miércoles, 6 de abril de 2016

Corrigiendo posibles gazapos. La corrección.

En una entrada ubiqué a Bastet como la sacerdotisa del entendimiento, quizá habría sido más adecuado considerar a Bastet la emperatriz del amor incondicional, mientras que Isis sería la sacerdotisa del entendimiento..., en cuyo caso el papel lo emplearía Lucía en la novela Luces y Espectros.

En el orden de explicar los arcanos, en ocasiones Bastet hace muy bien de papel de sacerdotisa, debido a la relación que tiene en la novela con Anubis; sin embargo, con respecto a la mitología egipcia tendría más sentido asociarla a la carta del tarot de la emperatriz.

Como todas estas cosas son analogías y figurismos no tiene mayor importancia, pero huelga mencionarlo no vaya a ser que algunos se piensen que el eclecticismo que defiendo es ontológico y no meramente simbólico.

Dicho esto, en esta entrada hablaré de la emperatriz como recurso literario y su diferencia con los enamorados y la sacerdotisa.


La sociedad civilizada alimenta sus propios recursos racionales para crear nuevos preceptos morales. Para ello nos valemos de una idea de corregir lo que no es justo, lo que no es válido. Nos valemos de un afán de enmendar los problemas reales mediante la abnegación. Es el papel que desempeña, concretamente, Lucía en su mayor parte. Es por ello que, a pesar de la posible dislexia que puede producir leer analogías para luego comprobar que los personajes se permutan, la idea de la persona que se sacrifica constantemente desde su trono en la tierra para hacer posible que las cosas se lleven a cabo es Lucía, y no Bastet. Pero vamos a ver si explico con claridad el recurso en sí: pues se trata de una regla del éxito en la literatura.

Preparense porque ahora viene la idea que os va a comer la cabeza
Antes de presentar ese arconte, quería ilustrar un ejemplo que me ha pasado esta misma mañana. Y veré si luego pongo otro ejemplo..., resulta que esta misma mañana, mientras caminaba, vi a una mujer llorando; no sabía qué le pasaba, y estaba presionándose a sí misma con las dos manos a la altura de la pelvis en una esquina, mientras llovía. 

Por más que le preguntaba no me quería decir qué le pasaba. Le pregunté si quería que le ayudara, decía que sí..., pero no lo aclaraba. Le pregunté si quería mi teléfono, si quería que llamara a la policía..., no había respuesta..., intentaba adivinar qué le pasaba. Pero sólo lloraba. Intenté mirar más a mi alrededor, hacia dónde miraba ella. Poco a poco se me hacía más evidente lo que estaba pasando.


Esta mujer olía mal y miraba a lo que hasta entonces para mí sólo era basura esparcida por el suelo. Fijándome con más atención a lo que, posiblemente, le estaba destruyendo sus esperanzas y sus ganas de avanzar, pude ver una caja de cartón bajo la lluvia como esparcida por el suelo con lonchas de fiambre tirados por la acera sacados de su envoltorio...

Poco a poco fui haciéndome una idea de lo que debió haber pasado. En esa calle, resguarecida de la lluvia lloraba desconsoladamente y reusaba dar explicaciones ni que llamara a la policía. No decía qué le pasaba..., nada. Y su ropa tenía mal aspecto.


Fue preguntarle si tenía frío y a eso me dijo que sí. La escena que pude ver en mi mente era algo que me helaba la sangre de sólo pensarlo: ella habría conseguido reunir un tesoro de comida en su guarida, una caja de cartón, debajo de un portal y, al abandonar la caja por un momento quizá para buscar más alimento, alguien le debió dar un patadón bajo la lluvia, dejándolo a la intemperie de manera indistinguible de la basura. La razón por la cual no se atrevía a decirme nada, sospecho, era porque tenía muchas ganas de mear (reacción natural del cuerpo para evitar la congelación) y sentía mucha vergüenza y desamparo.


Bueno..., voy a cambiar de tercio. Por ayudarla tal vez me toque a mí pasar frío, y esta mañana he tenido que evadirme con la canción de Phil Collins "Another day in paradise". Si yo fuera un pudiente podría haberla invitado a hacer algo más, pero ahí, en mitad de ninguna parte..., me alegré cuando vi que se meó encima del portal - pensé que lo mejor que podía hacer entonces era marcharme porque yo ahí no pintaba nada más.

La abnegación es un concepto que muy pocas personas conocen: ¿en qué me habría convertido si no la hubiera ayudado? Si tras haberla ayudado sentí impotencia, ¿qué habría sentido de no haberlo hecho o en qué me habría convertido de no haberme importado?

La Emperatriz y su abnegación está ligada con el Mundo y la lógica que hay en él. Las películas deben tener Buen Final ¿He terminado correctamente la historia? ¿Es de vuestro agrado? Para que acabe bien no se pueden dejar cabos sueltos: salí perdiendo, el malo no fue encerrado, la chica hizo un extraño gesto..., parece cine independiente.

Como ocurría con Lucía, en Luces y Espectros, el poder de la Emperatriz es un poder bastante contagioso y que afecta a muchas personas. En toda la novela no terminé de aclarar en qué consistía ese poder que tenía Lucía, ahora bien, ¿por qué hasta parece que la novela da el visto bueno a no aceptar la realidad? ¿En qué consiste la ética de los vencedores?

Existe una frontera por cuya puerta no pasarás salvo que albergues temores de lo que haya al otro lado
Antes de contar el segundo ejemplo quisiera manifestar que no es lo mismo el amor abnegado que el amor cortés. El amor cortés es el que empuja a creer en que dos personas están hechas el uno para el otro, el que hace creer en el amor posesivo. El amor de la abnegación reside en ayudar sin esperar nada a cambio. En toda civilización hace falta un halo de altruismo que consiga sopesar las maldades de este mundo: si no existieran comportamientos mezquinos tampoco sería necesario tener la necesidad de romper el flujo natural de la cruel Naturaleza y su selección de los más fuertes.


Un tigre te despedazará en cuanto te sueltes de una rama roída por ratones. Si intentas escalarla otro tigre te espera. Pero siempre te quedará saborear una fresa que está a tu alcance. Al final la fresa estaba deliciosa.

Cuando iba al instituto apareció una serie muy violenta que acabó en el punto de mira del sistema judicial: ¿debían censurarla? Era la serie Caballeros del Zodíaco. El juez observó que la serie, más allá de lo pomposa que pudiera parecerle a más de uno, tenía algo que no la hacía desedeñable: valores. La violencia en las historias se justifica en nuestro Mundo si incluyen en su mensaje valores. Esta visión es Maquiavélica: y representa perfectamente el límite de lo éticamente correcto sin sucumbir a la relatividad moral.

Hemos visto a esa Figura representada en el manga de forma expresa
Ayer mismo vi un vídeo por Youtube sobre un suceso que le pasó a un trío a mediados de marzo, era puro salseo. Me recordó mucho a mi novela: un miembro que era más bien extranjero que entra en juegos muy atrevidos con una pareja y que desemboca en celos debido a que uno de los dos era una clara psicópata incapaz de comprender las relaciones de pareja más allá del arconte de los enamorados o de los preceptos eclesiásticos. Cosas más difíciles habré mediado en mi vida, pero no me correspondía meterme en medio.

El asunto es que cuando rompemos las reglas de la moralidad marcados por el amor cortés tenemos que empezar a asumir cambios significativos en nuestras normas de conducta. Para empezar, quien es extranjero en esa tierra creerá que es normal lo que no es, por lo que asumirá en su mundo una jerga que nos escandalizará a todos. Ya he comentado los peligros de la resilencia. De hecho, me hace gracia pensar que, en mi novela, el extranjero también es de tierras eslavas.

Cualquiera puede pensar que lo que estoy poniendo ahora es demasiado complejo, cuando en realidad la complejidad está en la capacidad para expresar lo que todos aceptamos: que ayudar a una amiga no es lo mismo que querer un rollo con ella. Entonces es cuando el arconte de los enamorados se invierte y empieza a comerle la cabeza al psicópata, ya que éste no tiene capacidad propia para empatizar con los sentimientos. Ese era, como ya intenté explicar hace varios meses con la historia de los tres monos, el objeto de la religión: que es marcar unos límites bien definidos a lo que entendemos por familia, amor, amistad... Ahora bien, ¿qué es lo que les espera a los que sean capaces de ver la frontera y se atrevan a cruzarla?

Cuando salgas a la aventura no dejes tu casa en el abandono o perderás parte de tu mundo
Cada vez que hacemos algo que nos hace sentir que teníamos que hacerlo alimentamos al arconte del altruísmo, la abnegación..., lo que le reconcomía a Schindler en la película de Spielberg no fue que creara una empresa y ésta no fuera próspera, sino que incluso podría haber hecho más por aquellos a los que ayudó. Pudo haber salvado a más si hubiera sacrificado más. Y no nos pareció un final incoherente, ni malo..., ¿a eso lo llamaríamos locura? Sólo si no estamos dispuestos a vivir en un mundo así. 



Ésa es la ética de los vencedores - aunque ya me tocará explicarla un poco mejor, pues en la novela tampoco está del todo bien desarrollada.







Suficiente hasta aquí
ya me comentaréis
sigo dejándome muchas cosas por decir











martes, 5 de abril de 2016

El mundo está lleno de prejuicios. Somos una máquina poco fiable

Cabezones sin remedio,
sabiondos hediondos
necesitamos tener la sensación de que tenemos razón
de que el mundo seguirá girando y girando
que todo se mantiene tal como es


Tener la sensación de que mañana el sol volverá a aparecer por el este, que no será azul, que lloverá desde el cielo, que los niños tendrán una voz más aguda que la de los adultos..., el mundo es tal como es, y es así como pretendemos que siga siéndolo. Se rige por una estética. En la novela Luces y Espectros intento romper la estética del mundo, pero para preservar su esencia.

Lo vemos en las películas de acción: el bueno debe tenerlo todo bajo control, como macho alfa. Cuando las protagonistas son femeninas el principio se debe mantener igualmente, aunque a la sociedad le costó aceptar a la mujer como un líder cardinal. Hay que decir que las películas más taquilleras donde el protagonista es un héroe o heroína de acción atraen más al público masculino.
Nos falsean los datos para que creamos que todo marcha bien
El mundo no es como nos lo venden. Pero la sociedad, si bien quiere civilizarse, debe sostenerse en una mitología, en un mundo. Y ese mundo está lleno de axiomas, convenios, criterios, dogmas..., el que sabe lo que es la filosofía científica puede dormir todas las noches, pero quien se piensa que una teoría es cierta sólo porque ésta ha sido defendida por cientos de personas, entonces ha sido víctima del engullir del mundo y su aborregamiento institucional. 

Buenos y malos, lo que nos enseñan en este mundo.

¿Quién es nadie para pensar que su forma de ver las cosas es la más correcta? Si existiera un mecanismo objetivo que nos permitiera ser completamente escépticos, estaría programado en un ordenador y serviría de base para fijar el criterio de demarcación: el criterio que establezca qué es válido y qué no lo es.

La única verdad, que existe al respecto de hecho, es que está demostrado la imposibilidad de hablar en un lenguaje científico de manera que pueda ser coherente y completo a la vez ¿Pretendes aseverar con total plenitud cualquier afirmación? Pues no pretendas ser capaz de explicarla dentro de tu mundo, de tu lenguaje, de tu lógica, de tus axiomas...


Pretendemos adentrarnos en el mundo de Anubis, y para ello hay que recorrer el camino del héroe. Del líder cardinal que aparece en todas las películas de acción. Queremos que se extienda la escalera de Jacob ante nosotros y que nos reconozcan la oportunidad de juzgar nuestra coherencia en el lenguaje del mundo que hemos estado defendiendo toda nuestra vida, sin saberlo.

Cuando vemos al héroe arrancarle la cabeza a ese bicharraco, o cuando al final el villano es vencido y necesitamos verle destrozado..., esa sensación de venganza que no es natural en el ser humano, esa sensación de pretender destruir lo que no es reparable, reciclable..., todo eso forma parte del deseo de que, al cabo de la media hora, el capítulo de la serie de TV vuelva a dejar las cosas tal como estaban, que aquello que rompía el equilibrio se quede definitivamente fuera de este mundo y que no vuelva a enturbiar nuestra realidad. Es el deseo de que podamos tener una estructura donde las cosas existen no porque sean eficaces sino porque son eficientes.
Miedos absurdos que no llevan a ningún lado. No es que sean de derechas, es que son necios.
La eficacia es la cualidad que adquiere aquello que es capaz de emprender una empresa para poder terminarla con éxito. Mientras que la eficiencia es la cualidad que adquiere aquello que es capaz de alcanzar sus objetivos haciendo un buen uso de los recursos.

En los estándares informáticos han sido muchas las definiciones de eficacia y eficiencia, yo difiero de mis colegas en cuanto a la eficiencia: para mi los torpes también pueden ser eficientes. Un ejemplo de eficiencia es una familia de homínidos, para poder sobrevivir tienen que cruzar un río, así que tienen que confiar que el mundo seguirá siendo tal como es, que todo marchará bien, que todo va a salir bien, de ahí se cruza el río, aparece un cocodrilo y despedaza al padre de familia..., pero el resto de la familia se salva. Esta medida no ha sido nada eficaz, en principio, pero si el objeto era hacer que la especie sobreviviera la eficiencia a corto plazo genera eficacia a largo plazo.

Las primeras víctimas del engullimiento del mundo son los relativistas morales.
Muchos se pensarán que un mundo donde unos señores consigan sus objetivos en vida, para luego morir en la abundancia les da la razón. Pero en la novela Luces y Espectros la muerte no es el final, e incluso más allá de la muerte siempre sería posible ver cómo queda una traza del error de ese relativismo moral que permitiría hacer mella en un plan absurdamente antimaquiavélico.

Porque sí, existen los planes que yo llamaría antimaquiavélicos, aquellos que son llevados con un afán de amor por la destrucción, de amor por la victoria cortoplacista o de la transformación banal de una victoria futil para volverla a tu favor... Decía un tonto: "La historia nos dará la razón". Como se ve, no valen todos para añadir a la filosofía de la ciencia, el conocimiento, la ontología..., no vale cualquiera, Anubis no lo permitiría..., como ya comenté en otra entrada.


Quizá no exista eso que llamen karma, poco importa, porque lo que sí existe es el criterio que sí tenía Maquiavelo para hacer las cosas. El mundo de Maquiavelo era un mundo democrático, donde se buscaba la manera de que los distintos agentes pudieran participar de dicho mundo..., todo acto que justificara la llegada de lo que él llamaba la República podría ser considerado como un acto noble por parte del sujeto al que él llamaba el Príncipe.

¡Que alguien me explique porqué los italianos tienen fama de ligones!
¿Y qué era el Principe? ¿Qué la República? Traducido a mi jerga, el Príncipe era el héroe que debía hacer posible el mundo que deseaba Maquiavelo, que era la República. Para mí, con mi jerga, todo encaja y es fácil de entender..., la cosa es: ¿por qué le cuesta tanto a tanta gente? La lógica que quería que todos tuvieran debía ser el lenguaje de lo que, en España, llamamos el proceso constituyente: esa capacidad que hace que un pueblo no necesite de líderes que les sometan, esa capacidad de autonomía tan fundamental como para conseguir que, simplemente, tengan capacidad para decidir por sí mismos. 

Ha tenido otros tantos nombres, colocados en envoltorios apropiados como para que el ciudadano se revolucione y no acepte las falsedades de este mundo: lo que nos somete y nos empudrece en un estado melancólicamente bochornoso. Como en la novela Luces y Espectros le pasaba a los Wendigos.

¡Álzate y andarás herguido!
Efectivamente, en Luces y Espectros hay un momento para la Revolución, para el cambio. Es una incitación alegórica para que el alma aprenda a confeccionar lo que le es propio, para determinar qué es lo que debe ser tanto en el mundo físico como en el mundo astral. Por eso estas invitaciones a la reflexión exige la comprensión de qué es lo que somos para reconocer lo que no es admisible en Nosotros.

No te queremos aquí los europeos, recoge tus cosas y vuelve donde no hay donde ir.
Y poco a poco iremos comprendiendo qué significa ser un héroe, un líder cardinal. Qué significa luchar por lo que somos. Podremos comprender qué tipo de lucha llevaba a cabo todos aquellos que hemos querido tildar de héroes..., porque sí, se trata de un recurso literario: que el héroe lo tenga todo bajo control, como si fuera nuestro padre y, al mismo tiempo, el más torturado..., que todas sus decisiones sean misericordes o piadosas, pero duro e inflexible a la hora de adoptar decisiones, para proteger al débil, para darle el mundo que promete..., ¿os suena todo esto? Efectivamente, todos los héroes de acción que quieran vender tienen que ofrecerlo.

Hay quien defiende lo que todos queremos pero no es escuchada.
En la novela Luces y Espectros la mujer ocupa una posición cardinal, pero no puede ocupar el lugar de los personajes masculinos. Busqué la manera de complementar todas esas historias para que se pudiera comprender la existencia de una transformación, de una forma de salir de la caverna del patriarcado para intentar convertirnos en algo más amplio. Más propio de todos nosotros.