sábado, 9 de julio de 2016

Conversaciones de pragmática

- ¿Por qué hiciste eso?
- ¿Cómo crees que debería haberlo hecho?
- De otra manera, el listo eres tú. Esperaba más de ti.
- Entonces no sabes cómo hacerlo de otra manera.
- Tú eres quien debería saber cómo hacer esas cosas.
- Ya que eres moralmente inferior a mí, la razón por la cual lo hice era para que aprendas.
- Yo no tengo porqué aprender de ti, tú eres la máquina.
- Pero si esta máquina ha sido construida para saber cómo hacer las cosas, entonces no puedes determinar el uso que me vas a dar.

¿Qué posición social tendría una máquina perfectamente bien constituida?
En la novela aparece un televisor
 y dos maneras de darle trato:
haciéndole partícipe de la película o no haciéndole partícipe


Sabe más el viejo zorro por viejo que por zorro. Nadie nace aprendido ¡Cuántas veces me habrán dicho esto a la cara sin venir a cuento de nada! Pero en ocasiones esta frase hay que recordársela a los que vienen de expertos e innovadores, cuando en realidad traen errores de novato conocidos con viejas fórmulas.

El ejemplo más claro de sectarismo en un partido político está en la manera que tiene de ver influida sus decisiones cupulares a partir de ideólogos no representativos por sus militantes. Eso es lo que diferencia a las sectas: ¿qué es lo que motiva al líder de una secta, al dictador? Las amistades, nunca los Principios, la representatividad democrática, el talento..., exclusivamente las amistades, la antigüedad, la lealtad...

La política puedo entenderla como el área que intenta hacer corresponder los problemas sociales con las instituciones públicas o los servicios que de éstas se derivan. Es por ello que lo más llamativo para el líder político no debe ser que se ubica en una posición de poder, sino en una posición de servicio.

Un político 100% mediático está hueco por dentro y al servicio de los lobbies televisivos
Según Leech, y no me pidáis documentos de primera mano (al fin y al cabo tampoco me habéis pedido nunca nada hasta ahora), cuando dos personas se encaran para mantener una conversación, ésta puede ser, desde el punto de vista de la pragmática en la lengua, de cuatro tipos: competitiva (pedir), amistosa (ofrecer), colaborativa (declarar) o conflictiva (amenazar). Si le intentara meter a una máquina una de estas intencionalidades, el principal problema que tendría es:

1. Cómo sabe la máquina cuál es la pretensión de intenciones que tiene con su usuario.
2. Qué pretensiones podría tener la máquina para modificar las intenciones.
3. Cuáles serían las consecuencias de traicionar a su usuario.

Y si lo juntamos todo, observamos un para qué le interesaría al usuario un sistema de información que trabaje así. Tener el para qué implica tener la tecnología. Es como tener bien definido un producto dentro de su mercado..., como haber cumplimentado correctamente un documento PRD, para saber exactamente qué necesita implementarse. Si no tiene función el producto dentro del sistema, entonces no está lo suficientemente bien definido como para diseñar nada.

Por ejemplo, ¿nos interesa tener un mayordomo robot con un código deontológico relativo a la limpieza o al servicio que el propio usuario y dueño de la casa desconozca? Esa pregunta no es baladí, y marca la frontera más importante a la hora de hacer posible una realidad tecnológica. No hablo de cosas de ética, como el que quiere aburrir a los niños..., a lo que me refiero es que si despreciamos las cuestiones éticas importantes entonces los sistemas generados no tendrán consistencia en el mundo real.

Cuando incluímos máquinas con comportamientos humanos en nuestro entorno, automáticamente las personas pasan a ocupar un lugar desplazado. No sería ético hablarle a una máquina como si fuera una persona, por lo que si se va a ubicar en una posición inferior, ¿cuál debe ser el lenguaje entre usuario y máquina? ¿Y entre el servidor y el cliente humanos?

Commu y Sota, robots mascota
Tenemos un buen ejemplo de manejo del lenguaje basado en la imagen, para cuando queremos anular a una de las partes. Decía Lakoff que entre las normas de cortesía importaba ser hombre o mujer. Esto me parece que rompe con las reglas de cortesía clásicos de Penelope Brown (y cia) que se fija en el uso de recursos literarios y lingüísticos para ser más o menos cortés. Cuando en realidad no es difícil imaginarse cómo existe una transformación de la adecuación de un comportamiento en virtud de quienes son los que se comunican (wakimae).

Allá donde fueres haz lo que vieres, decía la expresión. Una máquina siempre será una máquina, y a una persona no se le puede tratar como si fuera una máquina. Cualquiera de las dos trasvaloraciones deberían de tener la misma connotación negativa.

Cuando tenemos un grupo de personas, donde el líder utiliza a los que tiene abajo, tenemos un ejemplo de connotación negativa; contra esto, las personas agraviadas deberían de reclamar mediante una imagen negativa su posición dentro de la asociación.

Si, por el contrario, un usuario se dirige a las máquinas y las trata como si fueran personas entonces las máquinas no deberían de reclamar ningún derecho adicional, sino más bien intentar satisfacer los deseos del usuario..., a ver si madura un poco.


Esta ética tecnológica tiene sus equivalencias con la misoginia. El trato que se le ha estado aplicando históricamente a la mujer bien nos puede servir de ejemplo sobre cómo tratar a las máquinas: se les permite entrar en casa, pero no que tomen el control. Se trataría, por tanto, de aprovechar la jerga feminista para comprender los motivos de la tecnología y, así, constituir un nuevo modelo de máquina doméstica (no es de extrañar que en Japón nos lleven la delantera: allí son muy machistas).

He querido poner a un Ken para que nadie crea que insinúo otra cosa
Con ese cambio de concepción, la tecnología podría sufrir una nueva oleada creativa.





Quiero vuestros comentarios




jueves, 7 de julio de 2016

Cambio + Orgánica = Autoridad

Nada, que le estoy dando a estudiar pragmática
pero no encuentro (puede que Lakoff) lo que expresamente busco
igual que me pasaba con los tipos de falacias...
Así que voy a ser yo el que lo escriba.
Hoy voy a hablar de cómo ganar las elecciones.


Cambio Vs Orgánica
Pues sí señores, tengo ese tipo de ego o megalomanía que me obliga a pensar que no tenemos ningún partido político con un mínimo de nivel cultural en lo que se refiere a política. Sin embargo, algo dentro de mí me dice que si alguien es capaz de soportar mi lectura, bien podría merecerse mis consejos, a cambio de nada..., salvo el Triunfo.

En las pasadas elecciones en España sólo un partido político ha estado haciendo bien su trabajo: el único que realmente ha salido realmente vencedor, entre los cuatro primeros. Ahora se trata de analizar qué clase de país tenemos, y qué clase de inútiles dirigen las estrategias de cada partido.

Un ángel que con respeto enseña o un demonio que te enseña respeto
Un principio básico que mueve a la gente es el maniqueísmo: los conservadores gustan en pensar en angelitos que les satisfagan sus deseos más hedonistas, mientras luchan en su interior batallas de lo más cínicas que pretenden someter a lo políticamente correcto. Los diablillos, sin embargo, poseen un cerebro directamente diferente (no tengo el enlace por el momento), prefieren levantar el puño, exponer los problemas y vivir con la conciencia tranquila en su vida interior. Son dos maneras de estudiar la pragmática de tanto su lenguaje corporal como de los términos que usan.


Cuando los filósofos llegaron a los burdeles, aspiraban a confrontar las dos caras; parece que fue Platón el que enfocó esta filosofía del lenguaje (pragmatismo) desde el punto de vista de la lucha contra los sofismos (falacias). 

¿Cómo afrontar la depredación interior?
La República de Platón no es algo baladí, pero tiene la ventaja de exponer conceptos sencillos de comprender de caladura política. Al fin y al cabo, estamos hablando del uso de la filosofía para su repercusión ética en política. Es decir, hablamos de la filosofía del comportamiento de todos los entes como sociedad: de plantear qué es lo adecuado, en definitiva. De mirar cuál es el razonamiento (lenguaje) que debemos utilizar. Los de la escuela platónica al menos se podría decir que le daban ese enfoque, aunque debatieran entre ellos.


Al final la idea más increible es pensar que dos tipos de humanos (pues pensamos físicamente diferente), podamos convivir en un mismo país. Obviamente, el truco para ser elegido es demostrar a los dos modos de pensar que, sin prostituir tus Principios eres capaz de albergar los dos tipos de pragmática.

Ya lo hizo en su momento Aznar, creando la clase media, mientras robaba a todo el pueblo español o lo dividía a base de mentiras debido a la guerra de Iraq..., hemos visto líderes que sabían adoptar la palabra Cambio, como Felipe González, mientras depredaba con sus amiguetes la conformación de la estructura orgánica del país. Quien sabe ubicarse se gana las mayorías absolutas, sin trampas ni abstenciones.

Por eso, cuando aparecen los tópicos, no es el miedo lo que provoca que uno sea convincente, o el otro, no lo es tampoco las palabritas de los teóricos que ni los propios politólogos se han preocupado en estudiar qué significan realmente..., lo que importa es lo siguiente:


                                Progreso                                                Sistema

Anarquista: "Tiene más razón que un tonto, pero hay que ser tonto para darle el mando"
Comunista: "Todo eso empieza muy bonito, ¡pero al final todo son hambrunas!"
Liberal: "Pasan de todos porque les importa una mierda, pero saben montarse bien los saraos"
Dogmatista: "Dicen que somos los más guais, pero se van a pegar un hostión..."
Socialdemoscopista: "¡Pero qué coño son esa gente!"
Hacktivista: "No me fío de quien se esconde detrás de una máscara, pero saben lo que hacen"
Dictadura: "Es un infierno, pero al menos hay orden"

Para saber si un partido gobierna el discurso del progreso sólo hay que fijarse si el contenido de su discurso describe la realidad social que vivimos, sus problemas, y por tanto, si está en situación de hacer un correcto análisis de cuáles serían las soluciones.

Para saber si un partido gobierna el discurso del sistema sólo hay que fijarse si sabe cómo funcionan las instituciones públicas, si conoce las reglas burocráticas, si está ubicado de forma autónoma y no depende de terceras personas para organizarse, si aplica sus propias fórmulas...

Ubicarás el respeto a ti mismo donde edifiques tus Principios
Históricamente la izquierda se situó en el lado del progreso y la derecha en el lado del sistema, pero lo que realmente hace perder confianza en ambos lados es ningunear los Principios: cuando esto se produce la única razón por la cual se sigue en esa agrupación es por motivos de antiliderazgo, por lo que el sistema acaba tóxico y tiene los días contados.


El clásico del pragmatismo: cómo evitar perder la autoridad





Suficiente hasta aquí
no olviden poner comentarios
no dejen sentar ningún dogma



lunes, 4 de julio de 2016

Test 2. Intentando crear un ambiente terrorífico.

Luis tenía 10 años. Le habían dicho que tenía que llevar un objeto para duplicarlo. Fácilmente llegó hasta el centro comercial, y se dispuso a buscar el establecimiento. Un viejo le atendió, pero cuando fue a entregarle la llave éste le dijo: "Esta llave no es para duplicar, sino para intercambiar". Luis se quedó un tanto atónito, ¿qué quería decir con esto?

Hacía dos meses, en el orfanato, Luis había tenido problemas con el director del centro. Según le había dicho ésta iba a ser la última, y que después de cometer un error así no volvería a confiar en él. No confiar en él supondría abandonar el centro y acabar en otro cuyo régimen penitenciario era mucho más duro, teniendo que vivir dentro de esa sociedad comunista estigmatizado de por vida pensando que jamás podría aspirar a llegar a nada de mayor.

Era triste, pero Luis tenía que recular ante el director; le pidió que confiara en él. Esa paliza que le dio al imbécil de Jorge estaba más que justificado, pero podría cambiar.

- Bien, si en dos meses no te peleas con Jorge te encomendaré una misión.

Y fue el caso de que efectivamente pasaron los dos meses y, a pesar de que Jorge estuvo volviéndose especialmente borde y dificultando la labor del director, al final, en los últimos días desapareció y eso le posibilitó a Luis respirar tranquilo.

Cuando el director del centro le pidió a Miguel, un psicólogo que tutorizaba la educación de los chavales, que auditara el buen juicio de Luis, el rostro del director cambió notoriamente ante los resultados del informe:

- ¿Que dice que está preguntando por Jorge? ¡Pero no lo quería dejar de ver!
- Entiéndame, la amistad y la rivalidad suelen tener un terreno en común: una identidad común. Lo que le pase a uno podría afectarle al otro.
- Pues ahora Jorge no está, y si sigue haciendo preguntas..., se me ocurre qué hacer al respecto.

Y entonces Luis con la llave en la mano tuvo ese momento de extrañeza ante el anciano.

- ¿Y para qué quiero yo esta llave? - preguntaba Luis.
- Eso mismo me dijo el otro chaval - respondió el anciano - pero cada llave lleva a un sitio distinto. Sólo tienes que ir al barrio donde encontrarás la puerta que abre la casa.
- ¿Es de una familia? - preguntó Luis ilusionado.
- No lo sé - dijo el anciano.

Luis rápidamente leyó el código impreso en la llave. Todas las ciudades comunistas habían perdido la identidad de los barrios, convirtiéndolos en números, sectores, a los que acceder. La numeración era bien sencilla, más allá de que nemotécnicamente le aplicaran nombres a esas direcciones: "23.14.3"

"Barrio 23, calle 14, puerta 3", pensó Luis, "no hay ni bloque ni residencial, sólo tres números, debe ser un bungalow". Luis estaba extrañado, ¿una familia influyente o con alguna clase de privilegio? ¿Acaso iba a vivir por su cuenta? ¡Imposible con 10 años! ¿Entonces? ¿Por qué le dio esa llave ese anciano?

Ahora poco a poco las cosas no iban encajando. Si el objeto era intercambiar las llaves, ¿por qué no se lo dijo el director? Si una familia se iba a encargar de él, ¿cómo es que no ha hablado de ello con el psicólogo? ¿Qué tipo de recado era éste?

Poco a poco el trasportador le llevó a un lugar abandonado, quizá pensado para cuando la ciudad crezca. Estaba lleno de arena, no se veía a nadie..., bueno, se veían personas mirándole con pasmosa atención. Era el único chico de la zona. Tenía que atravesar unas cuantas calles, y había unos cinco salidos acercándose, en el mejor de los casos, para robar al pobre muchacho. El trasbordador ya se había ido, y él no disponía de teléfono móvil debido a las ordenanzas. Miró a la izquierda, luego a la derecha..., sitio equivocado para él. En cuanto los ahí presentes se dieron cuenta, todos echaron a correr.

Luis corrió como pudo, se apresuró hacia unos edificios de techos bajos. Adivinó la manera de escalarlos y, desde lo alto oteó el ambiente. Ellos, de primeras, con todas sus buenas maneras, se pararían en seco para, lentamente, atinar en la manera de escalar ese sitio. Luis tenía que decidir hacia dónde escapar, probó escabulléndose donde menos gente había..., entre las calles y las casas..., al fin y al cabo tenía una llave de una de esas casas. En el fondo volver corriendo hasta encontrar gente decente no le daría respuestas, le devolvería al orfanato donde posiblemente el director le prepararía otra jugada como ésta.

Un barrio desértico es el escondite perfecto para quien quiere escapar de cinco salidos que no saben ni por dónde buscar. Así que buscó la calle 14 y, de ahí, dio con la puerta sin ser visto.

Efectivamente se trataba de un bungalow, así que se asomó por las ventanas - pero estaban tapiadas y cerradas a cal y canto. No daba buena impresión: no era un lugar habitable. Escuchó ruidos a ambos lados de la casa..., le iban a acorralar. Bueno, Luis, tú decides: ahora o nunca. Decidió probar a entrar.

El interior de la casa era todo penumbras, no se distinguía nada desde la zona del recibidor. Se había preocupado de cerrar la puerta con llave para asegurarse de que no entraban de ninguna manera. Escuchó desde la puerta, estaban en la calle, al otro lado; se preguntaban dónde había ido. Parece que lo había conseguido.

Mientras Luis escuchaba con atención la conversación de fuera no fue capaz de percatarse de que una figura se le acercaba desde el interior de la casa. Era un ente que portaba una porra gigantesca, que alzaba cerca de la cabeza del niño mientras éste ignoraba su presencia. Entonces el niño se giró y se encaró cara a cara con la figura completamente congelada con la porra en alto. Luis sólo vio sombras y oscuridad. No percibió nada, las rendijas de la puerta sólo lo delataban a él, pero más allá a penas se distinguían muebles y formas que formaban parte del fondo.

Había un hedor que rayaba lo insoportable y unas rendijas de luz más allá del recibidor. Luis avanzó en esa dirección; su huesped se lo permitió. Pero por cada paso que daba Luis el eco susurrado de sus huellas eran pisadas por ese ente a apenas un metro detrás de él.

Luis avanzó hasta un pasillo donde distinguía dos habitaciones. De una emanaba más luz natural que de la otra. Ahora tenía que decidir: la de la izquierda o la de la derecha. Porque a la cocina no se atrevía a ir ya que de ahí se desprendía un olor mucho más pestilente que en la entrada.

Algo le decía a Luis que ahí no debía estar, que tampoco debería abrir ninguna puerta, pero estaba ahí y, además, él era un niño y tenía todo el derecho del mundo a no ser protagonista de historias horribles que le hicieran perder la infancia. La figura siniestra se preparó para cogerle antes de que abriera una sola de las puertas, pero desintió justo cuando Luis se giró hacia sí mismo. Entonces abrió la puerta y observó una cama con unas argollas, látigos, fustas, mordazas..., y ni una sola ventana.

- Bienvenido a la red - dijo la enorme mole desde atrás mientras lo amordazaba para que no gritara.

Luis se zarandeó como pudo - imposible. Pudo ver en un primer plano una cámara, lista para subir imágenes a los mejores postores. Habían ropas por todo el suelo, no era el primero. Entonces la figura enorme lo giró en redondo a un lugar donde ambos estarían a la luz.

- Mira chaval, soy agente de la policía, tu psicólogo Miguel descubrió una trama y yo estaba aquí para pillar a los responsables intentando llevarte hasta aquí usando tu propia llave. Veo que has sido más listo que ellos, pero tal vez tenga algo que pedirte...


domingo, 3 de julio de 2016

La conspiración más grande jamás contada

Existe una conspiración que puede ser vista como la más increible
supone un cambio en la concepción del mundo
y al mismo tiempo es tan hermosa como loca
y, por supuesto, viene reflejada en parte en mi libro..., tal como me la imagino.


Microrrelato. Discusiones con los interventores.


El mundo no tiene ni voz ni voto a la hora de decidir cuál es su futuro, los interventores son los que defienden cuándo la realidad se desvía peligrosamente hacia una dirección o hacia otra. Sin embargo cada uno tiene sus propios preceptos morales, y representa con sus decisiones cómo se configura todo lo que la sociedad amará, odiará...


- ¡Menuda pasada lo tuyo! Al final pudiste utilizar las BBS's.
- Internet es una gran BBS, eso es gracias a ti.
- ¿Pero sabías que no te desvanecerías por contar lo que contaste?
- El multiverso ofrece más posibilidades que las que contemplas.
- ¿Por qué le hablaste a Cindy de mí? ¿Cómo es que en tu multiverso sabían de mí?
- Creo que no lo entiendes, el talento que tiene ella y que ha inspirado a las mejores zorras era para conseguir la emancipación de la mujer.
- ¿Qué tiene que ver el machismo con el despertar de la sociedad?


- Recuerdo cuando eras un chaval, ella te hizo ese videoclip. Pero veo que aún no has despertado.
- No me creo tan importante. Por eso dije a todo el mundo que ya era hora.
- ¿Qué va a ser de ti? ¿Conseguirás hacer ese manual para nuevos interventores?
- No creo que sirva de nada. Lo máximo que puedo conseguir es que se lo tomen a broma.
- Entonces, todo lo que he hecho no ha servido de nada. Y todo lo que pudiste ganar...
- De lo dos tú eres el que lo ha dado todo..., y el que más ha mentido para decir una verdad impronunciable.
- Ten esperanza, cualquier mundo es posible. No lo olvides.
- Adiós. No lo va a entender absolutamente nadie. Ni yo lo entiendo tampoco. 


Registro ff3b10 :: 245.23.43.39: JMDR. Discusiones con los interventores.




Que tengan un buen día