jueves, 15 de septiembre de 2016

Lo que a nadie le importa

Alguien ha matado al cómico
todos tenían motivos
pero ha sido uno


Debo confesar que no me gustan las películas con exceso de testosterona, porque es como la pornografía: nos dan lo que muchos esperan encontrar, no deja mucho sitio para la imaginación. Sin embargo en esta ocasión, diremos que sí hay sitio para la ironía.

He pretendido leer de varias fuentes lo que para cada uno es la ironía. He pretendido hablar con los más grandes entre los grandes para sacar la mayor información posible. Y al final he llegado a la conclusión de que la ironía es, posiblemente, uno de los recursos más gratuitos y sencillos que existen.

Cuando pretendemos no ser literales lo que hacemos en realidad es recoger la interpretación más sencilla del concepto a ironizar y asociarlo a una combinación diferente de interpretaciones sencillas. Por tanto, la manera de construir ironías es emparejando palabras diferentes para que, una vez determinado cuál va a hacer de huesped, la otra ceda su alma.

Cuerpo: una niña. Alma: un demonio.
Como si se tratara de una posesión de cuerpos, resulta más fácil comprobar cómo para cada par de palabras es más fácil crear una aberración o situación burlesca que conseguir encontrar la metáfora que agracie (selleesa unión.

El casamiento de cuerpo y alma es como el de significante y significado, no vale cualquier cosa y, por tanto, al justificar cualquier tipo de pareja lo que conseguimos es crear un mundo irónico con más facilidad que uno metafórico.

Pero..., entremos un poco en calor...
Hoy vamos a hablar sobre el individualismo y el proteccionismo
Hace relativamente poco renació una típica crítica contra las películas de superhéroes. Esto es debido a que, cómo no, hay dos tipos de películas..., se entiende: una película es un figurismo de otra cosa. Eso quiere decir en mi jerga que o es una ironía o es una metáfora de algo. O, dicho también de otro modo: hay obras artísticas que buscan el impacto y hay otras que buscan la educación. Las hay que buscan el individualismo y la defensa de que alguien nos tiene que proteger; y las hay que buscan el colectivismo y el deber de cada uno de despertar y luchar por el bien común.

Es como decir que a los capitalistas les encantan las películas de superhéroes. Aunque supone una ligera simplificación al concepto kafkiano en toda su peculiaridad: ¿realmente se cree el capitalista que debe idolatrar una figura tan grotesca? Está claro que se debe vigilar qué se entiende por ironía.


Toda historia que peque en su exageración de ser demasiado irónica corre el riesgo de alcanzar una enorme superficialidad, en cuanto a que no llegue su mensaje. Por eso es costumbre de algunos autores pretender decir que la ironía debe ser un aspecto que se encuentra a un nivel superior del lenguaje: concretamente en el manejo del metalenguaje.

En la medida de que el emisor sepa que por decir A el receptor entenderá B dado el contexto en que se sitúan ambos, la complicidad que tengan para dar a entender que se han trasgredido de manera expresa las reglas del metalenguaje será lo que use el emisor para transmitir su ironía. Es decir, en informática supondría tener que incluir un algoritmo de unificación: no bastaría con ser un problema lógico, como había insinuado hasta el momento.


Así que si vemos que el autor se vale de la manera de hablar para emitirnos un guiño, podemos comprender que hay que buscar un casamiento entre dos conceptos. En este sentido puedo asegurar que mi novela está llena de ironías incluso hasta el punto de conformar una realidad metafórica en cuanto a que cumplen pequeñas leyes sistémicas. Aunque el descubrirlo se lo dejo a quienes gusten de jugar a mis sudokus. Quizá para mi siguiente novela incluiré cábalas..., pero como lo de las metáforas se explica en otro apartado ya aclararé lo de las cábalas en otro momento...

Sin embargo, ¿cuáles son los orígenes de la ironía? ¿Acaso no ha evolucionado con nuestra civilización como si estuviera viva?

Tanto en la inerte literatura de los melodramas chinos, como en la manera que tenían en la antigua Roma de escribir historias, tenemos los orígenes y niñez de la ironía. Hoy día, según sospecho, la ironía se ha convertido en el meme más anciano y experto de la literatura. Tal es así que siempre ha sido un elemento distorsionador para aquellos que fueran capaces de apreciarla, hasta el punto de convertirse en el amo y señor de todo aquel que se digne a poder decir que tiene buen gusto.

Sin ir más lejos, la que hubiera sido mi opera prima pretendía ser una reconversión de la historia de los hijos de Edipo. Pero a una época más feudal. Con los años deseché ese proyecto, quizá porque quise hacerlo demasiado metafórico; y aún no sabía dónde me metía.

En cualquier caso, sí quería hacer incapié en la necesidad de distinguir la ironía de lo que es el martirio catártico; por ejemplo, cuando vemos a Clark Ken fingir que no es fuerte, ahí la ironía no es que se hace pasar por débil, sino que él mismo aceptara someterse a una máscara que le deja a la misma altura que aquellos a los que pretende proteger. Lo irónico es la necesidad de hacerse pasar por débil, nunca la ironía es algo buscado, sino un resultado necesariamente contradictorio.

Por eso el irónico no es un mentiroso, ni tampoco un ignorante ilustrado; ahí podría confundirse con otros memes literarios que potencian las civilizaciones..., se trata de un cómplice que ha sido víctima de una transformación que le desubica de la realidad social a la que nunca pretendió dejar de pertenecer. Como ocurre en la metamorfosis de Kafka: el superhéroe se encuentra con sus superpoderes y una realidad donde aplicarlos, aunque quiera deshacerse de su identidad no puede. Aunque lo prohiba Nixon...






Bueno, suficiente hasta aquí,
ya sabéis que de esto hay mucho en mi novela
pero ya veré cómo lo sigo desarrollando