lunes, 21 de noviembre de 2016

La inteligencia del Patriarcado

La novela Luces y Espectros 
ofrece la clásica perspectiva 
de contar una historia a través
de múltiples personajes,
hombres y mujeres.
Hoy voy a hablar sobre la otra cara
del chovinismo


Lo llaman inteligencia social. Si este concepto fuera aceptado, lo cual tiene mucho sentido, sería un talento mucho más complejo que la inteligencia emocional que nos viene de serie. Esto es porque para formar parte de un grupo social antes se debe uno atener a las reglas marcadas por nuestra civilización, nuestros símbolos. Marx criticaba a los que él llamaba chovinistas: víctimas de las tradiciones sociales y de los cánones que marcaban lo que parecía correcto.

Sin embargo, no es cierto que el chovinismo sea tan malo. Existe una inteligencia, o cualidades, asociada al mismo. Éstas son las cualidades sociales, que permite a los individuos ser capaces de ubicarse dentro del entorno para intercambiar impresiones.


¿Podemos decir que Nietzsche o Marx eran sujetos de una alta inteligencia social? ¿Qué decir del anacoreta Schopenhauer, que tanto hablaba sobre cómo entablar los debates más televisivos? Cada pensador se ha identificado por su capacidad para criticar la idea que se tiene de inteligencia social, y de las pautas de conducta que utilizamos los individuos para establecer cuáles deben ser nuestros comportamientos.

Sin embargo, nisiquiera el propio Platón tenía fama de ser socialmente muy aceptado. Podemos encontrar pensadores que han mirado con un alto recelo el valor de la inteligencia social, los sofismos que usamos para discutir aun siendo falsos y que nos darán ventaja social, o cualquier otra clase de sesgo cognitivo utilizado para la manipulación... Aquellos que nos advertían sobre esas malas prácticas parecían tener cierta tendencia a ser anacoretas.

Es por ello que cuando nos hablan de la inteligencia social como una virtud automáticamente debemos cuestionarnos en qué teoría filosófica encaja esa postura ¿Se trata de una valoración aislada? ¿O resulta que, simplemente, nuestra capacidad para defender las reglas sociales que hemos decidido seguir es otro rasgo de inteligencia?

En la mitología con la que me manejo, esa capacidad de defensa la ubico con la oscuridad. Esto es porque ofuscamos nuestros talentos con el fin de adaptarnos a una nueva realidad grupal. Esa cualidad es, principalmente positiva; aunque los místicos siempre la han tildado de negativa: porque supone actuar en contra de la consciencia, de saberse hacer lo que se hace. Pero claro, ¿nos hace falta tener que ser conscientes todo el tiempo o con todas las generaciones?

Estela - La Eva que eligió machismo, sin saberlo.
De vez en cuando suelen aparecer noticias como ésta... Que nos dicen, simple y llanamente, que el 30% de los hombres, violarían a una mujer de no haber consecuencias. Desgraciadamente, para mi gusto, el estudio se plantea de forma poco apropiada: la violación es un vicio, por lo que la población debe agruparse por su manera de inmunizarse de los vicios. El asunto es que el estudio se hizo distinguiendo la posición social por la carrera o estudios obtenidos.

¡Machista!
Para saber qué porcentaje de hombres violaría a una mujer interesa saber cuáles de ellos están felizmente casados, o emparejados. Es decir, cuáles de ellos conforman su propia unidad familiar y cuáles son solteros, divorciados, separados, estudiantes... Si observamos un estudio hecho con ratas, que nos sirve muy bien para compararlas con el comportamiento de los hombres, hace falta la ausencia de vida social para que una sucumba a que muera inconsciente cuando sus vicios escondían su ganas de comer, sin saciar el hambre.

Habría que preguntar, por tanto, de entre los que están bien ubicados socialmente, ¿cuántos violarían a una mujer en una situación de impunidad? Pero la pregunta puede extenderse ¿Cuántos venderían un piso a una pareja pobre por más de su valor sólo porque fuera legal? ¿Cuántos pondrían la música alta en su propio piso aunque supiera que molesta a los vecinos?

Algunas cosas serán más graves que otras, eso siempre. Pero puede sorprender cómo hay programas de televisión que, por un lado, rompe barreras poniendo a la gente desnuda y, por el otro, reendurece otras alabando la competitividad para ensalzar a los machos alfa. Señores, ¿pero los machos alfa son buenos o están huecos? ¿Aceptamos las mentiras en las relaciones de pareja?

¿Cómo piensan sustituir al rol del emperador, al patriarca? ¿Qué es lo que entiende la gente por un líder social? Se decida lo que se decida, los grupos más numerosos que consigan imponerse de la manera más coherente se llevarán el gato al agua. Y sólo espero que esa deidad, arconte, ídolo, etc..., sea producto de la voluntad de la gente, y no un azar alentado por unos pocos.









Suficiente hasta aquí
a ver si tenéis un par o varios
para escribir algo







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