ya existía, sólo había que encontrar un rey de reyes.


Cuando hablamos del uso de los dogmas para legitimar la posición de los nobles dentro de una civilización, dicen muchos estudiosos que ya tenemos la primera distinción entre religión y mitología. Es por tanto, la manera que tenemos de sustituir al gurú por el aristócrata. Se trata de una religión de grado 2: pretende explotar a la clase de la plebe ¿Vemos algo que se repite? Marx lo llamaría proletariado (según los romanos éstos eran los que se dedicaban simplemente a perpetuar la especie), que se acabaría por convertir en propietario..., de lo ajeno.

"Pienso que mi problema es que no tengo cerebro para hacer otra cosa"
Pero los años nos trajeron el desarrollo de las culturas, pues las religiones permitían entender una manera de organización donde aparecerían monarcas y el orden quedaría establecido por la legitimidad de la sangre y su pasado familiar. La religión ofrecerá a los monjes para dar certeza de la nobleza y el orden. La religión de grado 3: garante de verdad.



La religión en su último nivel de escala se convierte en un mecanismo para satisfacer los miedos sobre la existencia humana y que explica cómo funciona todo en toda su complejidad. Es por ello que los razonamientos que le vale a un religioso de porqué acepta lo que dice la Biblia tiene más que ver con su sentimiento satisfecho que con las evidencias de que lo poco que se diga sea o no cierto. 

Si comparamos una Biblia con un tebeo de Spiderman podemos comprobar que la Biblia es incluso más estrambótica en hechos increibles, pero la razón por la cual es más creíble es porque satisface sentimientos más profundos que lo que hace un tebeo. Este sesgo es de lo que se retroalimentan las religiones en su último grado de evolución.

Sin embargo, el objeto de este post era hablar de lo que provoca que tengamos tantos conflictos en Siria, Israel...

Los años pasaron y aparecieron unas instituciones que podían sustituir el poder estructural y económico anterior: se trataban de las entidades jurídicas y las corporaciones. Las personas se dieron cuenta de que si se juntaban y formaban corporaciones podían enfrentarse contra los comunistas, que reclamaban el final de las religiones, de la explotación, etc..., nació, por tanto, el corporativismo, el fascismo... Lo llamaré corporativismo nivel 1: la defensa de las clases.



En sus comienzos el corporativismo que ideó Mussolini fue adquiriendo forma a través de la liberalización. El objeto del corporativismo era mantener las cosas tal como estaban, defender una suerte de nepotismo oculto y, de ahí, una forma de monarquía encubierta: unas pocas familias se manejarán con el poder y los recursos mundiales.

Ante los horrores de la Guerra y las muertes que genera el corporativismo de manera natural, se idea la socialdemocracia: el corporativismo nivel 2 intenta ofrecer unas entidades jurídicas que no quiebran nunca (países) para que puedan manejarse con sus compatriotas como si fueran recursos.


Ante la caída del keynesianismo resurge el último nivel del corporativismo: el corporativismo nivel 3 es el neoliberalismo. Los países deben someterse al valor fiduciario de una única moneda y modelo mundial globalizado - sin países. De esta manera las corporaciones podrán moverse sin fronteras y a su antojo. La globalización sería el mecanismo para acabar con la pobreza, salvo por el detalle de que al final se impuso la autodestrucción del modelo al progresar el dogma erróneo hasta su último grado.

Y ahora sí, volvemos a Siria...


Como ya dije en otro post, lo que hace a un país corruptible es el hecho de que no se garantice lo más básico. Entonces será víctima del corporativismo. La corrupción en un país se puede disfrazar de muchas maneras. Un país extranjero podría promover las acciones más fanáticas: como sabotear las acciones humanitarias, como bombardear el metro de Madrid, como matar a periodistas satíricos franceses..., y así justificar guerras contra países que, supuestamente, hospedan a los culpables.

A veces pienso que nos tratan como si fuéramos imbéciles. Y la duda que tengo es si realmente los que sostienen según qué teorías se las creen...

En cualquier caso, no existe periodista que sea capaz de establecer un vínculo entre los motivos de una guerra y los objetivos conseguidos, salvo la justificación corporativista de último nivel: justificar las patentes, la especulación fiduciaria del dinero, etc..., esto es porque el propio modelo económico ya está extinto y, como pasa con los dogmas, al final caen por su propio peso.








Bueno, esto es todo por hoy: no olviden comentar, no quiero sentar dogmas.




Los valores del patriarcado que defienden la prostitución

Ayer por la noche quise acercarme al cine para aprovechar una promoción que me ofrecía por la cual pagaba 5 euros por ver una película en 3D ¿Os acordáis de la canción de Mecano que nos recordaba que con 50 pesetas entrabas al cine? El asunto es que vi una película de animación de producción española porque, por los símbolos del cartel, daba la impresión de que a lo mejor incluía símbolos, mensajes y, de ahí, valores. Al menos sí que los críticos decían que esa película buscaba ensalzar los valores familiares. Bien, ¡pues vamos a verla!

Supongo que se equivocaron con la portada, querían ensalzar los valores de Tarzán como padre
Voy a decir que tuvo que ser una película de animación americana la que tampoco pude terminar de ver sin que me dieran arcadas, así que no mencionaré ni el nombre de la americana, ni el nombre del título español..., sólo diré que tengáis cuidado cuando leáis las críticas de críticos que son unos legos y que no se paran a leer lo que nos están diciendo algunas películas por sus imágenes. Digamos que este post es una ayuda para ver mensajes ocultos que, muy probablemente, jamás se nos ocurriría enseñar a nuestros hijos.

Sólo hay un valor: nuestra capacidad para interpretar el nundo en el que estamos
Empecemos por el principio: hace años apareció una película que, a diferencia de estos títulos que critico, no tenía fallos argumentales importantes. La película en cuestión era "Señora Doubtfire", una película donde un divorciado aún no acepta la separación de su esposa y acaba disfrazándose de mujer nodriza para estar con sus hijos más tiempo.


Esa forma de actuar, llevada a cabo por el protagonista, era a todas luces una auténtica canallada; además de que adolece de un comportamiento que busca tener una relación tan profunda como es la familiar a través de engaños. Está claro que el final debía buscar la manera de dar a entender a las personas de que en ocasiones hay que aceptar las separaciones; en ocasiones el mundo no es como nos gustaría - tenemos que aceptar las complejidades allá donde existan.

Pues bien, resulta que hay títulos donde se intenta transmitir un valor completamente opuesto. Y, de hecho, lo considero subversivo y contrario a la pedagogía. Hay quien considera que el amor debe ser sujeto al mundo de las ideas y, por tanto, no se trata de una experiencia sino de un concepto que es susceptible de encenderse o apagarse - como si fuera un interruptor.


La mecanización de las relaciones sociales nos lleva al ensalzamiento de un mundo donde los valores familiares se verán en detrimento: la manera de relacionarse con otras personas no será mediante la experiencia, sino mediante la conexión lógica entre ellas.

No es de extrañar que este tipo de mundo sea aceptado por las grandes élites, pues nos lleva al cumplimiento de dos principios interesantes: 

1. Un mayor control sobre la población porque así no se reproducen.
2. Una mayor cosificación de la persona y, por tanto, más facilidad para su capitalización/precio.


Cuando uno ha visto las películas sobre las que advierto, bien se podría pensar ¿y eso que dices qué tiene que ver con lo que criticas? ¿Cómo conectas la película que recomiendas con lo que estás diciendo de las redes sociales? Bien, efectivamente, si no existiera conexión mi argumentario carecería de sentido.

En las películas que buscan la cosificación de la persona, su insensibilización, el sometimiento del amor a lo conceptual, etc..., suele haber un conjunto de rasgos comunes:

1. Sadismo. Suelen mofarse de los débiles. Buscan la manera de ridiculizar al que es pequeño, gordo, etc..., y, al terminar la película, no intentan redimirse por ensalzar unos valores tan vanales.


2. Egocentrismo sentimental. Suelen imponer los deseos personales por encima de la realidad del mundo en el que se vive. Como el amor no es una experiencia, si no se vive, se impone. Si alguien no te quiere es porque es mala persona. Si alguien no quiere a alguien, hay que imponerle el amor; porque el amor es un interruptor - un mero concepto. Y lo que lo apaga es SIEMPRE una tontería. 



3. Reegocentrismo sentimental. Lo que es importante para un amigo no lo es para mí si hace gracia. Lo que importa es que yo tenga mi foto, mi momento, mi cosa..., si a otro hay algo que le parece importante, no nos interesa en lo más mínimo - aunque sólo sea un gesto, una acción simple..., nada.


4. Maniqueísmo. Los malos son inimaginables, imposibles, un retrazo a la demencia propia de alguien que es imposible que reconozca un pensamiento distinto al suyo. Y es que, por encima de todo, si alguien se sale del camino no tiene más remedio que ser el mismísimo Diablo. Quienquiera que no esté de acuerdo con esta visión sociopática de la realidad, es Satán en persona. Un sujeto sometido a la maldad misma y que no merece menos que la propia muerte (un maravilloso valor familiar). Cualquier otro planteamiento al del protagonista es completamente incompatible con la realidad, y los que piensan diferente acumulan absolutamente todas las maldades posibles.


Dicho esto, si Vd. cree que sus hijos están a salvo de lo que leen o de lo que ven, debe saber que se equivoca. La solución no es prohibirle que vea o lea esos contenidos, sino más bien descubrir que existen tales contenidos y desnudarlos. De esta manera la naturaleza propia del niño le llevará a criticar lo que en la película no se critica, y se cuestionará los valores que en esa película se olvidan de poner.

1. Nobleza. Debemos ser fuertes y tolerar lo débil.
2. Aceptación. Nuestros caprichos se deben quedar donde nacieron, en nuestra mente.
3. Ética. Si no actuamos en base a lo que decimos, no somos.
4. Apreciación. No todo es blanco o negro, hay muchos actos hermosos sin importar el acto en sí.

Son las cuatro grandes verdades del budismo, traducidos en mi post de esta manera en ausencia de visiones religiosas. Y es una invitación a la reflexión, porque no es de extrañar que en mi novela sí me preocupe -y mucho- de transmitir tales valores con la máxima pedagogía que se me ocurra.

Por regla general, y por coherencia, los que se oponen a estos valores suelen buscar la manera de oponerse a absolutamente todos. Es un principio que pueden Vds. comprobar por Vds. mismos: lo que no funciona como ciencia, sólo puede adoptar el camino del dogma mediante la imposición y el carácter sectario.


Por eso es normal ver a personas que, creyendo que están haciendo lo que deben, se comportan como auténticos canallas. Desde su punto de vista sí han hecho bien su trabajo: riéndose de los demás, trivializando los problemas, destruyendo la inocencia... Entonces se sorprenden al comprobar cómo la familia de verdad se intenta defender con uñas y dientes ante el opresor.


Son los valores que intentan cosificar el amor y el candor humanos. No pueden comprender el comportamiento natural de las personas para defender a los suyos, y entonces el soldado se sorprende y piensa: "Pero señoras, si sólo estaba haciendo mi trabajo - os defiendo de un terrorista". Prostituyen a las familias tras imponer los dogmas y los valores personales, cuando las relaciones entre las personas es algo mucho más profundo y no es racional y, mucho menos, explicable.


Si podemos reirnos de los débiles, si podemos obligarles a que nos muestren una sonrisa mientras trabajan, si podemos ignorar sus problemas reales y si, encima, podemos cuestionar su moralidad por quejarse..., entonces está bastante claro cuál es la idea que tienen algunos de cómo debería de ser el Futuro.

La película que vi anoche fue realmente deleznable, asquerosa, ruín, mal hilada, cruel, sanguinaria, despreciable, inmoral, desprestigiante, desilusionante, vomitiva, estresante, contaminante, mentirosa y, por supuesto, en absoluto reciclable. Cuando algo se hace mal, se hace con intenciones. Lo llenan de colorido, y las futuras generaciones irán con una enorme sonrisa a prostituirse de cara a las reglas del sistema... Si te dicen que el hombre fue a la Luna, ¡por supuesto que fue! Si te dicen que las autoridades son sabias, ¡los malos son los que la cuestionan!

¿Valores? ¿Desde cuándo es un valor enseñar a los niños a someterse?


En mi novela eso es justo contra lo que lucho y, de hecho, se da entender que, en un momento dado, desaparecen los apellidos..., aun existiendo familias, los personajes sólo tienen nombres. Es más, tanto los mandamases como los padres tienen cierta tendencia a no mostrarse en mi obra, aunque repercutan por sus actos. El mundo está orientado a los adolescentes, y recalco la necesidad de que no tienen que saber toda y cada una de las cosas para actuar de la manera más correcta. No hace falta saberlo todo, para actuar bien - no hay que obedecer tanto, si hacemos mal quizá sea porque no nos han comunicado todo lo que debieron en su momento.

Me gustaría creer en un futuro donde cada cual pueda elegir su rincón y no deba someterse y entrar en comunicación necesaria con las autoridades para hacerlo. Donde todo sea de todos y haya unas mínimas fronteras de respeto, no barreras o vallas, sino líneas guía para entenderse. Esa forma de convivencia sabemos que existe, sólo hay que potenciarla.



 Deberíamos potenciar lo que sabemos que funciona, no lo que sabemos que nos da más dolor.





Dicho esto, no olviden comentar. No quiero sentar dogmas.