domingo, 16 de agosto de 2015

El nuevo orden mundial. Los tres fuegos.

Según cuenta la mitología veda, el conocimiento de los tres fuegos es lo que te lleva a la inmortalidad. El caso es que he estado pensando qué es conveniente de explicar más o menos, si hace más gracia exponiendo cosas o dejándolas ocultas. Es bastante complejo, sobretodo cuando uno defiende asuntos tan extraños como el ayudar a la gente a través de la cultura a que sean mejores personas.
Varuna, el jefazo - el más brillante, la deidad 33

Para explicar estos temas he elegido enfocarlo desde el punto de vista de los micromachismos. Es decir, existe un enfoque muy especial que es capaz de asociar la idea de los micromachismos con la trascendencia hacia la inmortalidad: ¿me acompañaréis en este viaje?

En mi novela hay un icono, o concepto, que se repite una y otra vez: las tres luces. De hecho, el libro está dividido en tres partes: la zona verde, amarilla y roja. Para cuando acaba el libro me reservo una zona infrarroja, lo que llamo El epitafio.



Como si se tratara de un viaje al inframundo, al mundo de las sombras, el que lee la novela va observando cómo poco a poco las historias son más complejas, más conspirativas, con más complicaciones. Os estoy llevando al lado oscuro, al otro lado. Os estoy mostrando la senda de los tres fuegos, el entendimiento de la verdad oculta a través de analogías e historias..., os estoy vendiendo mi libro.

Quizá os hayáis percatado de un "error" matemático que cometo: ¿no son tres fuegos o tres partes? Pero luego incluyes una cuarta - me diréis. En realidad el infrarrojo no es un color visible: es el negro. Es un color tan energético que prácticamente sólo desprende calor. Pero ya se irá viendo.

¿Pero cuál es el significado? Eso es lo que importa. En realidad es como la consciencia, ser más conscientes de algo, que es abandonar el mundo de lo inocente. Más adelante creo que será interesante que mencione a Amaterasu, y así toco el tema de los hikikomoris, pero no quiero mezclar estos temas con la inocencia.

En mi mundo, la magia, los conjuros, etc, son formas de energía que son entidades vivas propias. Al final los acabo llamando ebanis. No es que tengan un color rojo, lo que pasa es que directamente son formas caloríficas que, desde la tierra, puede recordarnos a los dragones.



Y es que una inconsistencia puede ser tan inconsistentemente auténtica que hasta podría existir. Para la mitología china, los dragones son benévolos; pues es a través de ellos como se consigue resolver los problemas apocalípticos - como se intenta al final en mi libro. Sin embargo, no puedo permitirme el lujo de dar detalles, porque es mejor que lo descubráis por vosotros mismos.

Bueno, como ya os he dicho, voy a intentar ejemplificar todo esto a través de los micromachismos; para que sea todo más sencillo

Resulta que el ser humano está constituido con errores sistémicos que no le permite pensar de una manera correcta. Estos errores le ha permitido sobrevivir desde los tiempos de las cavernas, para que su especie evolucionara.

Debemos partir de la idea de que el ser humano se cree con poder de distinguir qué es lo bueno y qué es lo malo, qué prefiere para él y qué prefiere evitar. Tanto nosotros como nosotras actuaremos en base a esas preferencias, y nos moveremos bajo una suerte de código deontológico. Es decir, nos crearemos un lenguaje que nos permita razonar quién actúa bien y quién actúa mal.

Ahora bien, no olvidemos que el ser humano no es producto de un diseño muy inteligente que digamos..., posee errores, como ya he dicho antes; errores derivados de la propia evolución como especie. Ya lo decía Dawkins: en las escuelas se debe enseñar a los niños cómo evitar los sesgos que nos vienen de serie (obviamente se refiere a que hay que enseñarles a que se aprendan, pero tampoco decirles que es eso lo que les estamos haciendo, porque pasarían a calentarse con nosotros y todas las energías que les dedicáramos serían un caos incoloro).


Volviendo al tema: si tenemos un código racional que estudia nuestro comportamiento ético, y nuestra manera de razonar no es perfecta, entonces eso quiere decir que existirán conductas que serán originarias necesariamente de un comportamiento del que no somos conscientes que son un error ético. Y el problema no será el desconocer todos los axiomas de la lógica kripkeniana que rige la razón, sino que nuestro instinto racional (porque razonamos por instinto y no formalmente) nos induce a creer que una conducta es válida, cuando en realidad es reprobable desde nuestro punto de vista.

Y, después de marearos tanto con la teoría..., voy a ver si lo ilustro con un ejemplo.


Eva es una niña pequeña, su padre quiere interactuar más con ella y le pregunta por sus amigos del colegio. Eva le comenta cómo tiene amigas, amigos, pero no menciona mucho más. Es muy difícil a ciertas edades recordar todo lo que se ha hecho al cabo del día, así que sólo se puede hablar de las relaciones con los amigos, los profesores... Es entonces cuando se magnifican los problemas, o cuando se tiene la oportunidad de denunciarlos, el padre entonces pregunta por los amigos que le gusta más a ella e intenta suavizar o trivializar las relaciones o vínculos que, al final, tienen carácter sexual - aunque no se diga expresamente, porque son muy pequeños. Se juega, por tanto, a preguntarle si tiene novio..., se frivoliza con el tema. Así la niña va adquiriendo la jerga del padre: aprende que lo valioso es conseguir objetivos muy concretos, entonces competirá con sus amigas por conseguir a ese amigo que le cae tan bien al padre porque le recuerda a él mismo..., las conversaciones de amor de un padre con su hija poco a poco puede hacer que entre ellas compitan para depender de los hombres ¿Por qué este comportamiento es patriarcal y no pasa con los chicos? Porque en el modelo patriarcal a las madres no les interesa lo que hagan los niños en el colegio: son brutos, trastos, tontos, hoscos,..., es decir, los valores feminazis que ningunean al hombre es lo que hace que los niños tengan la oportunidad de crecer sin los sesgos paternales para que compitan en juegos más de niños y menos de adultos.




Debo confesar que las parábolas son más sencillas cuando no tienes la intención de aclarar nada. Por eso mi libro es de lectura tan sencilla, es en este blog donde intento aclarar las cosas, razón por la cual todo suena tan complejo.

Quizá en el siguiente blog hable de cómo el amor protector genera los hikikomoris. O puede que hable de Rama..., ¡hay tantos temas que tienen que ver con mi libro! Ya iré eligiendo.

En cualquier caso, las tres partes son como la madurez del alma, su consciencia. Cuanto somos más conscientes de cómo somos realmente más capacitados estamos de destruirlo todo o de configurarlo todo a nuestro gusto. 





Y, claro, si existen esas personas que conspiran para gobernar el mundo y jodernos a todos, también existirán esas personas que, al saber algunas cosas, quieran valerse de sus conocimientos para intentar inculcar valores. Valores que no incluyan la muerte, la destrucción..., lo destructivo, y que tras observar con una lógica bien definida cómo se hacen las cosas, se depure qué es lo correcto y qué no lo es.


Por eso hay artistas que se preocupan de aportar en géneros como en el manga, con símbolos ocultos que se repiten para ayudar a la sociedad a que sea consciente de sus errores más comunes y pueda, con el tiempo, darse cuenta de qué es lo que debe cambiar.



















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