lunes, 31 de agosto de 2015

Los valores del patriarcado que defienden la prostitución

Ayer por la noche quise acercarme al cine para aprovechar una promoción que me ofrecía por la cual pagaba 5 euros por ver una película en 3D ¿Os acordáis de la canción de Mecano que nos recordaba que con 50 pesetas entrabas al cine? El asunto es que vi una película de animación de producción española porque, por los símbolos del cartel, daba la impresión de que a lo mejor incluía símbolos, mensajes y, de ahí, valores. Al menos sí que los críticos decían que esa película buscaba ensalzar los valores familiares. Bien, ¡pues vamos a verla!

Supongo que se equivocaron con la portada, querían ensalzar los valores de Tarzán como padre
Voy a decir que tuvo que ser una película de animación americana la que tampoco pude terminar de ver sin que me dieran arcadas, así que no mencionaré ni el nombre de la americana, ni el nombre del título español..., sólo diré que tengáis cuidado cuando leáis las críticas de críticos que son unos legos y que no se paran a leer lo que nos están diciendo algunas películas por sus imágenes. Digamos que este post es una ayuda para ver mensajes ocultos que, muy probablemente, jamás se nos ocurriría enseñar a nuestros hijos.

Sólo hay un valor: nuestra capacidad para interpretar el nundo en el que estamos
Empecemos por el principio: hace años apareció una película que, a diferencia de estos títulos que critico, no tenía fallos argumentales importantes. La película en cuestión era "Señora Doubtfire", una película donde un divorciado aún no acepta la separación de su esposa y acaba disfrazándose de mujer nodriza para estar con sus hijos más tiempo.


Esa forma de actuar, llevada a cabo por el protagonista, era a todas luces una auténtica canallada; además de que adolece de un comportamiento que busca tener una relación tan profunda como es la familiar a través de engaños. Está claro que el final debía buscar la manera de dar a entender a las personas de que en ocasiones hay que aceptar las separaciones; en ocasiones el mundo no es como nos gustaría - tenemos que aceptar las complejidades allá donde existan.

Pues bien, resulta que hay títulos donde se intenta transmitir un valor completamente opuesto. Y, de hecho, lo considero subversivo y contrario a la pedagogía. Hay quien considera que el amor debe ser sujeto al mundo de las ideas y, por tanto, no se trata de una experiencia sino de un concepto que es susceptible de encenderse o apagarse - como si fuera un interruptor.


La mecanización de las relaciones sociales nos lleva al ensalzamiento de un mundo donde los valores familiares se verán en detrimento: la manera de relacionarse con otras personas no será mediante la experiencia, sino mediante la conexión lógica entre ellas.

No es de extrañar que este tipo de mundo sea aceptado por las grandes élites, pues nos lleva al cumplimiento de dos principios interesantes: 

1. Un mayor control sobre la población porque así no se reproducen.
2. Una mayor cosificación de la persona y, por tanto, más facilidad para su capitalización/precio.


Cuando uno ha visto las películas sobre las que advierto, bien se podría pensar ¿y eso que dices qué tiene que ver con lo que criticas? ¿Cómo conectas la película que recomiendas con lo que estás diciendo de las redes sociales? Bien, efectivamente, si no existiera conexión mi argumentario carecería de sentido.

En las películas que buscan la cosificación de la persona, su insensibilización, el sometimiento del amor a lo conceptual, etc..., suele haber un conjunto de rasgos comunes:

1. Sadismo. Suelen mofarse de los débiles. Buscan la manera de ridiculizar al que es pequeño, gordo, etc..., y, al terminar la película, no intentan redimirse por ensalzar unos valores tan vanales.


2. Egocentrismo sentimental. Suelen imponer los deseos personales por encima de la realidad del mundo en el que se vive. Como el amor no es una experiencia, si no se vive, se impone. Si alguien no te quiere es porque es mala persona. Si alguien no quiere a alguien, hay que imponerle el amor; porque el amor es un interruptor - un mero concepto. Y lo que lo apaga es SIEMPRE una tontería. 



3. Reegocentrismo sentimental. Lo que es importante para un amigo no lo es para mí si hace gracia. Lo que importa es que yo tenga mi foto, mi momento, mi cosa..., si a otro hay algo que le parece importante, no nos interesa en lo más mínimo - aunque sólo sea un gesto, una acción simple..., nada.


4. Maniqueísmo. Los malos son inimaginables, imposibles, un retrazo a la demencia propia de alguien que es imposible que reconozca un pensamiento distinto al suyo. Y es que, por encima de todo, si alguien se sale del camino no tiene más remedio que ser el mismísimo Diablo. Quienquiera que no esté de acuerdo con esta visión sociopática de la realidad, es Satán en persona. Un sujeto sometido a la maldad misma y que no merece menos que la propia muerte (un maravilloso valor familiar). Cualquier otro planteamiento al del protagonista es completamente incompatible con la realidad, y los que piensan diferente acumulan absolutamente todas las maldades posibles.


Dicho esto, si Vd. cree que sus hijos están a salvo de lo que leen o de lo que ven, debe saber que se equivoca. La solución no es prohibirle que vea o lea esos contenidos, sino más bien descubrir que existen tales contenidos y desnudarlos. De esta manera la naturaleza propia del niño le llevará a criticar lo que en la película no se critica, y se cuestionará los valores que en esa película se olvidan de poner.

1. Nobleza. Debemos ser fuertes y tolerar lo débil.
2. Aceptación. Nuestros caprichos se deben quedar donde nacieron, en nuestra mente.
3. Ética. Si no actuamos en base a lo que decimos, no somos.
4. Apreciación. No todo es blanco o negro, hay muchos actos hermosos sin importar el acto en sí.

Son las cuatro grandes verdades del budismo, traducidos en mi post de esta manera en ausencia de visiones religiosas. Y es una invitación a la reflexión, porque no es de extrañar que en mi novela sí me preocupe -y mucho- de transmitir tales valores con la máxima pedagogía que se me ocurra.

Por regla general, y por coherencia, los que se oponen a estos valores suelen buscar la manera de oponerse a absolutamente todos. Es un principio que pueden Vds. comprobar por Vds. mismos: lo que no funciona como ciencia, sólo puede adoptar el camino del dogma mediante la imposición y el carácter sectario.


Por eso es normal ver a personas que, creyendo que están haciendo lo que deben, se comportan como auténticos canallas. Desde su punto de vista sí han hecho bien su trabajo: riéndose de los demás, trivializando los problemas, destruyendo la inocencia... Entonces se sorprenden al comprobar cómo la familia de verdad se intenta defender con uñas y dientes ante el opresor.


Son los valores que intentan cosificar el amor y el candor humanos. No pueden comprender el comportamiento natural de las personas para defender a los suyos, y entonces el soldado se sorprende y piensa: "Pero señoras, si sólo estaba haciendo mi trabajo - os defiendo de un terrorista". Prostituyen a las familias tras imponer los dogmas y los valores personales, cuando las relaciones entre las personas es algo mucho más profundo y no es racional y, mucho menos, explicable.


Si podemos reirnos de los débiles, si podemos obligarles a que nos muestren una sonrisa mientras trabajan, si podemos ignorar sus problemas reales y si, encima, podemos cuestionar su moralidad por quejarse..., entonces está bastante claro cuál es la idea que tienen algunos de cómo debería de ser el Futuro.

La película que vi anoche fue realmente deleznable, asquerosa, ruín, mal hilada, cruel, sanguinaria, despreciable, inmoral, desprestigiante, desilusionante, vomitiva, estresante, contaminante, mentirosa y, por supuesto, en absoluto reciclable. Cuando algo se hace mal, se hace con intenciones. Lo llenan de colorido, y las futuras generaciones irán con una enorme sonrisa a prostituirse de cara a las reglas del sistema... Si te dicen que el hombre fue a la Luna, ¡por supuesto que fue! Si te dicen que las autoridades son sabias, ¡los malos son los que la cuestionan!

¿Valores? ¿Desde cuándo es un valor enseñar a los niños a someterse?


En mi novela eso es justo contra lo que lucho y, de hecho, se da entender que, en un momento dado, desaparecen los apellidos..., aun existiendo familias, los personajes sólo tienen nombres. Es más, tanto los mandamases como los padres tienen cierta tendencia a no mostrarse en mi obra, aunque repercutan por sus actos. El mundo está orientado a los adolescentes, y recalco la necesidad de que no tienen que saber toda y cada una de las cosas para actuar de la manera más correcta. No hace falta saberlo todo, para actuar bien - no hay que obedecer tanto, si hacemos mal quizá sea porque no nos han comunicado todo lo que debieron en su momento.

Me gustaría creer en un futuro donde cada cual pueda elegir su rincón y no deba someterse y entrar en comunicación necesaria con las autoridades para hacerlo. Donde todo sea de todos y haya unas mínimas fronteras de respeto, no barreras o vallas, sino líneas guía para entenderse. Esa forma de convivencia sabemos que existe, sólo hay que potenciarla.



 Deberíamos potenciar lo que sabemos que funciona, no lo que sabemos que nos da más dolor.





Dicho esto, no olviden comentar. No quiero sentar dogmas.
















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