lunes, 17 de agosto de 2015

Revisando y revisionismo. Sistema vertedero

Bueno, ya he escrito unas cuantas entradas, a la hora de revisarlas me he dado cuenta de que me he saltado comas, he escrito palabras consecutivas, etc..., así que tocará hacer la típica revisión ortográfica y gramatical. Al menos sí he pretendido cumplir la norma de que en los blogs se debe recargar mucho con negritas, subrayados y gráficos..., algo impensable en una novela. Así que aún me estoy acoplando a este esquema de trabajo.


Me hace gracia: hasta que escribí mi libro nunca, absolutamente, revisaba nada. Nunca me gustó revisar mis exámenes ni antes ni después de entregarlos. Solía incluso entregarlos al mismo tiempo que los que lo entregaban vacíos. Recuerdo cuando hice mi examen de japonés en el consulado, lo terminé holgadamente y me quedé mirando al tendido..., no volví a pretender aburrirme nunca más como lo hice entonces: ¡No dejan entregarlo antes de que termine la hora!

A mí siempre siempre siempre me ha gustado ser revisado mediante un criterio objetivo. Poder ser examinado, pero lo que yo hacía, no lo que fingían que había escrito. Me gustaba saber la opinión de la gente sobre lo mal o lo bien que lo he hecho. Sin embargo, la mayoría de las cosas suficientemente dignas como para ser criticadas no han recibido su justa consideración - en cuanto a que ni se han tomado en cuenta. Más bien he llegado a ver continuamente una política de fingir que se corrige y, por supuesto, haciendo uso de baremos con los que absolutamente nadie podría ver aprobados sus exámenes. El sistema educativo que he conocido es una auténtica mierda.

Antes de nada, quisiera aclarar que por sistema educativo me refiero principalmente a la formación superior, así como la promoción de funcionarios, en menor medida la educación secundaria y, en un grado más bien ínfimo, la eduación primaria. De hecho, a pesar de ver lo que he visto en mi colegio, estoy plenamente seguro que habría sido peor en el 90% del resto de los colegios españoles. Porque señores, si mi única virtud fuera la de saber auditar la lógica que hay en un sistema, ¡pocas cosas habré visto como para escribir una novela! Aunque me hice informático y, asímismo, fui repelido por el sistema.

Es por ello que toca hablar de algo que me explicó una vez aquél al que yo llamo "el primer decano", pues fue el primer decano de la Facultad de Informática que conocí.

Antes de continuar voy a aclarar que lo siguiente que voy a contar forma parte del contexto que conozco y que, por tanto, es algo que enriquece el entendimiento de porqué la obra se desarrolla en un instituto de la manera de cómo se desarrolla. Éste, por tanto, será una entrada que alimente el contexto de la obra.

Se había dirigido el primer decano hacia mí, y me dijo que quería hablar conmigo. Yo, en esos momentos estaba indignado, no porque hubiera descubierto unos tantos profesores que sospechaba que no corregían los exámenes y, aun así, suspendían a los alumnos por puro sadismo - eso era algo a lo que estaba acostumbrado, el problema era una actitud que había visto en la facultad y que no tenía explicación. Era por esa razón por la cual el primer decano se decidió a aclararme cómo funciona lo que él llamaba (creo recordar) sistema vertedero [quizá lo llamó sumidero, pero poco importa].

Al morir Franco y llegar la transición las instituciones democráticas estaban vacías. Había mucha delincuencia y no se sabía cómo se podía hacer funcionar algo de la nada. Entonces no se tenía educación democrática y, por tanto, no era fácil saber qué se debía hacer por muchas buenas intenciones que se tuvieran. 

Aparecieron unos teóricos, la idea de que las empresas abandonaran su afán de lucrarse, que los problemas de la sociedad fueran resueltos exclusivamente por asociaciones movidas por un afán autogestionado y, poco a poco, la gente iría abandonando al sector privado de toda la vida. 

También los había entonces que decían que sería maravilloso continuar con las cosas tal como las dejó Franco: donde los funcionarios hacían simplemente lo que consideraban oportuno sin tener que rendir cuentas ante nadie, pues de ellos depende toda la maquinaria y el funcionamiento del sistema.

A la unión de ambas ideas lo llamarían socialdemocracia. Sin embargo eso de ahí era un objetivo ¿Cuál sería el medio?

Para conseguirlo se debían rellenar las instituciones públicas con toda la gente que fuera posible: todo el mundo vale - TODOS. Vamos a llenar las instituciones públicas y a colapsar el sistema privado. De esta manera los funcionarios serán el motor de la sociedad y, al quebrar las empresas, sólo quedarán asociaciones subvencionadas por el estado. Ese era el plan.

Cuando me explicó el primer decano la idea de socialdemocracia (que años después me lo irían confirmando fuentes completamente diferentes) no pude quedarme tan decepcionado y sorprendidamente anonadado por la tamaña estupidez como cuando me remató al detallar en qué consiste exactamente el sistema vertedero.

Partamos de una institución pública. Es normal que dentro de un lugar de trabajo el ambiente puede quedarse muy cargado debido a la aparición de gente tóxica. Puede ser la falta de misericordia o el exceso de pragmatismo lo que puede provocar comportamientos inadecuados. Para entender mejor qué es lo que yo entiendo por gente tóxica no hay más que recurrir a dos términos usados por los informáticos: los lámer y los autoinmunes

Un lámer es alguien que no es capaz de trabajar por sí mismo y siempre está apoyándose en el trabajo ajeno. Un autoinmune es el que interpreta un comportamiento profesional como algo propio de un lámer.

De ahí se deduce que para poder catalogar a alguien como profesionalmente tóxico antes se debe de haber trabajado dentro del entorno. Es fundamental comprender cómo se trabaja y quién destaca, así como porqué.

Así que supongamos que se descubre a una persona demasiado tóxica en un ambiente. Entonces, ¿qué se hace con él? Según el sistema vertedero: no puedes deshacerte del funcionario, debes rotarlo. Es una norma INQUEBRANTABLE. Por tanto, lo que hacen sus compañeros es buscar otra institución y acoplarlo en ella. Básicamente ése es el esquema. Un funcionario puede ser rotado, puede dejar de ser promocionado, pero nunca nunca nunca despedido.

Ahora bien, cualquier persona con sentido común se dará cuenta. Como en su momento debió darse cuenta Hitler, por muy perturbado que estuviera, que su sistema de clubs de hacinamiento judío tendía al apilamiento de personas..., esto es, ¿si un sujeto es tóxico para unos por qué no lo podría ser para las demás instituciones? Así que con los años aparecería lo que el primer decano me explicó que era el prestigio de una institución pública.

Para el modelo vertedero el prestigio consiste en no aceptar la mierda ajena: El hecho de que hayan promocionados en la institución A sin lograr promoción alguna en la institución B implicará que B sea más prestigiosa que A. Por tanto, aplicado también a alumnos, cuando se sabe que alguien no ha conseguido el éxito en otra institución, hay que buscar la manera de que tampoco consiga el éxito en la nuestra.

Cuando juntamos todas las reglas, al final nos percatamos de que existirán personas que nunca conseguirán que les corrijan sus exámenes, funcionarios que nunca serán promocionados y, por supuesto, surgirán lo que se puede llegar a llamar: instituciones sumidero. Las instituciones sumidero son aquellas que aceptan todo y donde entran todo de cualquier manera. Y fue el primer decano a explicarme que, efectivamente, la razón por la cual él tras ver que un profesor me ponía las manos encima no hacía nada era porque la institución que él dirigía era un sumidero y, claro, más abajo no se puede ir. Así que los funcionarios tenían completa impunidad. Y así quedó reflejado en los informes de la comisaría de policía de la ciudad de Murcia, relativos a la violencia en la universidad.



Por supuesto, lo que acabo de contar no es más que la punta del iceberg, pero puede servir para entender que el problema en ocasiones son los hard reset: lo que en informática traducimos como "el apagado en frío". Parece que al no saberse apagar en frío la dictadura, muchos se vieron incapacitados para interpretar cómo funcionaba la democracia - pero de una manera aberrante. 

Podemos verlo en Partidos Políticos que vienen del sistema vertedero y que tratan a los suyos con los mismos esquemas corporativistas que en este documento estoy denunciando. En cuanto aparece un díscolo los hooligans de ese partido arremeten contra el discrepante, mientras halardean de democracia interna muestran ante la prensa una cara amable - pero entre sus filas se describen episodios de violencia verbal, cuanto menos ¿Cuántos partidos en España fomentan este mismo esquema fascista/estalinista? ¿No son capaces de meter sus problemas internos en un sobre y tirarlos a un vertedero de verdad? ¿Tanta importancia le dan algunos a los amiguetes?


El libro Luces y Espectros es una propuesta de cambio sobre el sistema educativo, político, cultural..., es una propuesta de inclusión de términos éticos relativos al honor y la intimidad que se dará en el futuro cercano, así como la confrontación de este mismo esquema con las ambiciones de sus usuarios, que siguen deseando que cambie a más democracia, a mejor.

Yo, por mi parte, he tenido que cambiar mis planes porque me he dado cuenta de que no voy a encontrar la manera de influenciar a mi sociedad con mis ideas si no es a través de esquemas tan poco vinculantes como la literatura, este mismo blog o las redes sociales. Al ser yo una persona tan poco empoderada, al no tener referencias ni carreras ni nada, está claro que nunca ocuparé el tiempo de personas que puedan evitar lo que más adelante explicaré..., algo donde el 100% (en principio) de todos los técnicos que lo han estudiado están de acuerdo: que la economía en un plazo relativamente corto de tiempo va a tener que hacer un hard reset debido a un límite tecnológico, el relativo a la ley de Moore.

Mi novela es para cuando al final se consigue salir de ese hard reset y aún queden algunos golpistas que quieren volver al régimen anterior. En sucesivas entradas explicaré un poco más sobre la ley de Moore a correlación de los problemas que sufren en El Congo por el coltán. También, debido a que estoy seguro de que mis ideas de prevención no van a ser tomadas en cuenta, lo que voy a hacer va a ser transformar mi proyecto de generación de un lenguaje para un programa económico sostenible a generación de un modelo económico autosuficiente sostenible. Sabiendo que lo segundo parte de la hipótesis de que nada funcione, todo es un caos, y se está dispuesto a aceptar cualquier estupidez escrita por cualquier mindungui. Entonces sí tendría yo la oportunidad de que mis fórmulas sean leídas para algo.





Un saludo y no olviden hacer comentarios.










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