miércoles, 20 de julio de 2016

Libertad de expresión. Los grados de responsabilidad

Hoy quería volver a tomar un tema tratado en la novela
y es sobre el compromiso con la gestión de la imagen,
la confidencialidad, las calumnias...
Y cómo no es lo mismo decir las cosas en un bar que en un periódico.

Lo están amenazando, pero no lo deis por muerto por hablar
Queremos y debemos de ser libres de opinar y expresar todo lo que creamos oportuno. Es un principio básico para asegurarnos de que quienes nos representan tengan en su jerga los asuntos que consideramos de interés; para que rindan cuentas por lo que hacen o dejan de hacer. Se trata también de un mecanismo que tenemos para liberarnos, para evitar el reprimirse y decir lo que sentimos y pensamos en un lugar donde nos sintamos cómodos al hacerlo. Esto es, por otro lado, la libertad de expresión es también una manera que tenemos de evitar males mayores productos de represiones internas que acabaríamos por proyectar hacia los que más sufren.



A la hora de la verdad, no puede ser cierto que todo lo que digamos valga lo mismo sin importar a quién ni en dónde se divulga. Desde aquí, aprovechando que soy autor y este es mi blog, aprovecharé para demostrar que no hay tabla rasa al respecto: existen unos límites que me parecen importantes de señalar. Pero antes de nada, quisiera enmarcar y ensalzar unos cuantos aspectos peculiares:


¿Son importantes para nosotros las tumbas y sus muertos?

Pues sí, esa es la pregunta. Parece sencillo, ¿verdad? Para poder definirnos con respecto a la Libertad de Expresión antes debemos comprender si realmente nos importan nuestros seres queridos o no. Dicho de otra manera, ¿se puede uno cagar en los muertos pero figuradamente? La cosa es que, si está muerto, que sea figurado o no francamente sólo adquiere dos únicos matices:

1) Que la profanación sí atenta contra el poder de su dios para proteger el alma del fallecido. O al menos la inversión en el inmueble fijo de la honorabilidad de la familia convertida en una tumba bien limpia.

2) Que lo figurado pueda considerarse un acto perverso, aunque simple, y por tanto no tan elaborado y rebuscadamente hurgante como la profanación misma.

En un capítulo de mi libro hago mención de las dificultades que tienen unos personajes para revivir un muerto debido al estado de putrefacción en el que se encontraba..., pero no creo que estas diatribas afecten a la ética. Lo que afecta a la ética es lo cotidiano. 

Por tanto, sí que pienso que existen expresiones que deben ser debidamente condenadas, como ocurre con la profanación de cadáveres, hasta que se modernice nuestro código penal para empezar a ignorar las tumbas. Al menos parece que la expresión, en la medida en la que se pueda convertir en un acto tan complejo como una profanación, no sería desmesurado pensar que esté aproximadamente igual de tipificado (puesto que los motivos de reinserción los veo los mismos).


¿A vosotros os importa también una mierda los niños y el futuro?

Pues sí, debe ser eso. Estoy convencido. Cada vez que se difunde una barbaridad delante de una persona, algo queda. Supongo que si se hace delante de un niño eso ya no cuenta. Los niños siempre estorban. Ya es difícil su educación, pero si encima tenemos que pensar que educarlos es preocuparse de lo que interpretan del mundo que les rodea, entonces suena cuanto menos curioso que en estos debates pasen desapercibidos ¿Acaso no debe ser motivo de especial agravio que lo dicho con mala fe se haga en presencia de menores? 

Al menos, hasta que los niños no reciban el mismo tipo de condena que un adulto, cabe esperar que lo dicho ante ellos se mida con una especial vara de medir. Algún día, algunos de ellos, serán nuestros jueces..., no lo olviden.


¿Para QUÉ CO*O necesito un periódico cuando puedo preguntarle a mi perro?

¡Qué bonita la lectura! Nos intentaban hacer creer en "La bola de Cristal"..., ¡Muérete Carbonell y vete con Pedro! (no se preocupen, es mero humor negro, y las bromas nunca duelen, como más adelante aclararé) ¿Por qué la gente insiste en que seamos cultos? O en que vayamos informados por la vida ¿Realmente nos interesa leer lo que opinaba un señor nacido en el siglo menos tres sobre nosequé de las cavernas, las sombras y los títeres? ¡Y qué me dicen de los periódicos! 

El asunto es que se nos olvida de que hay dos tipos de medios: están los que tienen cierto carácter ficticio o subjetivo (mi blog) y los que tienen cierto carácter científico o controlado (un periódico).

Esto último aparece en los primeros capítulos de la novela Luces y Espectros, y le corresponde justo con el pensamiento de lo que me ha dado por bautizar excepticismo..., y es que cuando leemos tenemos la responsabilidad de reconocer la naturaleza de la información..., que ya no somos críos, no podemos ni creernos ni dejarnos de creer nada.

De lo que se deduce que no es lo mismo publicar una opinión en un medio controlado que en un medio no controlado. Esto mismo queda reconocido por la ley orgánica de protección de datos en España y, dicho sea de paso, es una de los fundamentos más importantes que afectan al derecho, que consiste en el deber de vigilancia. Este deber se contradice en igualdad con la presunción de inocencia, hasta el punto de anularla cuando los procesos de control de la expresión tipificable no sean desmedidos.

Aún así, se ha visto usuarios que no son capaces de distinguir lo que es molesto de lo que es calumnioso. Y claro, como ocurre con todo, la censura no debe ser considerada delito cuando cada cual en su terreno tiene derecho a ambientar las relaciones como considere oportuno..., y si se pasa de listo, puede que su medio ambiente mengüe, aunque eso no sería un problema que vaya por lo penal.

Distinto de la censura es la manipulación expresa..., que por desgracia se ve en la cúpula de algún partido político. Y debería de ser penado para que sujetos así jamás pisen el poder.



Todos somos unos niños, todos hacemos gracia..., si es por reir no hay dolo..., ¿verdad?

¡Menudos atajo de infantiles que no han crecido en su puñetera vida! Si me los encuentro por la calle me parecerán meros adornos para el intelecto, pero el problema es que pretenden influenciar sobre la conducta de la gente con sus estupideces a lo Peter Pan. Pues bien, más allá del síndrome que pueda tener yo, ¡sobrepasarlo es de psiquiátrico! 

¿Pero cómo puede decir del humor
la gente muy mayor 
que no hace daño? 
Lo hará hoy, mañana y cada año

Así que, ya sabe...,
sea usted insidioso
que, si lo dice en verso,
sonará hermoso.


Bueno..., quería hacer una entrada pequeña y me ha salido ésto..., lo que pretendía decir es que a los familiares directos de víctimas de agresiones por ideología o crimen organizado les afecta lo mismo que si hubieran sido víctimas directas de agresiones o vejaciones y, por tanto, les afecta el tener que revivir el momento de dolor, además de que hacer bromas ante terceras personas podría fomentar en ellos la reiteración del acto en sí. Esto tan larguito de contar, desde mi punto de vista, es tan Fundamental como imposible que no se entienda..., pero volveré sobre el tema..., como hago siempre.

Y, por otro lado, señor mío, responsable de su periódico, ¿se cree Vd. tan capacitado en ética periodística como el usuario de un blog? ¿No tiene línea editorial? Ya he visto que en algunas publicaciones no existe..., así que, ¿para qué leer sus contrastes cuando otros sí incorporan una línea editorial y se dedican a leer la prensa? Que aprendan a consagrarse en su oficio..., o lo harán otros por ellos.








Bueno..., suficiente hasta aquí
quiero vuestros comentarios
Siempre interesa antes la voz discrepante
que el silencio de quien te otorga la razón










No hay comentarios:

Publicar un comentario