sábado, 25 de junio de 2016

Tú a Londres y yo a Europa

A estas alturas los hijos de la Gran Bretaña han elegido no ser víctimas del TTIP,
han querido darle un varapalo a los intereses del cuarto Reich,
se han mofado de las meteduras de pata graves de Estrasburgo,
han conseguido recuperar el valor especulativo y la soberanía de la libra esterlina
y..., ¿qué más han conseguido?

Hoy voy a hablar de los que no creen en la democracia

Las bolsas se desploman, la sorpresa es mayúscula, el primer ministro británico al no ver repetido el éxito que obtuvo con Escocia ha dimitido, China cae, los bancos españoles que tiraban del paraíso fiscal británico (y que tuvieron que abandonar Panamá) caen, Gibraltar se estremece, los camellos se preparan, ya tienen su heroína a punto de caramelo..., la productividad europea cabe esperar que se desmorone.

Todo hasta aquí: especulaciones, falsedades, intencionalidades..., guerra y violencia por motivos políticos. Gestos antidemocráticos, movimientos especulativos egoístas que se mueven contra el ser humano y su Libertad. Pero es la realidad que vivimos.

Así que, como resultado de lo que vamos a vivir, sólo podemos estar seguros de algo: no sabemos absolutamente nada de lo que va a pasar, entre otras razones, porque ni los propios políticos británicos tenían pensado qué hacer ante esta más que probable posibilidad.

Es decir, ¿acaso no estábamos siendo gobernados por una élite reptiliana que nos absorvía el cerebro y que quería usarnos como rebaño? Pues si hubiera sido así, se les escapó el Brexit; quizá víctimas de otra élite, éstos de la extrema derecha, que quieren absorver el cerebro de los nacionalistas..., bueno, no sé si se me sigue, porque en realidad quería tocar más en concreto este tema ¿Pero realmente la gente tiene tan poca confianza en la democracia?

Gandhi alberga errores como humano, pero algunas de sus citas son reciclables.
Un poco de Historia. Hace años, antes de que la Gran Bretaña se metiera en Europa, sólo un partido político se oponía a su integración. De esto me acuerdo porque recuerdo que envié una carta a cada lord por motivos de un activismo..., y uno de ellos me respondió con una propaganda tipo Brexit. El caso es que ese partido político me ofreció un puesto de traductor, cosa que decliné porque sospechaba que no sabían que yo vivía en España (y desconocía la gran cantidad de permisos que tendría que tener para trabajar para un extranjero)..., de esas conversaciones, estas impresiones.

El asunto es que, para que Reino Unido se uniera, tuvo que adherirse al discurso los sueños de unidad y de paz propios de un pensamiento progresista. Pues bien, ¿qué sucede cuando en Europa empiezan a verse comportamientos corporativistas con intereses oscuros que en una democracia debería de ser motivo de acusación de Alta Traición (como el TTIP)? Según la legislación española, estaríamos hablando algo así como 9 años de cárcel - de estar convenientemente bien hilada la legislación. Es decir, ¿acaso no ha estado jugando nuestra hermosa Comunidad Europea con fuego?

No es de extrañar que el discurso progresista de unión y tal se vaya diluyendo entre los vítores de salida contundentes y bien definidos..., la democracia siempre gana. Porque señores, lo que es justo siempre prevalece: lo que es equilibrado tiene mayor contundencia frente a lo desequilibrado. Cuando hay un conflicto, el sistema con mejor estado anímico es el que sale mejor parado de la colisión. 

Las sociedades más ecológicas y que defiendan su soberanía marcarán la pauta.

Imaginen que nos encontramos en mitad de un desierto, y tenemos un camello con veinte cantimploras. Nosotros tenemos un arma de fuego con seis balas, y nos encargamos de llevar el camello. A nuestro lado nos siguen unos diez amigos y hermanos. Algunos especulan cuánto tiempo tardaremos en llegar hasta el final para recargar las cantimploras, así que la duda debería de ser: ¿cuál es la mejor política de reparto?

Con un enfoque planificado, y sangre fría, todos tendríamos la solución. A la hora de aplicarla al mundo de los gobiernos es cuando se cuestiona el papel de la planificación debido a lo absurdamente complejo que han vuelto el juego de lo económico.

En el modelo que planteo en mi libro ignoro ministerios, tonterías bursátiles, organizaciones corruptas..., aún así hay sitio para las tramas, el espionaje..., es más difícil encontrar corruptos cuando todo es claro y trasparente. Por eso las cosas están como están ¿Quieren revolucionar su país? ¡Háganlo trasparente! 

Ahora bien, no hay NI UN SÓLO PARTIDO POLÍTICO ESPAÑOL QUE SUSCRIBA LA CLARIDAD Y LA TRASPARENCIA. Y claro, actuar de otra manera, ¿acaso no es sectario? Recuerdo conceptos sueltos como del partido Cinco Estrellas en Italia que, poco a poco, va ganando adeptos ¿Un partido flojo? Lo importante es que si no convence a la gente que no le vote. Otros derroteros dirán que si no es votado es porque no corrompe sus Principios..., yo (y toda una gama de personas por detrás a las que discutirles supone quedar como un completo imbécil, aviso) prefiero decir que cada partido tiene su perfil y, si no es votado, es porque la gente no se siente afín a ese perfil. Decir lo contrario es de ilusos, y supone tirar piedras sobre tu tejado.









Suficientes dogmas por hoy
no olviden cuestionar
quiero vuestros comentarios











jueves, 23 de junio de 2016

La Tristeza

Hace tiempo teoricé sobre un modelo mental 
que explicaba las patologías más básicas
Estoy seguro de que cualquier neurólogo 
lo tendría sobrada y altamente perfeccionado
y mejorado
pero este modelo me permite analizar conceptos sencillos

Y cuando explote, ¿qué haré con mis propias manos?

Cuando ya de por sí las cosas iban mal, entonces cometo el más grave de mis errores. Hace veinte años recuerdo cuando lo estuve hablando con un colega de la universidad, a nivel teórico. Ahora lo he experimentado en mis carnes. Pero en el fondo sé que la culpa ha sido mía, es como un intento de suicidio premeditado: abrí un javascript de un correo no deseado. Y ahora lo pienso fríamente: ¿por qué lo hice?

Me apareció un mensaje en el ordenador, si quería recuperar mis datos fiscales, de facturación..., entonces tenía que abonar un dinero en bitcoins en tres días. Este es el primer día que pasa y me urge la duda: ¿cómo sabía el virus todos los ficheros que usa Factusol para almacenar los datos de mi empresa? ¿cómo sabía el directorio donde almacena los datos más generales? Y me urgen más dudas, ¿por qué Factusol no me deja recuperar los datos de mi empresa sin conocer su código? ¿Por qué la copia de seguridad no funciona de manera automática?

He cometido graves errores, pero cuando llegue el inspector de hacienda seré yo el primero en reirme ¿Acaso no es lo que quiero? ¿No es esta la única manera de ser libre? ¿Acaso gano dinero con este negocio donde me fríen a impuestos? No gano ni para sobrevivir y ya me están extorsionando.

Se me ha ocurrido denunciarlo a la policía. Pero siempre que acudo a ellos no me reportan ninguna ayuda. Lo mismo pasa con el seguro. Son cosas inservibles: no funciona ni la cobertura social ni la liberal. Me hace gracia por dentro, pero porque no me quedan opciones, y siento que vivo en la clandestinidad del robaperas: el único que sí va a la cárcel en España.


He redescubierto el amargo sabor de las relaciones sociales. Creo que me veo imposibilitado a tenerlas: en cuanto me sincero parece que hago daño a alguien. Es como volver a la adolescencia, salvo que se supone que los adultos no deberían de comportarse así. Hay muy pocas tablas en este mundo, muy poca cultura. Y en especial en aquellos que deberían defenderla: son incluso especialmente cerrados.

Cuando lean mi novela yo creo que sentirán una extraña sensación de agobio constante, de sometimiento a un mundo falso. Sin embargo, incluso en los más perversos, se podrá apreciar una joya pura de autenticidad. Una luz al final del túnel: justo lo que no soy capaz de apreciar en mi medio ambiente. Se trata de ese tesoro escondido que nos vuelve tristes: la sensación de decepción constante y continua. Una angustia que se activa en nuestra alma porque hemos descubierto que lo que nos apresa no es un miedo, sino algo que perdura.

Cuando no vemos esa luz por la que luchar, cuando perdemos la esperanza de ser vivaces, de enfrentarnos a la realidad que nos oprime..., entonces llega la angustia y nos apresa. Lo he comprobado, existe una manera de recuperar a los angustiados, pero también he comprobado que jamás seré escuchado. Que mis dinámicas con esquizofrénicos se perderán. Que mis apreciaciones siempre serán consideradas con condescendencia. Hay demostraciones que tengo consolidadas y otras que son difíciles de ver..., quizá las mejores, las que tienen dos caras y son fáciles de malmanejar.

Parece que es cierto que para convencer a un experto no debes hablarle en el idioma de los expertos: debes hablarle en el idioma de los periodistas; debes hablarle como si fuera un completo ignorante. Incluso un necio. Yo eso no lo sabía: esa es la razón por la cual he acabado en el más absurdo de los fracasos.

¿Cómo se le habla a un necio de manera que parezca que le hablas como si fuera un experto? Sólo hay una manera: aparentando decir cosas complicadas mientras le enseñas a sumar dos más tres. Es algo que hacen, principalmente, los físicos. Se pasan el día exponiendo gráficas y más gráficas, usan notaciones algebraicas de lo más disparatadas..., acaban interpolando los datos de una manera y, acto seguido, buscan las simetrías. Cuando lo leo me entristece: eso no es ciencia, son dogmas disfrazados. Lo podría hacer cualquier máquina. Pero es la manera que se tiene de divulgar.

Ahora me veo aquí y compruebo cómo mis rivales han encontrado la manera de destruir mi empresa. No sé lo que pasará dentro de dos días. Y en el fondo me da igual ¿Se apoderará de mí la angustia? ¿Encontraré en mi medio ambiente un halo de esperanza del que asirme? Según mi modelo, el alcohol es un depresor muy bueno contra la angustia porque desinhibe la mejor opción ¿Es esa la que debo adoptar?



El virus tuvo la delicadeza de no destruir mi código Python, veré cómo me lo monto.